viernes, 22 de agosto de 2014

¿POR QUÉ TE QUIERO?




Un día, inesperadamente, mientras hablábamos de cosas triviales, me miraste a los ojos y quedaste en silencio durante un segundo para luego preguntarme...¿por qué me quieres?. Yo me quedé en blanco, primero porque no esperaba esa pregunta y luego porque ninguna razón me venía a mi mente, pero, de pronto, acudieron a mi mente imágenes, momentos, instantes que vivimos juntos, que aún estábamos viviendo:

El día en el que fuimos a contemplar la lluvia de estrellas a las afueras de la ciudad y mi deseo cada vez que veía a una moverse´, siempre era el mismo, el día que me torcí el tobillo en la última excursión y me cogiste en brazos hasta llegar al centro de salud, el día en el que llamaste por teléfono, supuestamente desde Londres, donde habías ido por trabajo, y me dijiste que si te echaba de menos, y al decir que sí, llamaste a mi puerta y gritaste al abrir: sorpresa!!!, el día en el que por primera vez me dijiste "te quiero", y también por primera vez me di cuenta de que tus ojos no eran azules, sino del color de la mañana cuando amanece.

Y vino a mi mente tu pequeña cicatriz en la mejilla, medalla de alguna guerra infantil, esa que acaricio siempre con el dedo índice y te digo que es el mapa del lugar donde quisiera vivir eternamente. Me acordé de cómo venías sigilosamente por mi espalda y me tomabas la cintura al grito de "date presa", y yo siempre contestaba, "ya lo estoy".

Recordé que para ti no ha habido nunca kilómetros, distancias,  ni diferencias, que no supieras vencer, y me vino a la mente esa certeza mía de que realmente en tu cajón de sastre, ese que no me dejas mirar, hay una capa de Superman doblada con cuidado, que utilizas cada vez que mi ánimo se pierde, o cuando entorno los ojos y pienso en mis problemas, o se me hace el mundo muy grande y las fuerzas pequeñitas.

 En esas décimas de segundo, que mediaron entre tu pregunta y mi respuesta, como última visión, vino a mí mi cabeza reposada en tu pecho, con mi pelo cubriéndolo y el sonido de los latidos de tu corazón, de nuestros corazones al unisono....y me sorprendió que abrí la boca y contesté: Ves? por esas cosas te quiero!!, y tú, mirándome perplejo, replicándome: ¿Qué cosas? porque no había dicho nada, todas vinieron como pensamientos silenciosos, grabados en mi, las pequeñas grandes cosas que hacen que nos queramos. Puse un dedo en tus labios implorándote silencio y te dije: shhhhh ´!!! ¡te quiero!.

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