viernes, 30 de junio de 2006

LA LUZ EN LA VENTANA


¿Cuantas veces hemos oído decir a alguien que la vida es una mierda? Un día, alguien me dijo lo mismo y yo le contesté: La vida no es una mierda, nosotros la hacemos una mierda.

Nadie pierde lo que tiene si lo quiere y lo cuida. Abandonar algo no es perderlo para siempre...
¿Cuánto es siempre? ¿Una vida? ¿El tiempo que media entre el error cometido y el perdón? ¿Entre la lágrima y el beso? ¿Entre el silencio y un te quiero? ¿Entre una ciudad y otra?

Había una vez un hombre que prefirió huir y tirar la toalla a enfrentarse con la verdad del amor, se escondía trás la puerta cerrada de la incomunicación y no podía ver los brazos abiertos de su amada, escuchaba todas las voces menos la de su corazón, incluida las de la razón y la lógica, como si el amor fuera una fórmula matemática...

Había también una mujer, que ponía todas las noches una luz en su ventana, por si el amado, perdido, veía la luz y así poder ayudarle a encontrar el camino de vuelta, pero el hombre al ver la luz, pensaba que era una estrella y se negaba a seguirla, por si se ádentraba en caminos desconocidos para él. Tenía miedo de moverse y se quedaba quieto, noche trás noche.

Cuando pasaron muchos días, meses, la mujer dando por perdido a su amor, dejó de poner la luz en la ventana, resignándose a tan dolorosa pérdida. Cuando el hombre, como cada noche buscó la estrella por todo el cielo y no la encontró, se dió cuenta por primera vez que aquella estrella estaba allí para guiarle, porque se sintió más perdido sin ella, pero ya era tarde....La estrella no volvió nunca a brillar. No ver lo que uno tiene, a veces, es perderlo para siempre.

Tal vez ese hombre dijera: "La vida es una mierda"

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