domingo, 25 de julio de 2010

DEVANANDO LA MADEJA



Cada vez estoy más convencida de que a la mayoría de nosotros nos gusta rizar el rizo, hacer las cosas complicadas y buscarle los tres pies al gato. Somos el ejemplo viviente de cómo un camino recto y despejado se puede hacer sinuoso, sombrío y hasta peligroso, por nuestra obsesión de enmarañar las cosas.

Tan sólo con una palabra podemos apagar la luz del día y sumir lo que nos rodea y a quienes nos rodean en la más profunda oscuridad, y con nuestros silencios también somos capaces de arrebatar la ilusión a quien la espera de nosotros, es más, somos capaces de hacer trizas las esperanzas de los demás en un abrir y cerrar de ojos, o como quien dice, en un abrir y cerrar de boca. Tenemos el poder en nuestras manos de hacer felices a los que nos rodean, casi sin mover ni un dedo y, sin embargo, que eso es lo triste, elegimos muchas veces lo contrario.

¿A qué se debe ese afán de desdeñar la sencillez en nuestra vida, en nuestras relaciones interpersonales, en nuestro trabajo, etc… y entregarnos en cuerpo y alma a ese laberinto confuso y caótico de sentimientos encontrados, de enrevesadas explicaciones y justificaciones que, la mayoría de las veces, solamente existen en nuestra mente, porque la realidad es muchísimo más sencilla, más fácil de vivir y de llevar?

Somos complicados porque nos gusta serlo, estoy segura de ello. Quién de nosotros no tiene un conocido que, si nos encontramos en la calle con él y nos interesamos por su vida, le responde diciéndole que “está muy liado”, y formula un deseo ambiguo que deja en el aire, a modo de justificación y punto final de la conversación: ¡A ver si tomamos un café un día de estos, te llamo!. Nos LIAMOS en el tiempo y con el tiempo, haciendo una madeja de momentos vacíos que nosotros creemos que nos llenan la vida.

En lo que a la amistad se refiere, a veces, la valoramos por detrás de muchas otras cosas, la sacrificamos en aras de nuestras prisas, trabajo, etc.. cuando en realidad un buen amigo es como una planta que hay que regar y cuidar siempre.

Si hablamos del amor y dejamos al margen todo lo demás, todavía se hace más evidente esa capacidad del ser humano para caer en la tentación de ir más allá de lo que vemos y vivimos, de lo que realmente ES, y traducirlo en lo que nosotros CREEMOS QUE ES, o QUEREMOS QUE SEA, es decir, siempre vemos segundas e incluso terceras intenciones, todas las intenciones del mundo para un acto o una palabra que, a lo mejor, es simple y llanamente lo que ES y el otro ha querido decir LO QUE HA DICHO y nada más. Tergiversamos o modelamos mentalmente a nuestro antojo la realidad, y esto unas veces nos hace sufrir inútilmente y otras nos sirve de motivación falsa para seguir adelante. No creo que ninguna de ambas cosas sea buena si no son ciertas.

En esto, la experiencia de la vida y las vivencias personales son una ayuda eficaz que, si sabemos guardarlas y aprender de ellas, nos sacarían de esos laberintos en los que nos metemos sin ton ni son, nos liberarían de esos pozos sin fondo que bloquean nuestros sentimientos y van minando poco a poco la confianza en los demás, desvirtuando aquel primer impulso, claro, sencillo y sincero que nos llevó a acoger en nuestro corazón al otro y a hacerle depositario de nuestro amor, amistad, confianza, etc… Pero no todos saben aplicar las experiencias vividas, no todos aprenden de ellas y no todos evitan tropezar en la misma piedra; en ese caso, no se puede hacer nada, repetirán y repetirán las mismas actitudes ante las cosas, una y otra vez, dejando en el camino personas, proyectos, ilusiones, todo un bagaje que desprecian con sus actitudes. Cuando vuelvan la cabeza, únicamente encontrarán la espalda de quienes dejaron atrás y se alejan de su vida. La vida es sencilla, el amor es sencillo, todo es mucho más simple de lo que nosotros intentamos convencernos que es. Quizás sólo baste con volver sobre nuestros pasos, reconocer que nos equivocamos y comenzar a devanar la madeja.




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jueves, 22 de julio de 2010

domingo, 11 de julio de 2010

ESPAÑA: ORGULLO Y PASIÓN


Hoy, casi todo puede esperar, y digo casi todo por no pillarme los dedos, pero con lo que no voy a pillarme los dedos seguramente es diciendo que una gran mayoría de españoles seguiremos esta noche el partido de la final del mundial, estaremos con nuestra selección y esperaremos que se cumpla el sueño de verles alzarse con la copa del mundo. Por eso me ha parecido oportuno escribir hoy, horas antes de que ese partido se juegue, para verter mi opinión sin el condicional de un resultado, sea el que sea.

La mayoría tenemos pensado donde vamos a verlo, solos o con los amigos o la familia, con o sin bullicio, muchos tenemos preparada nuestra camiseta roja con el escudo y la palabra ESPAÑA, las ventanas y balcones están también preparadas adornadas con la Bandera, las cervezas en los frigoríficos esperando apagar la sed y aplacar la sequedad de las gargantas que gritarán y corearán animando, y hay muchos corazones que ya, sin esperar a esta noche, sienten el orgullo y la pasión por la Selección española, entre ellos, y perdonad que personalice, el mío.

La Selección ha conseguido, como ya he dicho en facebook "LO QUE NO CONSIGUEN LOS POLÍTICOS CON MUCHO MÁS GASTO Y DESPILFARRO: AGLUTINAR A UN PAÍS ENTERO ORGULLOSO ALREDEDOR DE SU BANDERA, DEVOLVERLE LA ILUSIÓN Y PENSAR QUE SOMOS CAPACES DE CONSEGUIR LA VICTORIA".

Siempre me he sentido orgullosa de ser española y la Selección en este mundial ha hecho que, además, vibre y que la pasión aflore con cada gol marcado, con cada buena jugada, con cada victoria hasta ahora conseguida en el mundial de Sudáfrica, por eso, pase lo que pase esta noche (¡¡¡que vamos a ganar!!!), se cumpla o no lo que el pulpo Paul vaticinó con sus tentáculos, seamos o no campeones del mundo, para mí ya se ha cumplido un sueño, siento el orgullo y la pasión de ver que en algo todos estamos unidos, de ver banderas por las calles sin otro color que el de sus colores, y ya sabéis a lo que me refiero, me encanta que estemos ahí y lo voy a disfrutar a tope.

¡¡A por ellos!!, vamos a exprimir la naranja, que si ellos tienen tulipanes y quesos nosotros tenemos jamón y cruzcampo. ¡¡VAMOS ESPAÑAAAA, A GANAR!!