En las relaciones con los demás, desde
que nacemos hasta que morimos, si hay algo que nos ayuda a
establecerlas, conservarlas y disfrutar de ellas, es esa red hecha de
hilos invisibles que nos une a todos y fortalece los lazos creados,
esa red se llama CONFIANZA.
La confianza nos hace
mirar a nuestros padres como héroes cuando somo niños, a ir con
ellos de la mano sin temer a nada, y es la que ayuda también a
enamorarnos de la persona elegida y esperar que nunca nos defraudará;
la confianza es la que hace que los amigos sean confidentes
nuestros y esperemos de ellos que nos escuchen y ayuden, también
hace que vayamos a trabajar tranquilos, sabiendo que al final del mes
ese trabajo nos lo van a pagar, la confianza es la que nos hace votar
a las personas que defienden nuestras ideas y poner en ellas nuestras
esperanzas para que ellos les presten su voz y trabajen por
conseguirlas.
Una representación
gráfica acertada para expresar lo que significa la confianza, sería
esa imagen del artista que desde lo alto de un escenario y de
espaldas a la gente, se tira sin ver, confiando en que caerá en los
brazos de sus fans, que lo recogerán, impidiendo que caiga al suelo.
Ayudaría mucho pensar en eso, para saber si tenemos confianza o no
en alguien, el hecho de imaginarnos encima de un escenario y
tirándonos de espalda al público, siendo en este caso el público
esa persona en la que creemos confiar. ¿Estarían sus brazos
dispuestos a recogernos, o caeríamos al suelo?
¿Por qué hablo de la
confianza? Porque me ha llamado poderosamente la atención que ésta
ha sido la clave en acontecimientos recientes, noticias que han
saltado a la prensa. Es el denominador común que ha hecho que esas
situaciones diametralmente opuestas entre si, sean portadoras de un
mismo elemento: La confianza,
Por ejemplo: El caso
Bretón, donde la confianza de los pequeños hacia su padre, natural
y necesaria para unos hijos, fue utilizada por éste a su favor,
aprovechándose de ella para acabar con sus vidas. ¿Qué puede haber
más vulnerable que unos niños confiados'? ¿Qué puede haber más
repugnante que alguien que usa esta confianza para asesinarlos?
El caso Bárcenas o el
detos ERES de Andalucía, propician que la confianza de los
votantes se tambalee y se mine profundamente la fe en los que nos
representan, aunque no sean todos igual, la confianza ya está
herida.
Las infidelidades
matrimoniales, la falta de lealtad para con la persona amada,
destruye igualmente la confianza de tal modo, que es difícil
restablecer luego. Es un ejemplo claro de cómo una relación que se
basa en la confianza, se rompe la mayoría de las veces, cuando ésta
se ha roto,
Es tal la importancia que
tiene en nuestras vidas la confianza, confiar en cada uno de los que
forman parte de ellas, que si falla o se hunde del todo, o no la
hay, simplemente, todo se vendría abajo, adoptaríamos una postura
de suspicacia constante que nos impediría relajarnos, respirar
tranquilos, y la convivencia sería una continua acumulación de
malas energías de unos contra otros.
Exigimos que también
confíen en nosotros, del mismo modo que confiamos en los demás,
poco a poco nos vamos ganando la confianza de unos y de otros,
porque ésta no es fácil de obtener, ni tampoco de dar. Pero siempre
hay quien rompe ese lazo o se apoya en él para defraudarnos.
La confianza es como una
vasija de barro; si se rompe, aunque luego se peguen los pedazos, no
será igual, se crean grietas, por las que probablemente se estén
escapando todas las expectativas puestas en el “objeto” roto.