martes, 20 de enero de 2015

CUANDO YO ME HAYA IDO



Cuando yo me haya ido y una larga frontera de kilómetros negros separe nuestras almas,
será cuando derrames nostalgias y melancolías en los pliegues malditos de la distancia. Siempre te ha gustado colgar despedidas del árbol del pasado, para poder comerte la fruta agridulce de las viejas heridas.


Cuando yo me haya ido, harás poemas nuevos con palabras distintas a las que me decías, palabras sedosas, brillantes y bellas, como joyas engarzadas en el oro de los momentos vividos. Harás coronas de versos para nombrarme reina de tu corazón solitario, musa de tus madrugadas, dueña del ángulo que forma tu brazo con tu pecho, donde reposaba mi cabeza en la noche.


Cuando yo me haya ido, dejarás que el viento te despeine el flequillo para recordar mis dedos apartándote el pelo de tus ojos , esos ojos en los que me reflejaba y me veía hermosa . Los que cerraban mis besos en las noches de lluvia.


Cuando yo me haya ido, tus manos grandes y rudas tomarán con delicadeza recuerdo por recuerdo y desgajarán las horas compartidas como si los días fueran redondas mandarinas. Estallarán las risas que nos hacían felices como ecos en tu mente y una leve sonrisa en tu boca delatará tu nostalgia.


Cuando yo me haya ido, a lo mejor te das cuenta que estaré aquí contigo porque prometo no dejarte nunca, ni de día ni de noche, ni en el calor ni en el frío, tomará mi mano ardiente tu mano en la noche fría porque, aunque no me veas, aunque creas que me he ido, sólo habrá una cosa que se interponga entre nosotros: la distancia, un pequeño detalle soslayable casi siempre. ¿Qué es eso para dos corazones con alas?.­

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