sábado, 24 de abril de 2010

A LA FERIA, SIN SALIR DE CASA.


Me gusta mi barrio los sábados de primavera, en las mañanas soleadas. Cuando me levanto, lo primero que hago es asomarme a la terraza y echar una ojeada al hormiguero de gente que entra y sale de El Corte Inglés, con bolsas, bolsones o bolsitas, también sin bolsas, la crisis supongo que se tendrá que notar.

Un ir y venir de gente que es la savia que circula por las venas o calles, la vida que se mueve, es lo que tiene vivir en el Centro, que tomas el pulso a la ciudad con una simple ojeada, claro que también tiene la desventaja de no poder aparcar en la puerta de tu casa, ni salir a tirar la basura de trapillo porque las terrazas de los bares, se van llenando de gente.

Hay un cierto frenesí en el ambiente y se ven colores fuertes y alegres en la ropa que llevan los viandantes, observo el look en la gran pasarela de las aceras y me doy cuenta que hay un totum revolutum, sobre todo entre las féminas, botas altas, las primeras sandalias, mangas cortas de camisetas se cruzan con parkas, chaquetas y jerseys. Los hombres, en esto de dar con las prendas adecuadas para los cambios de estación, creo que lo tienen más fácil, al menos hay mucha más uniformidad, quitan o ponen jersey.

Me siento tan bien que sería capaz de comerme un pollo asado entero, teniendo en cuenta, eso sí, que soy heterosexual y luzco una hermosa melena, que no quiero jugármela por un quítame allá una alita. No es que quiera desacreditar al bueno de Evo pero lo que no me pondría hoy, ni en pleno diciembre tampoco, sería la horterada de jerseys que luce el gachó. Eso tiene que afectar a las neuronas, me parece a mí.

¡Ay! Qué ganas también de ir a la Feria de Sevilla, con lo cerquita que me queda y que no puede ser este año tampoco, ¡a ver si el año que viene!…Para ver si se me pasa este deseo de echar a correr tras el pescaíto frito y el fino de las casetas, la visión de los farolillos y el revuelo de los trajes de gitana al bailar las sevillanas, me voy a poner mi delantal de flamenca, rosa roja de tela en el pelo, voy a abrir de par en par las ventanas que entre el aroma del azahar de los naranjos de la acera y voy a dejar el pollo para otro día, porque hoy me voy a comer unos gambones a la plancha para entrar en materia regados con un blanco de la tierra, de esta tierra por la que le doy gracias a Dios, ese Dios, que según mi enemigo íntimo Pantagruel, es la eterna pregunta, y para mí es la respuesta, que en eso también hay opiniones. Gracias por todo esto, mi barrio, el sol, la primavera, la gente, el humor y el amor, el azahar y los gambones, también por mis amigos y mis “enemigos”, sólo los íntimos, y gracias porque hoy, aunque no esté allí físicamente, hay una parte de mí que bailará paseíllos, pasadas, careos y remate.

domingo, 18 de abril de 2010

NUESTRA PEQUEÑEZ


Lo hemos oído, leído y visto en las noticias, hay una lluvia de ceniza que paraliza Europa en sus comunicaciones aéreas, el culpable es un volcán de nombre impronunciable, al menos para los que no dominamos la lengua islandesa: “Eyjafjallajökull”, .

Lamentablemente, no ha sido el único ejemplo en los últimos meses de cómo la Naturaleza se rebela contra el hombre de manera completamente destructiva, no en este caso concreto que, al fin y al cabo, si no vamos a tomar un avión o tengamos intención de respirar directamente el polvillo, no puede hacernos demasiado daño, pero esto me ha dado que pensar; me he puesto a reflexionar sobre la pequeñez del hombre que, por mucho que se empeñe, en realidad, no puede dominar la Naturaleza, salvo en algunos contados casos en los que ésta no desata su furia.

Terremotos, tifones, inundaciones, tsunamis, volcanes en erupción, se han sucedido en la última década. La Oficina de la ONU para la Reducción de Desastres (ISDR) estimó que en los últimos 10 años han ocurrido unos 3.800 desastres naturales que costaron la vida a más de 780.000 personas, de los cuales el 60 % fueron a causa de terremotos.

El hombre lucha contra la fuerza de la Naturaleza, pero ésta sigue ganándole la batalla, a veces de manera violenta como en el caso de Haití, y otras veces de modo continuado como las sequías, enfermedades que merman la población, etc…Por si fuera poco, además, es el mismo hombre el que acelera con sus acciones el efecto destructor de la Naturaleza o incluso destruye poco a poco el medio ambiente.

Lo que deberíamos tener claro todos es que somos pequeños, a pesar de la grandeza del hombre como obra maestra de Dios, la verdad es que el hombre tiene que aceptar su pequeñez respecto a la magnificencia de la Naturaleza, del Macrocosmos; somos muy vulnerables, apenas una leve y minúscula existencia entre millones y millones de seres humanos con los mismos o parecidos deseos de trascendencia que nosotros.

Nuestra soberbia y falta de humildad nos impide ver más allá de nuestras narices, pero basta una ojeada a cualquier comparativa de tamaños entre nuestro querido Planeta Tierra y la Gigante Roja Antares, por ejemplo, para darnos cuenta de que no somos nada más que polvo, algunos, como Carl Sagan, dicen que polvo de estrellas, pero bien podía ser polvo de ceniza, de esa ceniza que hoy llueve en media Europa.

Tal vez, como decía Julio Garrido Malaver, poeta peruano:

Quizá la Vida sea
solamente
afán de regresar
a lo que fuimos..

Ahora ya lo sé:
bueno es morir,
¡Y después levantarse !

sábado, 10 de abril de 2010

ABRIL


Ustedes perdonen, pero de todos los meses del año, tengo yo debilidad por el mes de abril desde hace tiempo. Porque nadie podrá negarme que Abril es primavera y es ese sol que toma fuerzas, se envalentona y deja atrás su timidez, para ser protagonista en el paseo y el parque; es en Abril cuando se viste España de punta a punta de trajes de fiestas grandes, a veces de Pasión y siempre de pasiones, del morado nazareno a los lunares y volantes, de feria, de farolillos y música de guitarra.

Abril es el Bando de la huerta murciana y son los moros y cristianos de Alcoy, Villajoyosa, Villena, en las que se llenan las calles de Maseros, Contrabandistas o Andaluces, Bandoleros, Mirenos, Pescaors o Marineros, Bucaneros o Piratas, Corsarios, Zíngaros, etc.. Es abril, el mismo al que el refrán anuncia con mil lluvias, y también es un abrir de par en par las flores y el corazón a la vida.

Me gusta abril porque no es previsible en el tiempo, puede sorprendernos con un día de primavera, que el cuco se encargará de cantar, o con una tormenta, pintando el cielo de gris y plata.

Abril de Cervantes y Garcilaso de la Vega, de Shakespeare y San Jorge, de rosas y libros, donde las letras son pétalos escondidos entre hojas y cubiertas, y las flores se plantan en historias ficticias o reales, o en versos de poemas inéditos o aprendidos de memoria en nuestra infancia.

Tengo en mi haber versos recitados y recuerdos de algún abril de musas y de lunas, que alguien me susurraba al oído, suavemente, con mirada enamorada.

Murió Edouard Manet en un abril impresionista y nos dejó su Olympia descarnada, desafiando al mundo con descaro.

Cantaron a abril en sus versos los hermanos Alvarez Quintero y hoy traigo algunos, porque, también, en abril nacieron mi hija y mi hermana, y quiero regalarles un ramillete de versos:

Abril ama, sueña, engríe
Canta, bulle y alborota;
Abril es clavel que brota
Abril es boca que ríe.

¡Abril! ¿A quién no has dejado
El recuerdo de un amor
Y las hojas de una flor
En el libro más preciado?

(Abril, Hnos. Alvarez Quintero.

lunes, 5 de abril de 2010

¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!


Vuelvo de las vacaciones con el corazón lleno. Feliz y renovada, la fuerza de la familia, de los que me quieren, es una inyección de vitalidad y alegría. Estar con los míos y celebrar la Pascua juntos hace que me sienta afortunada y me hace también saber que, aún en la distancia, el amor de la familia es inquebrantable, como también lo es el amor de Cristo hacia cada uno de nosotros.

Hace cinco años que, poco después de inaugurar este blog, escribí una reflexión en la Semana Santa de aquel año 2005, he querido traerla hoy de nuevo, porque no he variado ni un ápice, aquello en lo que creía entonces y sigo creyendo, con más fuerza si cabe, hoy.

UN PARÉNTESIS PARA MEDITAR (Jueves, 31 de marzo de 2005)

"Este paréntesis de la Semana Santa me hace cada año meditar sobre la fe en general y sobre mi propia fe en particular.La belleza de las procesiones que salen en cualquier rincón de nuestra geografía durante estos días, el silencio profundo, la devoción de muchos, la curiosidad también de otros, la contemplación como espectadores o la participación como cristianos de los que llenan las calles flanqueando las aceras, mientras los pasos se suceden entre tambores o bandas, en medio de las luces de los cirios y faroles, no deja cada año de sorprenderme, de remover por dentro ese anhelo que tenemos los seres humanos a lo largo de la historia de alcanzar la trascendencia de nuestro propio "yo".

No es en la Pasión ni siquiera en la Muerte donde Cristo da la talla de Dios, porque, aun siendo éstas grandes pruebas para cualquier persona que decide morir por lo que predica, no dejarían de ser "posibles" para cualquiera, ya fuera un "loco" que afirmaba perdonar a quien le mataba, ya fuera un "revolucionario" que prometía un mundo mejor para quien dejara todo y le siguiera, ya fuera el adalid del "amor universal".

Lo que le da la talla de Dios a Cristo es vencer a la muerte tres días después de haberla sufrido, demostrarnos que la Vida puede existir aun habiendo muerto. Ahí está la piedra angular de la fe, en ese Cristo es en el que creo, aunque al que padeció y murió por mí, le amo del mismo modo que El me amaba cuando en su Cruz, al perdonar a los que allí estaban, también me estaba perdonando a mí.

Me conmueve pensar que por medio de su Resurrección se hace posible mi trascendencia después de la vida, de esta vida que El sabe que tanto quiero.

viernes, 2 de abril de 2010

VIERNES SANTO




"...Ya es de noche. Contemplando a Cristo muerto en la cruz, pienso en tantas injusticias y sufrimientos que prolongan su pasión en todos los rincones de la tierra. Pienso en los lugares donde el hombre es ofendido y humillado, maltratado y explotado. En cada persona herida por el odio y la violencia, o marginada por el egoísmo y la indiferencia, Cristo sigue sufriendo y muriendo. En los rostros de los «derrotados en la vida» se dibujan las facciones del rostro de Cristo que muere en la cruz. Ave, crux, spes unica! De la cruz brota también hoy la esperanza para todos..."

Palabras de S.S. Juan Pablo II al final del rezo del Vía Crucis en el Coliseo Romano, el Viernes Santo por la noche (10 de abril de 1998)