jueves, 28 de septiembre de 2017

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO





 
Sr. Presidente, con esta carta vengo a cumplir un compromiso:

Tras la vergüenza de los acontecimientos que rodean todo lo concerniente a la pretensión de la Comunidad Autónoma de Cataluña de efectuar un referendum que se ha declarado ilegal, me decido a escribirle, como votante y como española. Haber votado al Partido Popular  me respalda para pedirle cuentas, ya que mi voto junto a otros muchos más, le pusieron a usted y a su partido ahí.

 Ser el Presidente del Gobierno significa que usted es el director de esta orquesta de partidos políticos que, en una DEMOCRACIA, han de armonizar sus instrumentos para que suene bien la melodía que interpretan. Dentro de la orquesta hay instrumentos de viento, de cuerda, de percusión...Lo que importa es que cada uno aporte su sonido por el bien de la melodía. ¿Y qué pasa si uno de los instrumentos desafina?, ¡habrá que afinarlo! porque lo que es inconcebible es que el resto de instrumentos acoplen sus sonidos a la desafinación, al desacorde, al desagradable sonido del que desafina. 

 Como española sé, y además lo creo firmemente, que España está por encima de todos los intereses particulares, y cuando digo de todos incluyo también los intereses partidistas, pactos, acuerdos ilegales y entuertos de los que no se haga partícipe y respalde el pueblo español. España es una nación que comprende a TODOS y cada uno de los españoles, y entiendo que las decisiones que la afecten como nación han de ser tomadas por todos y cada uno de los españoles. 

 Como demócrata, comprendo perfectamente el significado de MAYORÍA y el de LA LEY, y entiendo que todo aquél que quiera cambiar eso, fuera de los cauces legales y de los instrumentos  que LA MAYORÍA nos hemos dado o no respete ambas cosas es un TOTALITARIO, DICTADOR, ILEGAL y ATENTA CONTRA LOS DERECHOS DE TODOS LOS ESPAÑOLES. Me da igual que sea una banda de cinco o seis como si es una banda de cien mil, el delito es el mismo y va contra lo mismo, LA UNIDAD DE ESPAÑA.

 Un día juré Bandera y me sentí orgullosa de ello, lo hice porque me dio la real gana, nadie me coaccionó para hacerlo ni era una condición para realizar nada en mi vida, simplemente quise hacerlo porque mis tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, padres eran españoles, yo soy española, mis hijos lo son y compartimos tradiciones, Historia, duelos y quebrantos y también alegrías y triunfos como pueblo y nación. Deseo y sueño con que mis nietos sean también españoles y sientan el mismo orgullo que yo por esta tierra y ningún manipulador de la Historia, traiga e inocule en ellos el cáncer del separatismo u otras cosas, echen por tierra nuestros valores o rompan lo mejor que se puede tener como nación: LA UNIDAD.

 Hoy, Sr. Presidente, cumplo un compromiso que tengo con España, porque le juré lealtad y juré defender los intereses colectivos y contribuir al bien común, me hice y le hice esa promesa y la vengo a cumplir con lo que tengo en mi mano y puedo, con la palabra, y le pido que POR RESPETO A LOS ESPAÑOLES Y POR JUSTICIA PARA ESPAÑA, aplique el artículo 155 de la Constitución que TODOS NOS DIMOS y lo haga ¡YA!.

 P.D. Esto nunca debió llegar tan lejos. No me imagino a Tejero dando mítines, entrevistas y convocando concentraciones.


MARIA ROSA RODRÍGUEZ PALOMAR

PLAGIO Y PLAGIADORES




Autora: María Rosa Rodríguez Palomar,  

(4 de Septiembre de 2017)

 ¿Qué pensaríais, si después de haber estado semanas pintando un hermoso cuadro con el paisaje de vuestro pueblo, publicarais una fotografía del mismo en vuestro muro de facebook y, al día siguiente, lo vierais publicado en otro muro, con el agravante de que el dueño del muro se atribuya la autoría de la pintura?

 O que, con gran alegría, relatarais como fue el nacimiento de vuestro primer hijo en el blog que administráis hace años y, con motivo de su tercer cumpleaños, publicarais un encantador dibujo del niño y, luego, días después, lo vierais en otro blog, con vuestro mismo relato y con la única diferencia de que el nombre del niño había sido cambiado por otro, casualmente, el del hijo del administrador de ese otro blog.

 

De idéntica manera, todo lo que creamos: artículos, poesía, relatos, cuentos, historias, imágenes, vídeos, etc....es susceptible de ser copiado, plagiado, “secuestrado”, robado, etc... y de ser difundido con nombres de autores falsos, o de manera anónima, sin citar su verdadero autor o, peor aún, apropiándoselo esos plagiadores, “copiotas”, diríamos en el colegio si fuera una cosa de niños, pero no, lamentablemente no es una cosa de niños. 

 

Me decido a escribir este humilde artículo, que tiene por objeto aclarar a los que no lo tienen muy claro, el concepto de “plagio” por dos motivos:

 

1.- Porque escribo, soy bloguera y publico a menudo mis obras de manera pública en mi muro y en otras redes, así como autora de publicaciones impresas, en libros y revistas y soy vulnerable, como todos, a ser plagiada, y por tanto, a ser víctima del “secuestro” del fruto (sea bueno, malo o regular, ¡es mío!) de mi intelecto.  

 2.- Porque soy testigo de constantes plagios de publicaciones en este medio, en las cuales, ni se citan las fuentes, ni se cita el autor, ni se dice o se desmiente a quienes comentan e incluso alaban y aplauden al autor de dichas publicaciones, que el que publica no es el que lo ha creado. En esto, el hecho de que no se saque del error a quienes lo creen,  es también actuar de mala fe.

 ¿Qué es plagiar? Según la RAE en su primera acepción: 1. tr. “Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. Es decir, ni siquiera hace falta que esté copiada literalmente palabra por palabra (algunos son tan burdos copiando que incluso lo hacen literalmente), sino que si en los sustancial, la idea, la opinión, la enjundia de la obra es igual, ya es un plagio.

 Según la Biblioteca de la Universidad de Alcalá de Henares: “El plagio es usar el trabajo, las ideas, o las palabras de otra persona como si fueran propias, sin acreditar de manera explícita de donde proviene la información. 

 La información ajena es propiedad de otra persona (como lo es un coche o cualquier otra cosa que poseemos), independientemente de que sea gratis o no, o de la forma en que hayamos accedido a ella (en Internet, una revista, un libro). Nuestras palabras nos pertenecen y no pueden utilizarse sin nuestro permiso. 

Por eso, el plagio es una infracción del derecho de autor sobre una obra de cualquier tipo, que se produce mediante la copia de la misma, sin autorización de la persona que la creó o que es dueña o que posee los derechos de dicha obra, y su presentación como obra original”. 

 

Esto puede suceder en Internet también conocido como la  gran telaraña mundial, que es lo que significan las tres www con las que nos movemos por la red, porque Internet es un gran almacén de datos, todo lo que podamos pensar se halla en la red, al alcance de cualquiera. ¿Qué sucede con esto? Que cualquiera puede acceder a artículos de todo tipo, desde científicos a artículos de desarrollo personal, reflexiones, poemas, artículos periodísticos, políticos, opiniones de blogueros, sentimientos de quien escribe en sus páginas personales...etc... etc... 

¿Cómo puedo saber si alguien ha plagiado lo que yo escribo o si el artículo que estoy leyendo es verdaderamente de quien dice ser o de quien lo publica? Sencillamente, metiendo en google frases significativas, palabras clave o cualquier frase del texto. Tan fácil como eso. Si con una frase no aparece, intentadlo con otras. 

 A veces, basta observar la diferencia que existe entre los textos que publican los plagiadores y el modo en el que se expresan en comentarios, frases, etc... para que la sospecha se convierta en certeza, metemos una frase en google y ¡Bingo!, ahí está palabra por palabra lo que han “birlado” a otro.

Me diréis si esto se puede controlar de algún modo, de hecho hay una Ley de Propiedad Intelectual, regulada por real Decreto Legislativo 1/1996 , de 12 de abril (modificada por la Ley 5/1998 de 12 de abril), dispone en su Art. 1 que "la propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el solo hecho de su creación".  

 Pero hay otro modo de parar el plagio, y es no difundiendo ningún tipo de escrito que os encontréis por la red, sin verificar la autoría, sin citar la fuente de donde procede o indicar esa circunstancia de que no tiene un autor conocido o es, sencillamente anónimo (hay pocos escritos anónimos, siempre hay un autor detrás, que tal vez fue “plagiado”).  También podéis entrecomillar, poner en cursiva, etc...Todo menos atribuirse uno el fruto de la inspiración ajena.

 En esto, como en todo, existen los que, inocentemente, copian en sus muros escritos sin citar los autores, pero no se los atribuyen e inmediatamente sacan del error a los amigos comentaristas diciendo que no es suyo, y los que, sabiendo perfectamente que están cometiendo plagio, reciben el aplauso y el halago sin despeinarse ni un ápice, sin inmutarse, sin que se les caiga la cara de vergüenza. 

 Amigos, por favor, citad siempre las fuentes porque, como bien se apunta en la Biblioteca de la UAH: “Aprovecharse del trabajo de los demás es un acto egoísta”.

Para terminar, decir a los plagiadores que la misma herramienta con la que cazan el fruto del intelecto de otros, sirve para pillarles a ellos in fraganti como cazadores furtivos.

 FUENTES: El texto en cursiva y entrecomillado es de la Biblioteca de la Universidad de Alcalá de Henares.