lunes, 27 de marzo de 2006

Pensamiento


¿Cuántas veces te preguntaste, durante años, qué sería de tí sin él?. Ahora que no está, por fín lo has descubierto: Sin él, ¡Eres tú!.

martes, 21 de marzo de 2006

¡Bienvenida, Primavera



Ha llegado casi de puntillas, tal vez por no querer molestar, como esa niña tímida que asoma su naricilla por la rendija de la puerta donde hablan los adultos. Esta vez, ni siquiera el Corte Inglés nos ha avisado con la suficiente antelación, ¿les habrá pillado desprevenidos también a ellos?.

Entre tanta algarabía de estatutos, opas, pruebas, comisiones, juicios, promesas incumplidas, gritos, rencillas y miserias, apenas podemos sentir como la vida sigue, como las estaciones se suceden y llega esta primavera, temerosa casi de ofrecernos el regalo de sus flores, y me pregunto si hemos perdido ya con nuestras voces la capacidad de escuchar el canto de la vida.

¿No podríamos pararnos un instante y pensar en lo que eso significa? Pero ¿quién soy yo para erigirme en juez de nadie? Si yo también ando metida en esa vorágine de prisa y miedo, de estrés agotador por alcanzar una meta que, francamente, cada vez que está cerca, alguien se encarga de moverla unos pasos más allá.

Me haré el propósito de reflexionar sobre ello, la vida viene a nuestro encuentro en cada hoja que renace de la rama que parecía agostada, en cada flor que se abre en colores, en cada paso que damos, la vida, sí, la vida misma, sale a nuestro encuentro. Pues a ver si nos damos de narices con ella, porque de otro modo, dudo mucho que cambiemos nuestros hábitos, lamentablemente. En fin, ¡¡Feliz primavera a todos!!

viernes, 3 de marzo de 2006

La raza de los "ex"



En los últimos tiempos ha aflorado en nuestra sociedad una nueva raza de la que siempre han existido ejemplares pero que ha sufrido, como todo, una evolución curiosa: La raza de los “ex”.

Basándome en testimonios de amigas y amigos, y en la observación, a una ligera distancia, del comportamiento de conocidos o desconocidos que fácilmente se les puede encasillar en esa denominación de origen, he llegado a unas curiosas conclusiones, que si bien no tienen ningún valor científico, al menos responden a una realidad bien patente en nuestros días, y si existen excepciones serán las que confirmen la regla. He decidido que los iré plasmando aquí, poco a poco, digamos que por capítulos, porque son varios los tipos de “ex” observados, al igual que no me olvidaré de las “ex”, que también se las traen, o nos las traemos, si he de ser del todo justa.

Capítulo I.- El marchoso- ligón

En primer lugar, están esos recién llegados al mundo de los “ex” cuyo matrimonio o vínculo con su pareja eran como una pesada losa que cortaba sus alas y piensan que su recuperada libertad les lleva por arte de magia a una adolescencia o primera juventud en las que los excesos son parte importante, como un pasaporte a la diversión desenfrenada; en sus mentes late una palabra constantemente que casi se lee escrita en la frente cuando los encuentras por la noche en algún bar de copas: LIGAR. Son como esos perritos que esperan durante todo el día a su amo para que les saque a pasear y cuando oyen la llave en la cerradura, se vuelven locos moviendo su rabito para al verse en la calle salir disparados cual cohete hacia la luna, buscando algún trasero que olisquear.

El objetivo de esos cuarentones, estrenando su apelativo de “ex”, son las típicas niñas de veintitrés o veinticinco años con tops ajustadísimos y, con suerte, algún piercing en su ombligo, quizás para repetirse a sí mismos que son unos tipos bastante atractivos aún como para volverlas locas. Después de tres o cuatro copas con invitación incluida a la del piercing, se lanzan a mover su esqueleto en una mezcla de baile de los ochenta con recopilación incluida de movimientos sexys, atentando gravemente a la estética del cuerpo humano.

En una ciudad pequeña se coincide muchas veces en los mismos lugares con la ex – mujer, ex – novia, ex – pareja, y lo que dicen éstas de ellos al verles bailar como peonzas en medio del bar con las jovencitas se asemeja mucho a un…”¿no es ese Pepe?, ¡por favor, si podría ser su hija!”, esto en voz alta, claro, porque por dentro más de una pensará: “Y conmigo nunca quería bailar, el muy capullo”. Con lo cual, la ex – mujer, ex – novia, ex – pareja, desplegará todos sus encantos para poder ligarse un yogurín con el que dar por las narices al ridículo que babea mirando el ombligo de la veinteañera.

El marchoso ligón, al llegar las tres de la madrugada, comienza a sentir en sus carnes el cansancio de la exhibición y comprueba con horror que a la veinteañera esa demostración danzarina no le ha hecho más que entretener un rato y sacar unos cuantos cubatas gratis, y, cuando ve que ésta se despide alegremente más fresca que una rosa para continuar la marcha en otro sitio con su grupo de amigos, toma la decisión firme de dosificarse más en sus demostraciones y en su presupuesto, y pone pies en polvorosa hacia su casa, sólo con la íntima alegría de saber que su “ex” le ha visto ligando y ha creído ver en su cara que los celos la corroían. Trataría de borrar de su mente la escena de ella ligoteando con un niñato que podría ser su hijo, tan ridícula que daba pena, y se va diciéndose para sus adentros: “Pobrecilla, ese lo que quiere es pillar cacho, y no me extraña con el escotazo que se ha puesto, la muy fresca”.