viernes, 23 de enero de 2015

PRIMAVERAS TARDÍAS


Viniste a mi como llegan las primaveras tardías para alejar los inviernos que duran demasiado. Llegó el viento de tu voz y arrasó con los recuerdos que derramaban tristezas sobre el lienzo de mis sueños y el pájaro del olvido se posó en el alféizar de mi ventana alejando con su aleteo todas las espinas de las rosas marchitas.

Ya no existe nadie que no seas tú, mi presente, la ilusión de mi mañana. Tu abrazo es la fuerza que me envuelve mientras inventas caricias con las miradas que me estremecen. Son mis horas tan tuyas y mis días tan tuyos, que tu nombre se funde con mi piel y se pasea en mis labios a punto de pronunciarse a cada instante.

Cuando el amor desborda el alma, no existe ningún “te quiero” que pueda contenerlo entre sus letras.

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