martes, 17 de abril de 2007

CAMBIO RADICAL




¿Quién no recuerda aquella película de Luis García Berlanga titulada “Los jueves, milagro”? Pues bien, en Antena 3, desde hace unas semanas, los domingos toca milagro. Ya son varias las mujeres e incluso en el último programa también un hombre, que han pasado de ser “patitos feos” a convertirse en la nueva versión de lo que antes eran las princesas o príncipes de los cuentos, es decir, en auténticos top-models, gracias a las “milagrosas” manos y técnicas de un equipo humano formado por cirujanos plásticos, odontólogos, esteticistas, peluqueros y asesores de imagen que por arte de birlibirloque llevan a cabo transformaciones casi, casi mágicas, si no fuera por unos pequeños inconvenientes que los protagonistas tienen que estar dispuestos a asumir.

En primer lugar, separarse de los suyos por un tiempo que, según tengo entendido es de dos meses mínimo, luego, someterse a intervenciones que en muchos casos se efectúan bajo anestesia general; estas dos razones ya por sí solas me parecen suficientes como para pensarse seriamente lo del “cambio radical”, pero aún hay más.

Para evidenciar el éxito de la transformación sufrida, nos muestran la nueva imagen, la del DESPUÉS, en todo su esplendor. Una nueva persona, vestida, peinada, maquillada, glamourosa, y, no lo olvidemos, operada; junto a esa nueva y atractiva imagen nos colocan la del ANTES, ésta, enfundada en un conjunto de ropa interior “color carne” anti-lujuria total, en un desafío al mundo, al buen gusto y a la estética, la protagonista, dando prueba de valentía o, si lo queremos, de la necesidad imperiosa que puede empujar a una mujer a asumir, en mi opinión, el mayor riesgo de todos: estar dispuesta a ponerse delante de las cámaras de esa guisa.

Partiendo de la base de que el “color carne” debería estar prohibido por ley, me parece inhumano que a cada momento, con intervalos cortitos de tiempo y mientras nos explican con pelos y señales e incluso con imagen y sonido, la serie de intervenciones por las que ha pasado la “afortunada”, aparezca esa horrible imagen del ANTES girando, de perfil, de frente, de lejos, de cerca, en la que los ojos apenas si pueden fijarse en los antiguos defectos físicos que afeaban a la pobre chica, sino que no es posible apartarlos del horrendo conjunto “color carne”.

Al final de cada transformación, no puedo por menos que preguntarme si la chica, bajo la tela de seda de su glamoroso vestido, seguirá llevando el conjunto hortera que toda España conoce.

10 comentarios:

  1. Anónimo7:30 p. m.

    Hola Shiki, que alegría "verte" de nuevo por aquí, precisamente hace una semana hable del mismo programa, a mi en el fondo me da pena....no se...

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  2. Nunca he visto el programa, porque no me atrae nada, la verdad, pero ayer estuve viendo el programa Sé lo que hicísteis la última semana y salían escenas del famoso hombre operado.

    Me partí de risa por dos motivos:

    Uno, la presentación: "es un hombre, es padre de familia, es agricultor Y NO ES GAY" ¿?¿?¿?

    Dos, porque aunque la mona se vista de seda, mona se queda ¡QUE ESPANTO DE CAMBIO! Parecía un muñeco de cera. El pollo llevaba un rictus que no era capaz de cambiar ni de dotar de un mínimo de elasticidad.

    No sé. Para mí, la naturaleza es sabia. Y el plástico no se recicla fácilmente.

    Saludos salvajes.

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  3. ¡Hola Shikilla!, hace mucho tiempo que no pasabamos por tu "casa" y ahora que hemos podido hacerlo, solamente queríamos desearte todo lo mejor y que nos sigamos visitando.

    Muchos besos.

    Ana y Víctor Manuel

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  4. Y con los espejos que hacen?
    Los renuevan?
    jajajajajaja

    Y ya que andás mirando la tele, te invito a pasar por mi barrio.

    Un beso sin retoques

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  5. Anónimo8:57 a. m.

    Este tipo de programas es de lo más ridículo, las televisiones, con tal de obtener audiencias, se aprovechan de cualquier debilidad humana para exponerla al mundo como si de un animal de circo se tratase.
    Saludos.

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  6. Si esos programas me parecen horribles...aqui en Belgica estuvieron muy de moda hace un ano y medio mas o menos... yo detestaba la humillacion inicial porque la verdad que escogia gente bastante afectada fisicamente por decirlo de alguna forma y les restregaban 10 mil veces por la cara todos sus defectos y hasta los que no eran tan defectos sino simplemente rasgos de su configuracion... lo impresionante de todo es que la verdad hacen de todo, es una fabrica de gente...cambian dientes, levantan cejas y pomulos, eliminan vello imprudente, le quitan grasa de todos lados o le ponen en otros... yo nada mas pensaba en lo doloroso de todos esos tratamientos y ademas todos juntos y me daba de todo...de hecho vi un par de ellos, el primero por accidente, o sea haciendo zapping y el segundo por ver completo como iba el cuento. Pero luego me parecio tan desagradable como programa y tan morboso y humillante que pare...
    Ademas una sensacion de que los resultados finales son siempre los mismos...la gente pierde su individualismo y es como seriada, es decir.... todas tienen la misma nariz...los mismos pomulos, la misma boca estilo Angelina Jolie... las orejas prensadas y luego unas cinturitas de misses... la misma talla de pantalon...en fin...me parece que no en todos los casos respetan los rasgos naturales de la persona sino que terminan siendo todas iguales...

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  7. Deplorable es este programa, y todo lo que engloba. Lamentable el creer que hay que pasar por ello. En fin, están en su derecho a elegir.
    ¿Cómo va todo? , confío que bien, lo doy por casi hecho, faltaría más. Suerte, y un abrazo.

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  8. Ahora al color "carne" le llaman "color maquillaje" y a mí también me parece que debería estar prohibido. Ese programa ni lo he visto ni lo veré, arreglados estamos...

    Un beso

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  9. Hola Shiki!! Bienvenida de nuevo a la blogosfera...
    Totalmente de acuerdo, el color carne debería estar prohibido sobre todo en la ropa interior...
    Y cambio radical también debería estar prohibido. ¿Alguien sabe si han hecho pruebas con Teresa Viejo? Porque a la jodía no se le nota ni un año de más.

    Bueno, de momento, poco que contar... solo que sigo felizmente enamorado, no me lo puedo creer!!

    Besitos desde Galicia

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  10. Desde luego, si nos sacaran una foto por la mañana, sin lavar ni peinar, con la peor cara de pena que puedas poner, con el famoso conjunto color carne, eso sí, con las mollas fuera de la braga desparramándose por la goma, pues todo hijo de vecino necesitaría un cambio radical. Creo que, en muchos casos, un conjuntito de "woman secret", la espalda recta, los pelos lavados y peinados y una cara de "cuántas cosas tengo que hacer hoy y qué bello es vivir" y no haría falta cambio ninguno. Muchos de los que van, lo que necesitan es que su autoestima suba y eso lo arregla un psicólogo, no veinticinco mil cicatrices.

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