domingo, 21 de marzo de 2010

ACTOS DE FE


La Primavera se nos colaba de rondón anteayer a las 18:32 de la tarde, y se instalaba en nuestras ciudades, cómodamente, como Pedro por su casa, permitiéndose incluso no mostrar el sol en algunos sitios o, como hoy aquí en Badajoz, dejar caer una granizada on the rocks con granizos como garbanzos, que ha sido impresionante, como muestran las imágenes que adjunto a la entrada hechas por mí, así que lamento la calidad de las mismas.



Tendremos que hacer un acto de fe y afirmar que sí, que la Primavera ha venido pero, como es tradicional en ella y nosotros así lo confirmamos, nadie sabe cómo ha sido. La granizada que hemos sufrido hoy en Badajoz y la tromba de agua, no es precisamente la imagen primaveral esperada.

¡Actos de fe! Hacemos muchos actos de fe a lo largo del día, durante toda nuestra vida; estamos continuamente haciéndolos. Podemos ser creyentes o no, los actos de fe a los que me refiero no tienen que ver con la fe religiosa, yo diría que todos, sin excepción, hemos sido, somos y seguiremos siendo también, unos crédulos, es decir, creemos con ligereza y fácilmente, por ejemplo, todo lo que nos cuentan los periódicos, la televisión, la radio. No digo yo que algunas veces no pongamos en tela de juicio la información que recibimos si nos parece inverosímil, quizás la primera vez que la leemos, vemos u oímos, pero en cuanto la difunde más de un medio de comunicación, ¡ya está! la damos por válida.

No nos cabe en la cabeza que en este mundo de hoy, donde las comunicaciones no corren, sino que vuelan, donde documentarse de manera fehaciente (ya está ahí otra vez el acto de fe) puede estar a golpe de llamada de teléfono, de clic de base de datos, de fax, etc.. alguien pueda equivocarse y dar un titular o la noticia entera como válida, siendo falsa o, cuando menos, tratándose de un error. Pero estas cosas pasan, ¡vaya si pasan!, que se lo pregunten a los bomberos catalanes que confundieron con los etarras, un sambenito que les perseguirá, como bien dice Periodista Digital, durante toda su vida, o mientras existan las versiones online de los periódicos digitales que no eliminaron la noticia, ni la modificaron con la versión auténtica.

¿Cuántos de nosotros pensamos que la noticia, en la que se incluía el vídeo de Carrefour con los bomberos, era falsa del todo? Salvo su familia y amigos, y no sé yo si algunos incluso dudarían, creo que la gran mayoría la tomamos como buena. Yo, personalmente, la creí y, lamentablemente, por lo general, suelo creer lo que veo publicado en más de un medio de comunicación.

Actos de fe continuos, lo que digo.

domingo, 14 de marzo de 2010

CINCO AÑOS DE SHIKIHOUSE


Shikihouse está de cumpleaños, este blog cumple hoy cinco años, es el tiempo que ha pasado desde que escribí mi primera entrada, bastante escueta por cierto, y cuyo título era: “Porque me siento bien”. Una entrada que pensé que nadie leería, y quizás nadie lo hizo…

En cinco años han pasado muchas cosas, de algunas de las cuales he sido testigo directo, y de las otras, telespectadora. Como digo cuando tengo que definir mi blog, aquí he transformado en palabras la realidad que me acaricia o me sacude el alma, y también lo que, sin ser realidad, desearía que lo fuera; aquí he criticado y alabado, he llorado por las víctimas de la violencia, ya viniera ésta de manos de los hombres, como de manos de la Naturaleza, he reivindicado y apoyado, he bromeado, rimado y soñado. He levantado mi voz a favor de la vida.

Aquí he abierto mi alma, que ha levantado el vuelo entre la palabra y la imagen, he dejado escapar el suspiro acongojado de la tristeza y ha resonado la risa fruto de mi alegría, aquí he traído mis dudas y pregonado mis verdades, a veces como las del barquero, crudas y francas, siempre libres, sin ánimo de herir a nadie, pero sí con el ánimo presente de constatar lo que he considerado injusticias, de esas que escuecen en el corazón, porque a lo largo de estos años me he dado cuenta, y ya lo he dicho en estas páginas, que hay que ser fieles a nosotros mismos, a nuestras ideas y creencias y defender aquello en lo que creemos y lo que pensamos.

He compartido con mis visitantes momentos de mi vida íntimos y personales, como podía haberlo hecho con cualquiera de mis amigos compartiendo un café y confidencias. Estas páginas han sido testigos de algún capítulo de mi vida en el que ésta dio un giro de ciento ochenta grados,encrucijadas que fue un alivio compartir con vosotros, al igual que también me aliviaron y animaron los comentarios recibidos de vuestra parte, porque este blog se ha escrito durante un tiempo desde otra tierra que no es en la que vivo ahora y quizás, aún no lo sé, se escriba desde otra a partir de ahora, ¡quién sabe!.

¿Y la gente? Los que por aquí han desfilado y han dejado comentarios de apoyo y ánimo, como ya he dicho, pero también disintiendo, debatiendo o ratificando mi opinión vertida en lo escrito, a lo largo de estos años han sido muchos, algunos visitantes de paso, otros que con el tiempo fueron desapareciendo para dar paso a los nuevos, otros más que, lamentablemente, tomaron caminos diferentes y a los que perdí la pista, otros que, adorablemente fieles, siguen viniendo por este lugar; todos, todos, sin excepción, ya estuvieran a favor o en contra de lo que yo escribía, debatieran fervientemente lo escrito en mis entradas, o se solidarizaran con lo expuesto, todos, repito, me han enriquecido, honrado y alegrado con su visita y comentario, y, afortunadamente, siguen haciéndolo porque, aunque me encanta escribir, si nadie me leyera o comentara, me resultaría muy difícil seguir haciéndolo en este medio.

Como si de un regalo de cumpleaños para mi blog se tratara, casualmente, hoy he culminado el arreglo de mi portátil, desde el que escribo, con lo cual me atrevo a decir que mis entradas no serán tan espaciadas como en estas últimas semanas. Egoístamente, más por mí que por nadie, porque esas cosas que se quedan en el tintero, sin decirse, sobre todo las críticas, luego se enquistan y se convierten en resentimientos difíciles de sanar. No os preocupéis, no pienso dejar que nada se enquiste.

Mi deseo es seguir otros cinco años más, al menos, pero Dios dirá. Lo que sí quiero es daros las gracias a todos los que pasasteis por aqui, a los que seguís haciéndolo, me siento afortunada porque he conocido gente maravillosa en la blogosfera, artistas del verso, de la ironía, del humor, del dibujo, artistas que llegan al corazón y lo acarician con su arte con la sencillez de los grandes y esa cercanía entrañable de lo familiar.

viernes, 5 de marzo de 2010

LA MIRADA DE DIOS


Quiero hablaros de El, de cómo le conocí, de cómo entró en mi vida y sigue en ella, de cuánto le amo y de cómo, a pesar de todo, no supe encontrarle al principio, no supe verle estando junto a mi, pero sí que sentía y sigo sintiendo un gran vacío cuando me alejo de su lado.

Supe que me amaba porque cuando estoy lejos me envía mensajes con el viento, me deja señales en las hojas de los árboles, en las olas del mar, hasta los pájaros me hablan de él cuando entonan sus dulces melodías; se asoma en la mirada de los otros para que yo, al mirarles, le vea. Me llama con distintas voces, a gritos o susurrándome, para que yo responda; me espera en la calle y yo, tonta de mi, muchas veces me he cruzado con El y no le he visto. A pesar de los innumerables “post-it” que coloca en todo lo que me rodea.

Me ha extendido sus manos en cada mano abierta que he encontrado, incluso en aquellas replegadas, recogidas en dolor, en rabia, en impotencia, estaba su mano escondida para que yo la encontrara, y no la encontré.

Sin embargo, cuántas veces también, sabiendo donde estaba, evitaba pasar por allí para no verle. Taponaba mis oídos con lisonjas, promesas, mentiras, dádivas a mi vanidad; para no oír su voz. Tapaba mis ojos con velos de colores brillantes, frágiles como alas de mariposas que, al final, siempre dejaban entrever la luz que Él desprendía y, entonces, cerraba fuertemente mis párpados porque creía que así se marcharía, que me dejaría en paz, que se daría cuenta de lo mucho que me cuesta seguirle, de lo difícil que es desprenderme de todas mis imperfecciones, de lo fácil que es abandonarse y dejar que te lleve la corriente, basta con dejar que la flojedad te invada, de la cabeza a los pies, no oponer resistencia. ¡Y Él me pedía nadar contra corriente!.

No hubo manera, me enamoré perdidamente de Él un día en el que se agotaron los abrazos en mi mundo. Me enamoré de Él y entonces pude descubrir su sonrisa que abarcaba mi vida de lado a lado, llenándolo todo de esperanza y alegría. Me enamoré de Él en el momento que volví la cabeza y allí estaba con sus brazos abiertos llamándome por mi nombre.

Al igual que Lope de Vega me pregunto cada día a mi misma ¿Qué tengo yo que mi amistad procura?, y no sé responderme. Así que aquí estoy queriéndole y dejándome querer. He aprendido que Dios llama a cada uno por su nombre, nos conoce y con cada uno de nosotros ha tenido un encuentro. Nuestra acogida depende de lo frágiles que sean las alas de mariposa que tapen nuestros ojos para poder ver la mirada de Dios.