miércoles, 26 de febrero de 2014

TODAS LAS NOCHES


Todas las noches echo a volar el espíritu, con recados que me dicta el alma, para que surque el espacio que media entre el sueño y la realidad, la realidad y el sueño...y vuelva a mi con la canción perdida que hacía que mi corazón saltara, o con la frase que encendió mis mejillas, tal vez con aquel beso primero que nació en un juego y abrió la primera puerta a un mundo de latidos sin dueño.

Todas las noches renazco a la vida, para espantar las horas que me roban las alas, poquito a poco...

martes, 25 de febrero de 2014

VUELO FIRME

 
 
Hoy es una de esas noches en las que seguiría la estela que deja la luz de las estrellas, planearía sobre mi mundo y me gustaría formar parte de ese Universo inmenso que se esconde a nuestros ojos, para sentir que también soy eterna y hace...r eternos a los que amo, tan sólo con pensar en ellos.
 
Quisiera volar y sentir que no hay tierra ni cielo, que no existe el tiempo, que nada puede derrumbarse, ni hundirse, si me mantengo firme, en mi vuelo. Porque hoy es una de esas noches en las que siento el frío, el helado paso del tiempo...

domingo, 23 de febrero de 2014

DOLOR AJENO


Creo que lo que más nos duele en el mundo es el sufrimiento y el dolor de aquellos que amamos, ya sean nuestros padres, hijos, parejas, familia o amigos....si yo preguntara si os duele, hunde, desanima o causa desazón el sufrimiento de cualquiera de ellos, estoy segura que serían mayoría los que me contestaríais afirmativamente. Si, duele, duele mucho y nos afecta cuando quien queremos sufre por cualquier causa y, muchas veces, lamentablemente, es poco lo que podemos hacer, o eso creemos. Por poco que sea, por minúscula que sea la ayuda que podemos ofrecer, tenemos que encontrarla. Por ellos y por nosotros mismos.

Somos distintos y cada uno de nosotros reaccionamos de manera diferente: comprender, consolar, compartir... cada uno hemos de encontrar el verbo que queremos conjugar para que los que nos rodean y amamos, encuentren ayuda para llevar esa carga, aligerarla ha de ser nuestro objetivo. Tengo claro que cualquiera de las cosas que elijamos será buena. Todas menos una: huir, escondernos en el llanto o en la resignación a secas, infructuosa y vacía.

¡Nos necesitan! Y tenemos que estar ahí para que nos encuentren. Hemos de ser fuertes para transmitirles fortaleza, hemos de ser optimistas para darles optimismo, hemos de mantener la esperanza para que llegue a ellos.

miércoles, 19 de febrero de 2014

AMIGAS




Amiga,

Desmadejemos el tiempo y hagamos ovillos con los recuerdos. Nostalgia de las vivencias adolescentes.  Todas las risas que nacieron de aquellos años, los secretos de amor que nos contamos, las escapadas nerviosas saltándonos las clases y el primer colorete puesto a escondidas. Aún, evocando la ternura del primer beso, vuelan las mariposas en el estómago.

Desmadejemos sueños para tejer el futuro, y no dejemos que se apague la chispa de aquellas niñas, que empezaban a sentir la caricia de la vida  y creían que todo eso sería eterno, sin saber que duraba tan sólo un suspiro, como el que salía de sus almas y sus labios, al pensar en sus príncipes azules.

martes, 11 de febrero de 2014

LA MÁQUINA DE COSER






¿Quien no ha visto alguna vez una máquina de coser como la de la foto?.

Cuando yo era pequeña era difícil ir a una casa y no ver una, las recuerdo perfectamente, en los cuartos de estar, en algún rincón de la casa, cubiertas pudorosamente cuando no se usaban, protegiendo su maravilloso mecanismo con una especie de tapa de madera. Me maravillaba ese artefacto hecho de florituras doradas y brillantes, con un pedal que era una joya de hierro fundido, y que se balanceaba rítmicamente a un movimiento de pies, la rueda que giraba a un golpe de mano de cualquiera que la usara, madres, tías, vecinas...ya fueran o no modistas. Tanto que cuando mi madre cosía, me quedaba admirando la complejidad de aquella labor, la coordinación de movimientos, escuchando el traqueteo de la aguja horadando la tela...claro que entonces no pensaba todo eso, sino que lo único que quería era poder llegar a manejarla tan bien como lo hacia mi madre, algún día.

No sé si era una apreciación mía, pero siempre creí que todas las madres sabían coser, hacer punto, abrir ojales, subir y bajar dobladillos y zurcir sietes en los uniformes del colegio y, para todo eso, tener la máquina de coser, agujas de punto y huevos de madera en el costurero, era obligatorio; también para ser esposa y madre, es más, cuando me casé, mi madre, al igual que hizo con mi hermana, me entregó un costurero con hilos, agujas, tijeras y, por supuesto, dedal. Todo un kit para el hogar que se estrenaba. Cosas que, claro está, he usado en más ocasiones de las que me hubiera gustado y muchas menos de las que mi madre pensaba al regalármelo, porque, lo confieso, no me gusta coser y tampoco es que sepa mucho.

Creo que antes, muchas madres fueron modistas sin serlo y, con tan sólo sentarse y usar sus máquinas de coser que, por cierto, se disputan entre varios inventores, se convertían en artistas creadoras, cada vez que sus pies y sus manos las ponían en marcha.

¿Quién no tuvo una falda hecha por su madre, o una bufanda de lana, o un jersey que salió crecedero y tuvo que usar varios inviernos hasta que, por fin, fue la talla justa?






jueves, 6 de febrero de 2014

CADA VEZ...



Cada vez que renunciamos a nuestras ideas y opiniones para dejarnos llevar por las de otros, cada vez que renegamos de nuestros orígenes y raíces para aparentar lo que no somos, cada vez que acalla...mos sentimientos, escondemos miradas, tapamos sonrisas por miedo al qué dirán. Cada vez que nuestros pasos nos alejan más de lo que somos para llevarnos a ser lo que los demás quieren que seamos, el corazón se nos despega y se nos hace ajeno, nacen hilos invisibles en nuestro ser que son manejados por todo el mundo, por todos, menos por nosotros mismos.

lunes, 3 de febrero de 2014

LO QUE YO QUIERO...



Lo complicamos con explicaciones largas y enrevesadas, pero el amor no es ni más ni menos que una colección de sencillos gestos diarios, de pequeños deseos satisfechos y de sueños comunes que se van conquistando poco a poco. Ser feliz es alcanzar la cima de una gran montaña, y el amor se encarga de, poner escaleras para ayudarnos a llegar. También es la sonrisa al despertar y ver su cara, el beso de buenos días y el abrazo de la vuelta. El amor es una tarde de domingo juntos con sofá, manta y palomitas y compartir el último flan de la nevera. El universo donde habita es tan grande o tan pequeño como queramos hacerlo, allí donde cabe un hogar y el terreno suficiente para plantar el futuro, ese lugar desde el que se ven más cerca las estrellas y nos podemos sentir dueños absolutos de la luna. Lo que yo quiero es que cuando llegue el invierno y el sol nos regale algunos rayos, extienda mi mano y encuentre la tuya, para sentir la caricia del tiempo entre tus dedos. Estas sencillas cosas son el amor, pero lo complicamos con explicaciones largas y enrevesadas.