martes, 21 de marzo de 2006

¡Bienvenida, Primavera



Ha llegado casi de puntillas, tal vez por no querer molestar, como esa niña tímida que asoma su naricilla por la rendija de la puerta donde hablan los adultos. Esta vez, ni siquiera el Corte Inglés nos ha avisado con la suficiente antelación, ¿les habrá pillado desprevenidos también a ellos?.

Entre tanta algarabía de estatutos, opas, pruebas, comisiones, juicios, promesas incumplidas, gritos, rencillas y miserias, apenas podemos sentir como la vida sigue, como las estaciones se suceden y llega esta primavera, temerosa casi de ofrecernos el regalo de sus flores, y me pregunto si hemos perdido ya con nuestras voces la capacidad de escuchar el canto de la vida.

¿No podríamos pararnos un instante y pensar en lo que eso significa? Pero ¿quién soy yo para erigirme en juez de nadie? Si yo también ando metida en esa vorágine de prisa y miedo, de estrés agotador por alcanzar una meta que, francamente, cada vez que está cerca, alguien se encarga de moverla unos pasos más allá.

Me haré el propósito de reflexionar sobre ello, la vida viene a nuestro encuentro en cada hoja que renace de la rama que parecía agostada, en cada flor que se abre en colores, en cada paso que damos, la vida, sí, la vida misma, sale a nuestro encuentro. Pues a ver si nos damos de narices con ella, porque de otro modo, dudo mucho que cambiemos nuestros hábitos, lamentablemente. En fin, ¡¡Feliz primavera a todos!!

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