martes, 20 de diciembre de 2005

¡¡Feliz Navidad a todos!!


Estaré de vacaciones unos días, y me gustaría desear a todos los que visiten mi blog una muy feliz Navidad, y que en el año 2006 se cumplan si no todos, al menos una buena parte de nuestros deseos. También, y aunque suene tópico, me gustaría formular mi deseo de paz, entendimiento y comprensión entre los hombres de todo el mundo, para que las palabra: "guerra". "terrorismo", "asesinato", "maltrato", "hambre", "intolerancia", "insolidaridad" ... vayan desapareciendo de la faz de la tierra. El deseo especial de que los gobernantes tomen conciencia de que estamos aquí para caminar juntos, en el mismo barco, y pongan todos sus esfuerzos políticos, diplomáticos y humanos para hacer del lugar donde vivimos ese remanso de paz que todos soñamos.

Mis deseos más íntimos y personales también van incluidos aquí a modo de plegaria al Niño que nace cada Navidad. Lo dicho, gracias por estar ahí a todos los que me quieren, a mi familia, a mis amigos, a los que me critican constructivamente, a los que me mandan correos que me hacen reir y también pensar, gracias por ir atravesando el umbral de los años junto a mí y demostrarme cada día que es genial tener con quien compartir las cosas. Gracias al que escucha y al que ama, porque en él está mi esperanza.

¡¡Feliz Navidad!!

sábado, 10 de diciembre de 2005

Ya es Navidad


¡Se acerca la Navidad! Y la verdad, no se de qué me sorprendo, porque hace semanas que el Corte Inglés se encargó de recordármelo, claro que como sus almacenes son unos privilegiados que parecen vivir por adelantado todo lo que a los demás mortales nos sucede con semanas y semanas de retraso, no le hice demasiado caso.

Pero ahora sí, ahora todo huele ya a Navidad, y los establecimientos cotidianos, tales como la cafetería de la esquina, el taller de reparación del zapatero que habitualmente pone tapas a mis tacones de aguja, armas de mujer que sufren los desaguisados de largas horas de estar “antes muerta que sencilla”, el estanco donde adquiero otra arma menos atractiva y más letal y que con el nuevo año me convertirá poco menos que en una “fuera de la ley”, desterrándome al ghetto de aquéllos que nos negamos a abandonar el asqueroso, reconozco, vicio de la nicotina. Todos se han unido a ese mensajero, precursor de acontecimientos, ya sean la llegada de la primavera en pleno invierno o, como ahora, una Navidad adelantada en noviembre, todos siguen al gran oráculo de nuestras ansias de consumismo que es el Corte Inglés, ahora parece que sí, que ya llega.

Quisiera pensar que los Reyes existen, necesito, en realidad creer en ellos, porque tengo cosas que pedir, cosas que unas altas majestades, mágicas y todopoderosas pueden conseguir: Transformar en realidad mis sueños, sé que es difícil, pero si les digo que mis sueños son tan sencillos que incluso los propios pajes de los Reyes Magos podrían convertir en realidades tangibles, quizás no resulte tan extraordinario que los consiga.

De todos modos, escribiré mi carta, me volveré a reencarnar en aquella niña de seis o siete años que pensaba durante mucho tiempo en lo que tenía que pedir porque sabía y tenía el convencimiento de que aquello que pusiera en su carta lo tendría al amanecer del día 6 de enero, porque ellos nunca le fallaban. Desecharé la idea que la lógica me impone, conjuraré los espíritus mágicos de las hadas, invocaré al hacedor de sueños para que se hagan presentes todas aquellas cosas que dejó colar en las rendijas de mis noches, o, al menos, le pediré que no vuelva a entrar en mi cuarto, que no vuelva a desplegar su alfombra voladora delante de mis narices, que desaparezca de mi vida si lo que va a hacer es regalarme promesas que nunca podrá cumplir. O consigo lo que sueño, o conseguiré no soñar nunca más.

Feliz Navidad.

¿Por qué nos complicamos la vida?


A veces me pregunto ¿por qué nos complicamos tanto?. Cuantos menos problemas tenemos, más los buscamos. El hecho tan sencillo de vivir se nos convierte a veces en una pesadilla, tan sólo por querer hacer de la vida un puzzle lleno de piezas nuevas que podamos encajar con las que ya tenemos. Piezas, que muchas veces son tan inútiles, que no aportan nada importante, y nos olvidamos de buscar las piezas que sí importan, las que darían verdadero sentido a nuestra vida.

Complicamos todo, los hechos más normales de nuestra existencia, a veces, los transformamos con nuestras dudas, con nuestro egoísmo, con nuestros miedos, en muros altísimos que nos resultan tan difíciles de escalar que desistimos de hacerlo antes de saber si verdaderamente podíamos conseguirlo.

Con nuestra familia, amigos, compañeros, vecinos, nos obcecamos en encontrar aquello que nos separa, mucho más que lo que nos une a ellos. No digo que si hay cosas que uno no puede arreglar, por arte de birlibirloque se arreglen solas, pero en muchas ocasiones tiramos la toalla antes de comenzar la batalla.

Estoy, aunque sólo sea teóricamente, con los que luchan hasta el final, estoy con los que no se rinden, con los que aparcan sus diferencias para comprender al otro, con los que ignoran los convencionalismos si creen que éstos les apartan del ser amado, con los que perdonan y con los que no olvidan, porque olvidar no supone perdonar, sino que cuando se perdona no hay que olvidar el hecho que propició ese perdón, para tener presente que un día fuimos capaces de dar a alguien otra oportunidad, y de que si queremos tenerla también para nosotros, hay que pedir perdón. Lo peor de nosotros mismos es que muchas veces olvidamos o no nos damos cuenta de que herimos al otro, nos falta empatía, ponernos en el lugar de los demás. Tal vez en este mundo haga falta mucha más empatía y muchas menos complicaciones. Me pregunto si existirían todas esas ONGs si hiciéramos mucho más uso de esa empatía.

Otro día más, en el que mi filosofía casera, hace que nazcan dentro de mí todo tipo de dudas existenciales que nadie puede disipar. Otro día más, en el que descubro por enésima vez que me complico la vida absurdamente, lo confieso.

lunes, 5 de diciembre de 2005

Respuesta a Salvador Sostres



Curioso que cuando está a punto de concluir el IV Centenario de la publicación de la obra más universal de la literatura española, "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", y, a estas alturas, haya que salir en defensa de nuestra lengua,pero hay cosas que me indignan. Cosas que no puedo dejar de contestar, aunque sea desde la modesta tribuna de mi blog. Espero que, al menos, sirva esta contestación para desechar el exceso de adrenalina que me produce leer estulticias tan inmundas y rastreras que, aunque se caen por su propio peso, necesitan una réplica, o, tal vez, muchas más.

La noticia: http://www.periodistadigital.com/periodismo/object.php?o=243087

En ella comentan la columna firmada por Salvador Sostres, columnista del diario AVUI de Cataluña, en el mes de abril, donde entre otras lindezas aparecen estas:

"El español es de pobres, horteras y analfabetos"

“En Barcelona queda muy hortera hablar en español, yo solo lo hablo con la criada y con algunos empleados. Es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota”.

“…en el maravilloso mundo hispánico la pobreza es el único dato. La media de los 13 principales países americanos que tienen el español como lengua, desde Argentina, Chile y Méjico hasta Nicaragua, Honduras y Ecuador, es de 6.209 maltrechos, dólares de renta per cápita”.

“ Hemos de escoger modelo: Noruega o unirnos a la caravana de la miseria. El independentismo en Cataluña esta absolutamente justificado aunque solo sea para huir de la caspa y el polvo, de la tristeza de ser español”.


Sr. Sostres:

Necesitaría muchas páginas y tiempo para enumerarle las grandezas de nuestra lengua, pero sólo le daré unos datos: El idioma español se extiende hoy por todo el planeta; es la segunda lengua más importante del mundo y la tercera más hablada, con 400 millones de hablantes nativos. Se impuso a otros idiomas y lenguas y atravesó el atlántico gracias a los descubridores, conquistadores, misioneros, etc…

Realmente está usted muy desinformado y no tiene ni idea de lo que dice, no conoce la importancia de nuestra lengua y no sabe el significado verdadero de la palabra pobreza y miseria.

La tristeza es que haya paupérrimos y míseros casposos como usted, que miden con la vara del dinero la cultura y la riqueza de un pueblo y de un idioma. El español es manifiestamente rico. Aunque sólo sea para definirle, Sr. Sostres, valgan como muestra unos cuantos botones:

mastuerzo:majadero (hombre necio y porfiado). U. t. c. adj.

imbécil.adj. Alelado, escaso de razón.

soplagaitas. com. coloq. Persona tonta o estúpida.

estulto, ta. (Del lat. stultus). adj. Necio, tonto.

lelo, la. (Voz expr.). adj. Fatuo, simple y como pasmado. U. t. c. s.

etc...etc...

Lástima que para apoyar sus ideas, su lengua o su tierra, tenga que tirar por tierra las de los demás, pobre del que para recorrer su camino necesite verter basura sobre los otros, porque sólo se alzará sobre un montón de estiércol. ¿Conoce la palabra “hedor”? pues es lo que emana de su artículo.

viernes, 25 de noviembre de 2005

Mis hermanos




Recordar es vivir dos veces, y me gusta tener a mano los recuerdos de mi niñez, de mi adolescencia, para, de vez en cuando, sumergirme en ellos en busca de dulces melancolías, de momentos felices donde todo era tan sencillo como escuchar la voz de mi madre tratando de despertarnos para acudir al colegio a mis hermanos y a mí, en el frío invierno de Guadalajara, aún no levantado el día, acudiendo literalmente "forrados" de camisetas, jerseys y abrigo, amordazados hasta las orejas con las bufandas y aquellos horribles pasamontañas que nos obligaba a ponernos, manoplas y leotardos de lana. Tan sencillo como cuando nos mandaban a dormir al son de la familia telerín.

Subía la cuesta del colegio Niña María de las Adoratrices con mi hermana Marisol de la mano, porque era tres años más pequeña, y me convertía en su protectora, hasta llegar al patio del colegio. Allí nuestros caminos se separaban porque yo pertenecía a otro mundo, el de las mayores, y ella, párvula aún, no podía penetrar en él.

¡Cuántas veces protesté! porque mamá me obligaba a llevármela cuando quedaba con mis amigas, y la miraba como un fastidioso lastre desde mi perspectiva "adulta" de tan sólo tres años más. ¡Cómo me gustaría ahora, estar muchas más veces juntas!.

Con los años, ella se convirtió en mi mejor amiga, confidente, compañera incluso de sarampiones y anginas, que pasábamos ineludiblemente juntas, en nuestro cuarto de dos camas con colchas de cuadros escoceses, rodeadas de muñecas, jugando, fíjate tú, ¡a las amigas!, inventando historias de novios imaginarios, contando cómo íríamos vestidas a las citas de aquellos novios que, aún, no habían hecho aparición en nuestras vidas.

Con Pablo, Polín como le llamaba yo, la diferencia de edad era más grande, siete años, y, por tanto, mi papel era o debía ser casi de sustituta de mamá cuando ella no estaba, cosa que aprovechaba, dicho sea de paso, para hacerles algunas diabluras como decirles con voz cavernosa y poniendo caras "de miedo" que... ¡yo no era su hermana!, sino una bruja disfrazada que estaba allí para... y casi nunca podía terminar la frase porque los dos salían corriendo despavoridos en medio de gritos desesperados que acababan cuando yo rompía a reir.

A Pablo le gustaba poco dar besos, y, el pobre, en medio de tres mujeres, se veía a veces desbordado de carantoñas y mimos que, muchas veces, nos costaban pequeñas compensaciones, como prometerle alguna golosina si se dejaba achuchar y dar besitos.

¡Mis hermanos!, ahora cada uno en un lugar de España, y, como cordón que nos une, papá y mamá, dos puntos de encuentro en uno, su casa. Cuando estamos todos juntos, ya no somos sólo los cinco de la familia, sino que somos más, cada uno con su vida llena, cada uno con su propia familia. Echo tanto de menos aquellas sobremesas hablando los cinco, o jugar después de comer, en las vacaciones de Navidad al palé, al risk, a cualquier juego de mesa. Añoro tanto los largos e interminables viajes en el viejo seiscientos de papá cantando canciones, jugando a las adivinanzas, parando a comer en el camino, la tortilla que mamá preparaba, o como cosa especial, hacerlo en algún restaurante de carretera.

Pero, cuando la melancolía me asalta, y las añoranzas me envuelven, me sumerjo en ese vivir dos veces de los recuerdos, y, procuro sacar de su arcón la fotografía en blanco y negro del ayer, grabada en mi memoria, y ponerle el color del hoy, teñirla de la alegría de que, aunque lejos, ellos siguen siendo mis hermanos y todos, junto con los que han venido después, formamos una gran familia. Marisol, Pablo...os quiero!

miércoles, 23 de noviembre de 2005

La verdad del Glamour



En el diccionario de la RAE nos definen "glamour" de la siguiente manera: glamour. m. Encanto sensual que fascina.-

Resulta curioso que si buscamos el verbo "fascinar" nos aparezcan estas definiciones:

fascinar. (Del lat. fascināre). tr. Engañar,
alucinar, ofuscar. || 2. Atraer irresistiblemente.
|| 3. Hacer mal de ojo.

A la vista de los resultados, cabe preguntarse si el glamour no es sino un arma para engañar, alucinar, ofuscar, atraer irresistiblemente a alguien e incluso echarle un mal de ojo, ya para que caiga en nuestras redes, ya como venganza por no haber caido en ellas.


Tal vez ahora comprendo, por qué en las revistas mayormente femeninas, hay casi siempre una sección titulada: "trucos de belleza", donde nos dan las pautas e instrucciones necesarias para contar con todo un arsenal de armas, con el que poder alcanzar ese encanto sensual que fascine. Si tenemos en cuenta que "truco" es sinónimo de habilidad, maña, ardid, artificio o trampa, e incluso de efecto o ilusión que se crea artificialmente, de nuevo, me pregunto si todo eso del glamour no será un pretexto para tapar nuestra realidad con una capa de mentira, aunque ésta sea aceptada socialmente como una mentirijilla piadosa. Todo sea por atraer irresistiblemente a quien sea nuestro objeto de deseo.

Al fín y al cabo, el glamour es tan antiguo como la propia humanidad, o al menos, la utilización de todo tipo de prácticas para lograrlo, Cleopatra y Popea pusieron de moda los baños de leche de burra, la legendaria reina de Saba se envolvía en barros del Mar Muerto. Sin embargo, no son muchas las mujeres que confiesan utilizar truquitos para tener glamour, si leemos las declaraciones de actrices o modelos actuales, parece que según ellas lo que las mantuviera bellas es ¡el agua!.

Denominador común de todas: el beber mucha agua... ¡Venga ya! Yo tomo litros de agua y aún no me han llamado para hacer ningún casting, ni desfile en la pasarela cibeles, si fuera tan sencillo como eso, las ranas serían top-models y las merluzas actrices, ya que !se pasan la vida en el agua!


Lo mismo va a ser verdad eso de que... la belleza está en el interior... de un maletín de la señortia Pepis con ese arsenal del que hablaba antes.

Aún así estoy con Severo Catalina (1832-1871). Periodista y escritor español, cuando afirma: "Por muy poderosa que se vea el arma de la belleza, desgraciada la mujer que sólo a este recurso debe el triunfo alcanzado sobre un hombre".

domingo, 20 de noviembre de 2005

La boda de nuestros sueños... ¿es muy cara?



Por si alguien no tiene claro si casarse o no, y de hacerlo, si por la Iglesia o por lo civil, si quieren una boda íntima o prefieren invitar a toda la familia, amigos, vecinos y conocidos, viene bien saber lo que todo eso les puede costar, no ya en estrés, nervios, discusiones y cabreos, con los suegros o los padres de uno e incluso con la propia pareja, sino también lo que vale en dinero contante y sonante. ¿Por cuánto nos puede salir la bromita?.

Pues bien, consultadas diversas fuentes, en cuanto a si la forma elegida es el matrimonio por la Iglesia, las cifras son que el 75% de los contrayentes prefieren hacerlo de este modo. En realidad, lo que es en sí el Sacramento del matrimonio, si se realiza en la propia parroquia, el oficio es gratuito, claro que luego están los adornos florales, música, etc… que corren a cargo de los novios. Si eligen otra parroquia el coste puede ser alrededor de unos 100-150 euros. Es decir, lo que es casarse, como mucho, puede ascender a esa cantidad. Entonces ¿cuáles son las causas de que se disparen los precios de una boda hasta cantidades entre los 15.000-20.000 euros, si hablamos de una boda media? Pues todo lo que viene antes, durante y después de la boda.

Trajes de los novios, banquete de celebración, viaje de luna de miel, fotos, vídeo, y un largo etcétera que encarecen considerablemente el sencillo y simple hecho de unirse dos personas en matrimonio. Los gastos no disminuyen por el hecho de casarse por lo civil, ya que todo lo anteriormente dicho también lo hacen las parejas que eligen esta opción.

En resumen, si se admiten sugerencias, yo propondría una ceremonia sencilla en cualquier ermita de las miles que existen dispersas por nuestros pueblos; como estación, la primavera, con lo cual los adornos florales los pone la madre naturaleza, jaras, amapolas, margaritas silvestres, y, aprovechando el entorno, organizar un picnic familiar donde los manteles de cuadros cubran largas mesas montadas sobre caballetes, con la comida tradicional de la tierra o unas tortillas y chuletas, que saben tan ricas en el campo. La música puede proporcionárnosla cualquier amigo virtuoso del acordeón, o, de cualquier otro instrumento, que seguro que todos conocemos a alguno.

La luna de miel a elección de los novios, claro, pero antes tendrían que plantearse si conocen realmente los exquisitos rincones que guarda nuestra geografía como para irse fuera de aquí a conocer otros rincones lejanos. Y ¿qué hay de visitar a los parientes que viven lejos de nosotros, ahorrándonos con ello el alojamiento y la manutención? Que para viajar luego hay tiempo, sobre todo, cuando la magia del principio se va perdiendo y es necesaria recuperarla. Que el amor es bonito, sí, pero va perdiendo el brillo con los años. Además, el coste tan elevado que tienen esas bodas multitudinarias, muchas veces, son la excusa de muchos para no dar ese paso antes de los 30-35 años y no creo que esto ayude mucho al crecimiento demográfico. Al fin y al cabo, muchos de esos matrimonios engrosarán, lamentablemente, la lista de separaciones y divorcios, con su consiguiente gasto, así que, esto es un ir y venir de dineral cuya principal causa es el amor y el desamor. Algo que, aunque no tenga precio, si tiene, por desgracia, un coste.

sábado, 12 de noviembre de 2005

Libertad de expresión

Firma en apoyo y solidaridad con la COPE


La Constitución Española dice:

Artículo 20
1. Se reconocen y protegen los derechos:

a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

c) A la libertad de cátedra.

d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.


Sobran los comentarios, por eso me uno a la campaña de apoyo a la COPE, difamada, únicamente, por hacer uso de su derecho a la libertad de expresión.

Os invito a los que entréis en este blog a uniros, pues este derecho "es uno de los más fundamentales, ya que es esencial a la lucha para el respeto y promoción de todos los derechos humanos. Sin la habilidad de opinar librememte, de denunciar injusticias y clamar cambios - el hombre está condenado a la opresión." (Human Rights).

sábado, 29 de octubre de 2005

Mis amigas




Siempre se ha dicho que la familia no puede elegirla uno, pero los amigos sí. Ya he hablado de mi familia aquí, de lo mucho que significan para mí, tanto mis padres y hermanos como mis hijos. Pero también mis amigas forman parte de mi vida.

Yo no pude elegir amigas mejores de las que tengo. Creo que a lo largo de la vida, uno toma como referencia de sus vivencias personales, de los lugares donde vive, de los hechos trascendentes que le pasan, a los amigos con los cuales, en ese momento, compartió la alegría, la decepción, la tristeza o la exaltación de las cosas que marcan tu viaje por este camino vital.

Hoy no sólo quiero hablar de mis amigas, sino que también quiero agradecer desde aquí, el apoyo, el cariño, la sonrisa, la palabra, el abrazo… Tantas cosas que me dieron, me dan y me seguirán dando ellas, mis amigas:

Marián, Isabel, Marga, Visi y Manoli, gracias! Porque cuando os he necesitado estabais ahí, porque la amistad no sólo es pasar unas risas cuando los dioses de las circunstancias nos son propicios, sino que también es arrimar el hombro cuando una de nosotras necesita de las demás, cuando la vida le pone obstáculos y tropieza con ellos, siempre estáis ahí, con la mano extendida, dispuestas para motivar, esperanzar y sacar del bache, a cualquiera de nosotras.

A veces niñas y a veces con la serena madurez de nuestra realidad, en cualquier circunstancia, me habéis hecho vivir épocas de alegre plenitud, retardada adolescencia, en algún instante, rescatada del recuerdo, con vuestras bromas, con vuestra compañía, y, repito, con ese abrazo cálido que tan hondo llega.

Siempre he pensado en vosotras como en esa isla donde uno se acomoda y sabe que puede tanto reir como llorar, bailar como sentarse a charlar, una isla donde están a buen recaudo los sentimientos.

De Isabel aprendí que uno ha de perseguir la felicidad aunque eso no suponga únicamente alargar la mano y tocarla, sino a veces escalar duras y abruptas montañas para llegar a la cima. También de ella he aprendido que la edad es únicamente una cifra que para nada representa toda la riqueza interior y la capacidad de entusiasmo que encierra el corazón. Su serenidad, que aporta al grupo un poso de permanencia, de durabilidad, y, ahora que por fin ha terminado su carrera de Derecho, le diría lo mismo que le dije el día de su graduación, que ese pergamino que expresa el haber superado los años de estudio con éxito, solamente dice una muy pequeñita parte de lo que ella vale, porque nos ha demostrado que es mucho más, que en lo que importa verdaderamente, no dan pergaminos ni títulos que lo demuestren, sino que el premio es el fruto de ese desvelo por el bien y la felicidad de los nuestros. El mejor título es el que ella posee: Nunca está ni estará sola, tiene todo un ejército de amigos que la quieren.

De Marga, su actitud acogedora, que hace de su casa un lugar de encuentro, donde todo el mundo cabe, donde tantas veces y tan buenos momentos hemos vivido compartiendo sus exquisitos platos. Siempre he pensado que detrás de la profesional competente, late una excelente cocinera, que haría las delicias de cualquier sibarita y amante de las buenas viandas. Marga tiene esa mezcla de la madurez adquirida y que conlleva responsabilidad en algunas facetas de su vida, con la búsqueda constante de ese lugar donde pueda anidar su alma, libre, sin prejuicios, en estado puro, y le diría que, al fin y al cabo, eso es lo que todas y todos buscamos.

Visi es la luchadora del grupo, la que nunca tira la toalla, tanto en el trabajo como en la diversión, ni en los peores momentos se ha rendido, ni en los mejores ha abandonado la primera, ni la segunda… Ni el esfuerzo, ni la marcha, ni el día, ni la noche, tienen pared ni techo para ella. Lo mismo que se amolda a cualquier trabajo, resiste hasta el final cuando hay alguna celebración. Eso es lo que he aprendido de ella, la resistencia, la corredora de fondo, hormiguita que poco a poco, diariamente, lucha por mantenerse a flote; y también la otra, la que a veces me hace preguntarme ¿de dónde saca tanta energía?.

Manoli también es un ejemplo de superación constante, junto a ella hemos vivido momentos muy duros, de esos en los que uno piensa que hay que ser muy fuerte para poder salir de ellos, pero ella nos ha demostrado que sí que se puede, y, salvo en lo de dejar de fumar, que sus decenas de chicles de nicotina le cuesta, ha demostrado que puede ponerle esperanza a la vida, que puede disfrutar de lo logrado, y que uno es feliz también cuando sus hijos lo son. Eso no quita para que algún día, esa media naranja que estoy segura Dios le tiene reservada en algún lado, salga a su encuentro cuando menos se lo espere.

A Marián, la he dejado para la última porque es la que diariamente me soporta, la que me escucha, el hombro donde he llorado y también la que ha escuchado mis íntimas alegrías, las más profundas. Podría decir tantas cosas de ella que necesitaría varios blogs. Marián es el encanto de las conversaciones compartidas junto al mar, las confesiones con una taza de café delante, el apoyo constante en mis momentos más débiles, y la presencia física de alguien que realmente te pone su hombro tanto para ayudarte como para descansar, como para reir o para llorar. En definitiva, es la que más cerca está de mí, la que mejor, quizás, me conoce, porque ni ella ni yo tenemos apenas secretos que no hayamos compartido.

El ratón de biblioteca, como yo la llamo, es la artífice de que mi vida profesional se encauce de momento hacia esa meta que quiero conseguir, aprobar las oposiciones, para las que ella misma me prepara. Hace muchos años que la conozco y aún siendo siempre la misma, nunca ha sido igual. Su vida como la mía ha pasado por momentos también difíciles, pero en su caso, por desgracia, ha tenido que superar cosas muy duras. Marián me ha enseñado la fortaleza del espíritu, la constancia en el trabajo y en el estudio, la metamorfosis que, a veces, uno tiene que experimentar para renovarse y seguir al pie del cañón. Ha sido la compañera ideal de días de fiesta y también la interlocutora perfecta en nuestras largas jornadas de “filosofías caseras”, donde desgranamos muchas veces los sentimientos a modo de cuentas de rosario. No puedo olvidar nuestro verano en la playa, que, junto con Tita, también querida amiga mía, dábamos largos paseos por la orilla abriendo nuestro corazón e intercambiábamos desazones y pesares, placeres y alegrías. Los famosos fines de semana en Madrid, donde salían a relucir reminiscencias de la adolescencia perdida y nos sentíamos las tres como colegialas de excursión en donde todo nos parecía un regalo, las cenas en la terraza de Tita, las salidas en la noche madrileña, y los bailes al son del radio casette haciendo boberías, como si fuéramos niñas. Aquello que nunca tuve, lo viví con vosotras y espero seguir viviéndolo después de haber instituido el dia del DDT (Día del Desmelene Total), como fecha obligada para quedar en Madrid un fin de semana al año, que tampoco es tanto, pero que nos insufla oxígeno suficiente para poder luego sobrevivir en este mundo de locos.

Estas son mis amigas, pero quiero decir que aunque sí son todas las que están, no están todas las que son, porque tengo la suerte de poseer a mi alrededor más personas, amigos y amigas, que me regalan cada día el don amado de la amistad. Ya hablaré de algunos de ellos más adelante.

A vosotras, gracias, por hacer que mi vida esté llena de momentos especiales.

jueves, 15 de septiembre de 2005

Existe un verano mejor, sí.



(Este es un pequeño relato que no tiene que ver mucho con mi realidad pero que lo escribí en agosto, durante esas horas perdidas de "dolce far niente" que diría un italiano)

Mientras hago el equipaje, el televisor muestra calvarios veraniegos que me parecen algo exagerados, para al final, regalarnos la promesa de que existen veranos mejores.

Tengo la cándida esperanza de poseer la fórmula para conseguir mi propio paraíso estival: no meter en la maleta el despertador, el estrés y la angustia del embotellamiento diario para poder fichar a tiempo en el trabajo.

Pertrechada de pareo, bikini, gafas, sombrero “cow boy”, varios libros bien recomendados por algún amigo... Llego a la playa como quien llega a un oasis para calmar la sed de paz y sosiego.

¡Espejismo! Después de un par de días de colocar la toalla entre sombrillas familiares donde se apiñan cubos, palas, hamacas y bolsas nevera, me doy cuenta de que para lograr un sitio privilegiado, hay que madrugar. ¡Maldición! Me dejé el despertador en casa.

Me dispongo a lucir mi cuerpo serrano, despojado de los cinco kilos que, con gran esfuerzo, perdí antes del verano, pero descubro sinuosas curvas pertenecientes a jovencitas en top less con turgentes cuerpos, paseando desafiantes por la orilla, que me hacen parecer moby dick.

Soy inasequible al desaliento. Me embadurno de crema protectora factor 30 durante la primera semana, y compruebo con horror que el blanco-leche que traía, apenas si ha desaparecido, con lo cual, me aventuro a tomar el sol a pelo para justificar mi estancia en la costa.

Por la noche, desprendiendo ese olor a ensalada que dan los paños empapados en vinagre, para aliviar las quemaduras, reconozco que sí, que es posible que existan veranos mejores.

Poder levantarte a la hora que te plazca y encontrar siempre un lugar para tu hamaca, broncearte sin necesidad de achicharrarte viva, tomarte un pincho de tortilla con cervecita sin miedo a reventar el bikini, porque tengas la suerte de que tu cuerpo se estacione en las medidas soñadas. Ese verano, en el que pasear por la orilla, sea desafiar a la fuerza de la gravedad y ganarle la batalla.

Verano en el que no te acuerdes de los progenitores del amigo bienintencionado que recomienda libros y luego resultan ser tochos incomestibles, y que, valientemente, reconozcas de una vez por todas, que a ti las que te gustan son las novelas de amor y lujo, donde el dueño del yate se casa con la chica, y, juntos, se entregan a la búsqueda del verano perfecto, que para ellos, no nos engañemos, sí que existe.

Mientras me achicharro sobre la arena, cual sardina en barbacoa, sueño por un momento... Ya me veo tumbada en la cubierta como una estatua de bronce, pidiendo al camarero: ¡Un Martini con hielo, por babor!... ¡y un pincho de tortilla, por estribor! que ya estará Santa Corporación Dermoestética al quite, para echarme una mano si se me sublevan las carnes morenas.

Mis libros del verano


Esto de tener veraneos a la antigua usanza, es decir, de casi tres meses, te permite hacer de todo: playa, campo, amigos, fiestas y, por supuesto, lectura. Aunque confieso que he comenzado con la lectura a partir del 15 de agosto hasta el 6 de septiembre, me ha dado tiempo a leer unos siete libros, de los cuales me gustaría destacar alguno. Ahí van mis libros de este verano.

En primer lugar "La sombra del viento", sencillamente me ha encantado, no voy a hacer una crítica literaria, pero reconozco que sería exhaustiva, pues me ha parecido un libro original, con una historia bella de amores y desamores que se mezclan, al igual que se mezclan los personajes e historias del pasado y del presente. La magia y los secretos de un libro, del autor y sus circunstancias, dentro de otro libro. Me ha gustado como Carlos Ruiz Zafón retrata una sociedad de una época muy concreta, definiendo eficazmente los perfiles psicológicos y peculiaridades de cada uno de los personajes, como nos lleva de la mano por la Barcelona de los años 40, y me he quedado con las ganas de saber si es cierto que existe ese cementerio de los libros olvidados del que habla.

Otro libro ha sido "La Princesa de Eboli" de Almudena Arteaga, interesante, no soy muy de novela histórica, pero reconozco que en esta se muestra a una mujer que supo sacar partido y hacer de un accidente mientras se entrenaba en la espada, uno de sus atractivos, amó y sufrió pero también luchó por sus derechos.

"La princesa que creía en los cuentos de hadas" ha sido el descubrimiento de este verano para mí, un libro que por su apariencia parece destinado a jovencitas y, sin embargo, es una alegoría en la que Marcia Grad nos descubre, a través de la princesa protagonista, la verdad de la felicidad y el auténtico amor. Me ha impresionado y me ha hecho encontrarme cara a cara con muchas cosas que desconocía de mí misma y de lo que me rodea. Un libro de autoayuda que deberían leer muchas mujeres.

"Iacobus" de Matilde Asensi, es otro de los libros que en este verano me ha entretenido con su narración sencilla y a la vez llena de ese misterio que encierran los enigmas de los Templarios, los Hospitalarios, y el entorno de la Edad Media. Me ha gustado, tanto por la descripción del Camino de Santiago, como por la intriga y el suspense que se mantiene hasta el final.

Esos son los más sobresalientes, ya comentaré los otros más adelante.

sábado, 28 de mayo de 2005

Hoguera de sentimientos

Hoguera




Hoy la madrugada se ha sentado junto a mí, en este islote bendito de la ansiada soledad, cuando es sinónimo de descanso y relajado momento para hacer introspecciones hacia el centro de mi alma.

Revolotean, entonces, pensamientos distintos a mi alrededor, como si el viento hubiera levantado todas las notas tomadas a lo largo del día, del tiempo, de mi vida... caen algunos en mi falda, posándose suavemente junto a mis manos, para que yo los tome, recuerde el instante preciso en que nacieron y quién o qué me hizo dejar esa huella en mi memoria.

Inquietantes pensamientos algunos, placenteros otros, en este recuento de vivencias y sensaciones grabadas. A veces el miedo me hiere con el filo de su hoja, desasosiego de este corazón que se preocupa demasiado, y entonces, aparto de un parpadeo pensamientos negativos para volver a recrear mi espíritu en proyectos siempre soñados, esperados, en aquellas metas que persigo hace tanto, tanto tiempo. Dibujan mi sonrisa las cotidianas situaciones de la rutina amada, donde, sin embargo, crezco cada dia, entre alegrías pequeñas que me son tan grandes, y palabras cortas que me dicen tanto.

Hay una hoguera encendida, que no quiero que se apague, y, como en la canción de Estopa, esa hoguera es de sentimientos, y arderá mientras le ponga leña, a la vera de la esperanza.

martes, 26 de abril de 2005

Poner corsés a la vida

Libertad


Hay gente que se empeña en ponerle corsés a la vida, en dibujar mapas por donde tenemos que ir nosotros, y peor aún, por donde tienen que caminar nuestros espíritus.

Frente a esos muros de contención de la libertad, yo me pregunto si tenemos derecho a catalogar de antemano los perfiles de nuestros sentimientos para encuadrarlos en un patrón preconcebido, del cual uno no puede salirse sin miedo a ser señalado, acorralado, perseguido o criticado.

¿Quién marca lo que tenemos que hacer a determinadas alturas de nuestra vida? ¿Por qué no podemos cambiar esos patrones?

Cosas como comenzar a estudiar cuando se han cumplido los 35, tener un hijo a los 40 o enrolarte en un grupo de teatro a los 60, enamorarte en un viaje del inserso, aprender a bailar sevillanas recién jubilado, o dedicarte a escribir poemas después de haber sido un lince como broker, terror del parquet en la bolsa.

La vida ya nos pone demasiadas cortapisas naturales como para encima darle alas nosotros mismos a la imposibilidad de realizar nuestros sueños.

Ni la edad, ni el entorno, ni el devenir de los acontecimientos pueden ponernos freno en nuestro deseo de crecer. Al fin y al cabo, pienso que vivir es siempre una aventura en la que cambian los paisajes, cambian las esperanzas, las metas, incluso los actores secundarios, pero siempre los protagonistas somos nosotros.

Vivir es siempre un reto, una interrogación diaria, que no podemos cerrar antes de tiempo, y que no deberíamos abrir si no vamos a poner algo dentro.

Voto por la capacidad de asombrarnos cada día, por la ilusión de los besos aún no llegados, de miradas que están a punto de cruzarse, de las obras que laten en nuestras manos, esperando a salir como un torbellino, dando rienda suelta a todo lo que nos haga crecer como personas, renacer con espíritu renovado, sin el corsé estúpido del conformismo, del espacio y del tiempo. ¿Quién sabe las vueltas que dará el reloj de cada uno de nosotros?

domingo, 17 de abril de 2005

Del hogar y de mi madre

Madre e Hija


Mi madre siempre nos dijo que el "hogar" es donde uno está, donde están los tuyos, quizás porque las circunstancias de la vida nos hicieron viajar mucho de pequeños y cambiar de domicilio con frecuencia, y, con el tiempo he visto que mi madre tenía y tiene razón. Cuando uno parte hacia otro lugar para construir ahí su vida, ha de meter en la maleta junto con los enseres y recuerdos, también el "hogar".

En realidad ocupa poco, es nada más y nada menos que el sentimiento de arraigo a las costumbres cotidianas, a las tradiciones familiares, al sentimiento de "familia".

El hogar se construye a base de cariño, de ese amor que tienes por lo que te rodee, y quienes te rodeen en ese momento, y no necesariamente en ese orden, el entorno, las otras "cosas", es lo de menos.

Mi madre creaba hogar en cada uno de los sitios donde vivimos, porque el aroma de sus guisos, el tacto de las sábanas recién lavadas y planchadas, los picatostes de los domingos por la mañana, las torrijas de Semana Santa, y su pastel de limón, hacían que siempre tuviéramos la referencia de una continuación en el espacio y en el tiempo.

Ahora, cuando vuelvo a casa, la de mis padres, tengo siempre la sensación de retroceder a mi niñez, a mi adolescencia, porque, sea donde sea, en algún lugar de su hogar está también el mío, el que durante años compartí, hasta formar mi propia familia. Soy de la opinión de que los hogares no se rompen ó no tienen por qué romperse únicamente porque los miembros se distancien en el espacio, o porque la pareja se separe, cada uno llevamos dentro esa capacidad de hacer florecer en el lugar donde nos encontremos la semilla de hogar, de continuar o crear nuestras propias tradiciones, poner las bases de proyectos nuevos e intentar cada día llevarlos a cabo.

Mi madre siempre sabía plegar perfectamente ese "hogar" para meterlo en nuestro equipaje.

¡Mamá!...Recuerdo cómo la miraba mientras se hacía su moño italiano y pintaba sus labios, cuando yo era niña, ¡me parecía tan guapa!, recuerdo sus refranes para todo, como sentencias indiscutibles de cualquier situación que se presentara. Cómo nos recitaba, transmitiéndonos, los poemas que mi abuela creó, para que mi hermana y yo se los dijéramos a María en el mes de mayo, en el colegio.

Su afán protector de siempre y de ahora, con el consabido, ten cuidado al cruzar y ponte la bufanda, cuando íbamos al colegio forradas de ropa, para no constiparnos en el invierno. Incluso ahora nos telefonea si sabe que emprendemos algún viaje, para decirnos ¡Ten cuidado! como si al decirnos eso nos hiciera entrega de un amuleto capaz de protegernos durante todo el tiempo.

Un día me perdí en la playa, al salir del agua me despisté y salí más allá de nuestra sombrilla, tendría unos 8 o 9 años, después de un ratito mirando acá y allá, conseguí ver el sitio donde estábamos y fui para él, no había nadie, me quedé alli jugando con la arena, tranquila, sin pensar para nada en lo que podrían estar haciendo, cuando de pronto veo que se acerca un montón de gente, encabezados por mi madre, mi padre, uf! ¿qué pasaba? De pronto sentí un azote en el trasero que me dió ella y que me dolió,para inmediatamente a continuación aferrarse a mí en un abrazo tan fuerte que apenas respiraba. Sus ojos tenían lágrimas y se la veía realmente asustada. Creo que en ese momento comprendí o al menos empecé a comprender lo que te quieren los padres, cosa que hasta que no lo vives, cuando tienes hijos, no llegas a confirmar de verdad.

Con los años, a veces, descubres que los padres no tienen la verdad absoluta y que, incluso se equivocan en algunas cosas, pero siempre el corazón ahí es indulgente, primero porque sabes que ellos son los únicos que te dan lo mejor que poseen, lo mejor de lo que saben, lo mejor de lo que piensan... ¿quiénes somos nosotros para cuestionar, entonces, si lo hicieron bien o mal? Y, segundo, porque ser padres no es nada fácil. En mi caso, siempre prevalecerá antes que el cachete en el trasero, aquél abrazo fuerte, apretado, desesperado de mi madre cuando creyó que yo había sufrido algún daño.

sábado, 16 de abril de 2005

Algún día



Creo que lo que no se dice, ha de quedar en algún sitio. Ya sabemos que hay palabras que nos hubiera gustado decírselas a alguien y se nos quedaron en el tintero del alma, gracias, te quiero, buen trabajo, me gustó tu carta, tus flores, tu regalo, eres estupenda como amiga, hija, madre, compañero, esposa, hermano...También, quizás aquéllas menos agradables como, no estuvo bien eso que hiciste, me hirió aquél gesto tuyo, y que probablemente no dejamos escapar de nuestra boca las unas por orgullo, las otras, por miedo a espantar a los demás, cosa egoista sin duda, porque en la verdad es donde brillan mejor los sentimientos. En fín, todo lo que se nos ocurra que debimos decir y no dijimos.
Algún día he de abrir ese arcón donde mis palabras no dichas aguardan el tiempo de ser pronunciadas, algún día, también, me gustaría tanto escuchar aquéllo que esperé oir y nunca me dijeron. Algún día, debería también saber si herí a alguien sin saberlo.
Solamente espero que haya tiempo y que no sea tarde ni para sacar sentimientos de mi arcón, ni para meter en él lo que sueño oir, o lo que no esperaba nunca que me dijeran.
Porque todos los sentimientos tienen derecho a ser liberados.

domingo, 10 de abril de 2005

¡ Santo súbito!

Juan PabloII


Juan Pablo II ha muerto. El Papa viajero ha emprendido su último viaje hacia el lugar donde, quizás, deposite su legendario y repetido tantas veces, beso, aquí en la tierra, en todas las tierras que pisó al llegar.

¿Qué poder añadir a todas las cosas que plumas ilustres han escrito ya sobre su vida, su sufrimiento en la enfermedad y su muerte al final?.

Tan sólo puedo hablar desde la fe que mueve mis dedos al escribir esto, desde el recuerdo de su viaje a España y el discurso que en el Santiago Bernabéu nos dirigió a todos los jóvenes y de cuando le vi pasar delante de mí, entre vítores y gritos de Totus Tuus, y de la sensación indescriptible y emocionada que tuve, de la huella que su figura deja, espiritual y humanamente.

Al Papa se le puede ver bajo distintos prismas, desde la fe, como digo, es decir, como a Juan Pablo II, y también como al hombre que fué, como a Karol Wojtyla. Pero, curiosamente, en este Papa convergen los dos puntos de vista, las dos lecturas que se pueden hacer de su vida, en infinitas ocasiones.

Fué lider como Papa y también como hombre, y para muestra la despedida multitudinaria que ha tenido, la inmensa cantidad de personas que ha movilizado en todos sus viajes, el seguimiento sin precedentes por parte de la juventud. Carismático, sin duda, por ser honesto, auténtico y coherente con la Palabra de Dios. Valiente al proclamarla y al enfrentarse al mundo para defenderla, combatió con firmeza la opresión, con el arma que tenía: la predicación.

Un Papa que quiso seguir al pie de la letra lo que dice la Biblia "Id y Predicad el Evangelio" (Marcos 16:15-16). Llevó su presencia que era la presencia de Cristo en la tierra junto con la Buena Noticia a los lugares más recónditos y sorprendentes, viajes en los que iba sembrando la Palabra de Dios y en los que la paz era, sin lugar a dudas, un denominador común. Pero frente a la firmeza que mostraba en su lucha por la paz se abría su corazón derrochando y pidiendo, también como denominador común, para toda acción, el amor: «Hoy quiero comprometeros a ser operadores y artífices de paz. Responded a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder fascinante del amor. Venced la enemistad con la fuerza del perdón».(04.03.03. Visita a Cuatro Vientos).

La sonrisa que mostraba cuando hablaba a los jóvenes podía más que cientos de mítines que hoy podamos escuchar de tantos otros "líderes", ¿por qué?. En mi opinión, creo que era porque él estaba plenamente convencido de lo que decía, de lo que predicaba, de lo que le movía y se movía dentro de él y que supo transmitir tan bien a tantos miles, millones de jóvenes.

No hay duda de que ha sido la figura más importante, para la Iglesia y para el mundo, desde 1978 hasta hoy, y que tardará en salir otra persona con esas características.

Tenía partidarios y tenía detractores, pero no dejaba a nadie indiferente, no hay sitio para la tibieza cuando se habla de Juan Pablo II.

Para millones de no creyentes ha sido un gran hombre y para los millones de creyentes, y trás ver las manifestaciones espontáneas de la gente durante su enfermedad y después de su muerte, Juan Pablo II ha sido un Papa Santo, como decían muchas pancartas en la plaza de San Pedro, ¡Santo súbito! (santo pronto), pidiendo su canonización. Porque nadie como él para serlo.

domingo, 3 de abril de 2005

¡Felicidades, Mercedes!


Un 3 de abril se cumplió por primera vez el sueño más grande que he tenido: ser madre.

Hasta ese día, a lo largo de mi vida, alimenté la espera de diversas maneras; Cuando, aún siendo niña, jugaba, lo hacía entregando mimos y nanas a muñecas a las que acunaba, lavaba, vestía y sacaba a pasear en cochecitos con lazos; luego, más tarde, los primitos más pequeños, los hijos de los vecinos, los sobrinos, cuando llegaron, se llevaban los cuidados de aquella "pequeña mama", con vocación de madre.

Y, durante los nueve meses antes de aquel 3 de abril, escribí una serie de cartas a mi futuro retoño, aún sin saber si sería niño o niña. Nació Mercedes, mi hija, tan soñada, deseada y esperada que cuando la ví sobre mi pecho, donde me la pusieron nada más nacer, sintiendo su calor que aún era mi calor que lo llevaba consigo, viendo sus manitas cerradas y su cabecita ladeada, tranquila por escuchar aún el latido de mi corazón, que seguro iba más deprisa, lloré, lloré de alegría, y a la vez sonreía, feliz, y también interiormente daba gracias a Dios, porque me había regalado, al fín, lo que tanto había soñado.

Mercedes, cuando eras una bebita, qué fácil era controlar, saber, proteger, incluso, achucharte contra mi pecho y llenarte de besos. Todos los cumpleaños que vinieron eran una fiesta para todos, llenos de imaginación de globos y sorpresas que te preparaba con todo mi cariño, tartas con las figuras de tus animales preferidos, teatro de guiñol, piñatas, payasos...

Ahora que has crecido, ahora que estás lejos de mí, aunque siempre tan cerca, en mi corazón, tanto tú como tu hermano, ahora que tus alas se despliegan para volar sola poco a poco, me vienen a la cabeza las palabras de khalil Gibran: "Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia delante." ahora que estás sembrando lo que será mañana tu vida, quiero decirte algo, hija mía, algo que te he dicho ya muchas veces, pero que hoy, por ser tu cumpleaños, de una manera especial quiero decírtelo en esta tribuna pública, para que tú lo aceptes como pequeño regalo de tu madre.

Me siento orgullosa de tí, siempre me sentí orgullosa de tí, Mercedes, desde que eras pequeña, por tus preguntas, a veces díficiles de contestar para mí, por lo originales e inesperadas, por esa gracia que tenías cuando cantabas imitando a Azucar Moreno con tan sólo 4 años con un arte y un salero que no se podía aguantar! Por tu magnífico expediente académico, plagado de matrículas de honor, antes y ahora, por ser como eres, cariñosa, buena, obediente. Sí, no es que no tengas defectos, que también los tendrás, pero no creo que el peso de los mismos, incline la balanza del orgullo que siento por tí, hacia su lado.

También quiero decirte que nunca, desde el día en que naciste, mi amor hacia tí y aquél sentimiento que tuve al verte por primera vez, siendo tan sólo una pequeña silueta dentro de mí, en la primera ecografía, y más tarde cuando te pude tocar, ha variado jamás lo más mínimo, sino que, al contrario, ha crecido día trás día, incluso en los momentos difíciles, en los momentos en los que, tal vez, no era fácil para tí comprender algunas decisiones mías y nuestras palabras chocaban en el aire intentando encontrarse.

Este es mi regalo de ahora, porque estás lejos, pero cuando vengas aquí, tengo otro, creo que ha llegado el momento de entregarte todas las cartas que los meses previos a tu nacimiento escribí con todo mi amor, como el que hoy te mando.

Felicidades, hija mía, mi bebita, te quiere

Mamá

jueves, 31 de marzo de 2005

Un paréntesis para meditar

Jesus de Medinaceli



Este paréntesis de la Semana Santa me hace cada año meditar sobre la fe en general y sobre mi propia fe en particular.

La belleza de las procesiones que salen en cualquier rincón de nuestra geografía durante estos días, el silencio profundo, la devoción de muchos la curiosidad también de otros, la contemplación como espectadores o la participación como cristianos de los que llenan las calles flanqueando las aceras mientras los pasos se suceden entre tambores o bandas, en medio de las luces de los cirios y faroles, no deja cada año de sorprenderme, de remover por dentro ese anhelo que tenemos los seres humanos a lo largo de la historia de alcanzar la trascendencia de nuestro propio "yo".

No es en la Pasión ni siquiera en la Muerte donde Cristo da la talla de Dios, porque, aun siendo éstas grandes pruebas para cualquier persona que decide morir por lo que predica, no dejarían de ser "posibles" para cualquiera, ya fuera un "loco" que afirmaba perdonar a quien le mataba, ya fuera un "revolucionario" que prometía un mundo mejor para quien dejara todo y le siguiera, ya fuera el adalid del "amor universal".

Lo que le da la talla de Dios a Cristo es vencer a la muerte tres días después de haberla sufrido, demostrarnos que la Vida puede existir aun habiendo muerto. Ahí está la piedra angular de la fe, en ese Cristo es en el que creo, aunque al que padeció y murió por mí, le amo del mismo modo que El me amaba cuando en su Cruz, al perdonar a los que allí estaban, también me estaba perdonando a mí.

Me conmueve pensar que por medio de su Resurrección se hace posible mi trascendencia después de la vida, de esta vida que El sabe que tanto quiero.

domingo, 20 de marzo de 2005

Mi padre y su filosofía

Mi padre y su filosofía
Todos los padres tienen para los hijos una especie de libro secreto donde, al parecer, han ido anotando todas las enseñanzas a lo largo de sus años para poder un día traspasarlas a sus hijos.
Mi padre tiene también el suyo. Libro que yo no he visto ni he tenido en mis manos, pero que sin duda existe, porque me ha dado tantas pruebas de ello que me basta con recordar cualquier momento de mi vida para encontrar alli mismo un ejemplo de alguna de las valiosas experiencias y consejos que guarda.
Su filosofía es sencilla, yo diría que de sentido común, nada complicada, su filosofía es como él.
Mi padre es el ejemplo claro de lo que podríamos llamar "vive y deja vivir", ejemplo de generosidad, no he visto un corazón más generoso, si pudiera darnos todo, nos lo daría.
Cuando yo era niña admiraba a mi padre porque era tan alto que me parecía el ser más fuerte e invencible que había en la tierra, ahora le veo desde la perspectiva de mi altura y, aún así, me sigue pareciendo alto. Creo que lo que le hace ser grande a mis ojos es el amor por la libertad que nos ha inculcado a lo largo de nuestra vida.
En realidad le fui descubriendo con los años, porque en cada edad tenemos un concepto diferente de lo que es un padre y lo que significa el nuestro en nuestra existencia.
Hoy creo que tengo la verdadera medida de lo que es para mí el mío y lo que ha significado en mi vida, hoy sé quien es mi padre gracias a los acontecimientos de mi propio caminar, y del apoyo que he tenido por su parte, claro que junto a mi madre, de la que también hablaré en otro post.

jueves, 17 de marzo de 2005

Entre almendros y naranjos.



Ya huele la primavera hoy, así, casi de pronto!

En mi barrio hay naranjos que están empezando a desperezarse, a quitarse el peso del invierno y la helada. También los almendros están ya en flor.

Siempre me asombra ese pequeño milagro de cada año. Es grande y hermoso contemplar como, trás esa capa cadavérica de sequedad y baldía existencia, llega un día, un día apenas, que surje el renacimiento de la vida, y la rama aquella que parecía muerta, está ahí, diciéndonos: Eh!! que estoy viva, que aún conservo intacta mi capacidad para dar flores, para expandir la belleza que llevo dentro, para que germine mi sueño anual de ser otra vez fuente, de belleza, de ánimo, de ejemplo... Si yo puedo renacer cada primavera, tú también puedes hacerlo.

miércoles, 16 de marzo de 2005

La sonrisa de mi hijo



Cuando viene del colegio, parece que hubiera librado la batalla diaría en la guerra de "Crecer en sabiduría y....vitalidad". Como heridas simbólicas de su heroico esfuerzo, una rodillera rota, el cordón de un zapato desabrochado y los puños de la camisa blanca tan negros, que se hace difícil saber si tenían el mismo tono que el resto de la misma.

Tiene una pasión desbordante por el futbol, y cree a pies juntillas que será un galáctico de lujo, entre los galácticos... que, dicho sea de paso, cuando él tenga la edad de serlo, ésos a los que admira tanto, estarán retirados en sus casas, leyendo el marca o tal vez aprendiendo a bailar la samba en una academia para miembros relevantes de la tercera edad.

Pero cada día que viene con su mochila a cuestas, con sus sueños, y contando el gol maravilloso que ha metido de tacón... cada día que me muestra su sonrisa, tiznada de sudor y polvo del balón, fruto de limpiarse una y otra vez con las manos sucias.

Cada día, esa sonrisa me parece nueva, estrenada, deslumbrante, milagrosa..... porque recuerdo cuando nació y era tan sólo un ovillo envuelto en faldones blancos, y sus manitas agarraban mi dedo aferrándose a la vida y respondiendo con sólo ese gesto a todas mis oraciones rogando a Dios que naciera sano, fuerte, el día que supe que estaba esperando un hijo.

La sonrisa de mi hijo es la respuesta de por qué cada día que despierto tengo motivos para levantarme y luchar.

Gracias, Fonchi.
Mamá

lunes, 14 de marzo de 2005

Porque me siento bien!

Y no hay un motivo, tan solo saber que estoy bien, que hay gente a la que quiero y que me quiere. Porque me sonríen, porque me llaman por teléfono, porque me abren la puerta del portal... Y alguien dice: Buenos días!!

Porque un día no es tan sólo un día, un día son veinticuatro horas y muchos, muchos momentos en los que sentirse especial, feliz, triste, horrible, maravillosa, delgada, gorda, alta, baja.... VIVA, al fin y al cabo.