miércoles, 7 de enero de 2009

UN POQUITO DE "POR FAVOR"


Recién llegada de vacaciones, os cuento lo que he pedido y lo que me han traído los Reyes Magos.

En realidad, me he pasado todas las fiestas de Navidad pidiendo: Empecé a pedir en la Cena de Nochebuena, cuando sentada a la mesa junto a mi familia, viendo cómo habían crecido los hijos y sobrinos, cómo teníamos ya los padres algunas arruguitas más, y cómo los abuelos contaban en su haber algunos achaques nuevos, que el año que viene estuviéramos todos juntos, otra vez.

Volví a pedir en Nochevieja para el año nuevo, ya sabéis, lo de siempre, salud, amor, trabajo, dinero, casi por este orden, aunque creo que el dinero lo dije antes que el trabajo, ¡oye, por pedir!.

Y la noche del día cinco de enero, que personalmente siempre me ha parecido mágica, junto con la noche de San Juan, y tengo mis razones, pedí esas cosas que os digo…¡ah, que no os las he dicho!.

Pues veréis, cada cinco de enero revivo todas aquellas noches de Reyes en las que, cuando era pequeña, los nervios no me dejaban dormir esperando mis regalos. Cada cinco de enero, desde que sé que el milagro que se produce en cada casa es mucho mayor que el que yo creía que se producía, en mi inocencia de niña, espero que una parte de esa magia que lo inunda todo por una noche, llegue hasta mí en forma de regalo.

No vayáis a creer que solamente espero regalos materiales, es más, mi primer impulso siempre suele ser pedir, y esperar ¡claro!, algo grande, sin peso ni volumen, sin medida ni forma, algo abstracto, unos años fue el amor, sí, cuando tenía dieciséis o diecisiete años, enamorarme, otros, conseguir una meta, estudios, oposiciones, trabajo; otros, la salud de alguien querido, etc…


Este año, les pedí a Sus Majestades un “poquito de por favor”, con el mundo en general y con España en particular, a ver si puede ser que nos llevemos bien y no seamos tan canallas con los de nuestra misma especie, que venga un viento nuevo y limpie la cara de este viejo mundo inyectándole algo que tenga los mismos efectos que el el botox o el ácido hialurónico, es decir, que aparezca con un aspecto joven y dinámico, sin rastro de viejos rencores ni luchas, succionar las guerras de la faz de este planeta.

Pues eso, que no sé si me lo habrán traído y se hará público dentro de nada, pero lo que sí me han traído sin esperarlo, y esa es la magia de la que os hablaba, es una maravillosa bola de cristal donde una bailarina de ballet se sujeta sobre la punta de su zapatilla y cuando se le da cuerda suena una música muy dulce y unas aspas mueven los diminutos copos de nieve brillante, dando un aspecto mágico a la bola.

Os juro que me ha encantado, me gustan esas cosas, y la persona a la que tantas veces yo le he puesto en sus zapatos la ilusión y la magia: mi hija, que tan bien me conoce, ha ido a mi tienda favorita de Alcalá de Henares, Capitel, a la que pertenecen las imágenes, y ha hecho que siga creyendo en la magia de la noche de Reyes.

He imaginado al mundo como una gran bola de cristal con la paz en medio sujetándose apenas con la punta del pie y, de pronto, ese remolino de diminutas motas brillantes envolviéndolo todo, mientras la paz, haciendo entrechats y grands jetés, como una auténtica bailarina de ballet, se sentía segura en cada salto, sin miedo a quebrarse.

IMÁGENES:
La de la imagen no es mi bola, pero prometo subir la foto en cuanto pueda.
Las otras imágenes son de Capitel, tienda de Alcalá de Henares.
Fuente imágenes de Capitel

5 comentarios:

  1. Pues mira, te diré que es la única noche de estas fechas que me gusta. Si hay peques por la casa, mucho más.
    Besos y ¡si! un poquito de por favor.

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  2. Shikilla, confiesa, no tendrás parte en esa tienda, porque si no estoy equivocdo, no es la primera vez que hablas de ella aquí, en tu blog.

    En todo caso, que todo lo que te han traído los Reyes sea una representación simbólica del cumplimiento de todos tus deseos, para ti y para los demás.

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  3. De todas las noches de reyes de mi vida, que ya son muchas, hay una que recuerdo de manera indeleble: de guardia, en el hospital, tratando de calmar a un pobre hombre al que un tumor cerebral -incurable además- había metido en una situación de agitación y agresividad que no había forma de aplacar... En el larguísimo rato tratando de calmarle, con la voz, ya que no se dejaba pinchar nada, con la enfermera, varios celadores y el guardia de seguridad a mi lado, recordé todas las noches en las que el principal sufrimiento era que no me traían la bicicleta, que nunca me trajeron. Así, que sí, nos conformamos con un poquito de por favor...

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  4. Anónimo4:05 p. m.

    Te deseo todo lo mejor para este año 2009, que sea un año lleno de VIDA.
    Bonito blog, te visitaré con frecuencia.
    FOTELIAS

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  5. Ese poquito de por favor que has pedido, no creo que te lo puedan traer los Reyes porque por muy magos que sean, no son dioses y lo que tu pides no es ni más ni menos que un sueño convertido en realidad y como decía Calderón,"los sueños sueños son"
    Lo siento, Shikilla, pero hoy me he levantado pesimista.
    Un beso.

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