jueves, 14 de mayo de 2009

TARJETA ROJA, DEL COLOR DE LA VERGÜENZA.



Ayer sentí vergüenza de que el espectáculo que exportamos al exterior envuelto en la gran manta del fútbol, que al parecer admite todo, fuera la imagen de unos ciudadanos que pitan el Himno de su país y abuchean a su Jefe de Estado. ¿En qué otro lugar de la Unión Europea, sin ir más lejos, pasa eso?.

Una vergüenza, así mismo, que dos equipos con ínfulas nacionalistas y separatistas jueguen la Copa del Rey, porque lo anterior me lleva a pensar que si deciden que el Himno puede y debe ser pitado y que la persona que da título a esa Copa, igualmente, puede ser humillada pública e internacionalmente, ¿qué significa para esos equipos el trofeo en juego?.

Incongruencias difíciles de explicarse: dos equipos “españoles” que juegan por un trofeo sin creer ni respetar lo que éste representa y cuyas aficiones en su mayoría abuchean el Himno español. Tener que asistir durante el descanso a lo que debió emitirse al principio, tener que escuchar en diferido lo que debimos oir en directo, todo hecho de una manera burda e hipócrita, como en los peores tiempos de la censura, como si los telespectadores fuéramos idiotas o como si el hecho fuera un incidente sin importancia.

Estaréis conmigo en que eso merece una tarjetao roja, pero, sinceramente, no sé a quién deberíamos mostrársela ¿quién tiene la culpa de esto que a mi, personalmente, me avergüenza como española? Y también me pregunto ¿qué hubiera sucedido si la actitud de los Reyes en lugar de ser la que fué, sentándose sonrientes tras el bochornoso espectáculo, hubiera sido la de salir del estadio en el momento de empezar la pitada?.

En cualquier caso, muestro mi tarjeta roja, del mismo color de la vergüenza, a quien corresponda.

10 comentarios:

  1. No me extraña lo que sientes. Lo que no entiendo es... los que no se sienten españoles, ¿por qué coño celebran un título de España, aun encima del Rey?

    Digo yo que qué mejor manera de expresar tu malestar con el sistema que ignorando tales competiciones... pero la pela es la pela.

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  2. Comprendiendo a la perfección el sentimiento que expresas porque lo comparto, creo que no hay más explicación que la que dice Miguel A. LAS PELAS.
    Realmente a los jugadores lo de la copa del Rey y la patria les resbala bastante, a ellos les dan la oportunidad de cobrar millonadas por participar y ahí están. La afición es lo preocupante. La afición no cobra, de qué van? porqué apoyan como público un evento cuyo premio representa un monarca a quien tanto odian?
    Tarjeta roja por supuesto Shikilla, el problema es que a veces si que les conviene ser españoles y a veces no, por eso nunca admitirían la expulsión.

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  4. Completamente de acuerdo en esta radiografía perfecta de lo que, a muchos, nos comía la entrañas en el momento en cuestión. Yo, que no creo mucho en las banderas que muchos se graban a fuego en el corazón, senti verdadero bochorno ante tal situación. Un abrazo

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  5. Todos, querida amiga, todos, absolutamente todos los que asistieron al partido y que no estuviese de acuerdo con esa situación, son cómplices de ese abucheo al Himno Nacional y al Jefe del Estado. Unos por partícipes en la pitada y otros por no levantar el culo de su asiento y marcharse. Ese acto de abandonar tendría que haberse producido primero por el propio Jefe del Estado, ya que el abucheo no era para su persona sino para la Institución que representa, (estaban abucheando a todos los españoles), Seguida por el presidente de la Generalitat,el Lendakari y la Presidenta de la Comunidad Valenciana y por todos y cada uno de los asistentes que no estuvieran de acuerdo con ese abucheo al Estado y al Himno de nuestra Patria. Todos son cómplices.
    Un beso.

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  6. De todos modos, ni es la Copa, ni es el Rey, ni mucho menos el deporte o la diversión. Como dicen aquellos del Noreste Ibérico (qué pena, no poder hablar de España), "la cala es la cala".
    Eso es lo que prima: "la cala", aunque ahora tengamos el euro, da igual. Para mí lo verdaderamente cruel es la gran cantidad de dinero que se despilfarra en estos bochornosos espectáculos, así como tamañas sumas que se les paga y que se embolsan los artífices de semejantes bacanales.
    Un abrazo y, permíteme agregar tu blog a mi lista.

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  7. La política es capaz de pudrir hasta los mas escondidos sentimientos.
    Mucha responsabilidad de lo ocurrido la tiene el bombo que le dieron los días previos, tanto por políticos, como por profesionales de la comunicación no deportivos al amparo de la "libertad de expresión".

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  8. La verdad, Shikilla, es que no sé cuál fue el espectáculo que exportamos fuera; porque no sé si se vio lo mismo que vieron los catalanes y vascos, en cuyas comunidades, según tengo entendido, sí se pudo la pitada, amplificada con una buena dotación de micrófonos convenientemente distribuidos, para que la gente del lugar pudiese decir: “Mira que machos son nuestros niñatos”; o si lo que pudieron ver en el exterior fue la versión que se pudo ver en el resto de España, donde al atacar el himno, en su cuarta nota se cambió la conexión para que la gente no pueda percibir ciertas cosas que les puede llegar a molestar. En todos caso, parece que han destituido al director de programas deportivos de TVE, algo que para algunos se hace sospechoso, ya que la cosa quedaba muy cerca de ZP y, en tal caso, valía más la pena sacrificar otra cabeza. En fin...

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  9. Si el rey se levanta y se va, sabe que ese es el primer paso para irse del todo, lo cual, para los republicanos no estaría mal.

    Con todo mi respeto, esta actitud de rasgarse las vestiduras refuerza el comportamiento de niños malos de los nacionalistas. Ni caso, oye.

    Para mí solo hay una razón democráticamente válida en contra de la separación de quienes quieran irse -dejándonos de monsergas, banderas y gloriosos pasados-: que en esos territorios la mitad, como mínino, de la población no quiere separarse, y hay que defender también su derecho a no hacerlo. Por lo demás, por mí, que piten lo que quieran y a quien quieran, y que les vayan dando. Buenas noches.

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  10. Sólo es fútbol, señoras y señores.

    Una cosa son los idiotas de los forofos, con pensamientos nacionalistas, y otra muy diferente, los jugadores, que sólo aspiran a eso: a jugar.

    Todavía recuerdo a Puyol diciéndole al tonto de Olegario (Oleguer, para los catalufos) que fuera a la selección española y se dejase de tonterías. Y a Xavi diciendo que, si se permitiera una selección catalana, jugaría con ella pero que, ahora mismo, sólo quería ganar la eurocopa con España, su país.

    Y estos son dos de los mejores jugadores españoles.

    La mayoría de las cosas que pasan en las gradas de los campos de fútbol son estupideces, ya que los que asisten al campo tienen la manía de descargar sus frustraciones junto con la masa. Lo mismo pasa con las celebraciones en Cibeles, Neptuno, la plaza de Canaletas o cualquier otro entorno urbano en dónde se celebren éxitos deportivos.

    Dándole importancia a lo que ocurre en las gradas, menospreciamos lo que pasa en el campo.

    Ahora, personalmente, no me extrañan las aspiraciones nacionalistas de vascos y catalanes. Si pudiera, ahora mismo también me borraba de esta España, que ya ni me representa ni coincide con mis valores y principios, y que, como bien dijo Guerra "no la reconoce ni la madre que la parió".

    Saludos salvajes

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