
Hace unos meses, cuando tuve que rellenar el formulario para hacer mi perfil en facebook, me sorprendió que en el apartado de “estado civil” aparecieran tantas opciones, algunas totalmente nuevas para mí; si hace unos años el estado civil de una persona podía ser: soltero/a, casado/a, viudo/a o divorciado/a, ahora son, según ese formulario del que hablaba, las siguientes y, si entendemos facebook y las demás redes sociales como un reflejo de la sociedad, nos daremos cuenta de que la cosa ha cambiado un poquito.
Además de las opciones que todos conocemos, las de siempre, que aparecían en el desplegable del facebook para elegir el estado civil: casado/a, viudo/a o divorciado/a que no comentaré porque son opciones que no han sufrido cambios significativos, había otras que, sinceramente, no sé de qué modo interpretar, y no me refiero a la que sigue que he querido ponerla la primera por comentar alguna cosa sobre ella:

- Soltero/a: esta opción es clásica porque siempre ha habido hombres y mujeres sin pareja, ya sea por una elección personal o, simplemente, porque no ha aparecido el príncipe azul o la princesa de turno.
Este término, no se puede negar que ha perdido aquel sentido peyorativo que tenía en el siglo XIX y la mitad del XX, todos recordamos cómo sonaba la palabra “solterona” que, casualmente sólo sonaba mal en femenino, porque decir “solterón” no sonaba tan mal, había un refrán incluso que decía: “Cuarentón y solterón, ¡qué suerte tienes bribón!”, nada parecido a lo que sugería una mujer cuarentona y solterona.
Sin embargo, los solteros de hoy se llaman “singles”, se unen en asociaciones, hacen senderismo, viajan en cruceros donde les organizan fiestas y hasta tienen libros de recetas para ellos solos, en fin, ¡menudo cambio!, imagino a Doña Rosita la soltera, el personaje que creó García Lorca, cambiando el apodo por el de “single” y embarcándose en un crucero donde por la mañana haciendo pilates y por la noche bailando salsa, no tendría tiempo para suspirar por el amor perdido.
-“En una relación”. Puede suponerse que esto equivale al tradicional noviazgo, pero teniendo en cuenta que hay otra opción que es “comprometido/a” en ese desplegable, lo de estar “en una relación” parece que compromete menos, que se está en la etapa del conocimiento mutuo, esa etapa en la que se va al cine, a pasear, a hablar, etc, pero eso sí, sin compromiso ninguno, que para eso está el “comprometido/a”.
- “En una relación abierta”. Esto me descoloca totalmente, tira por tierra mi teoría de que en la opción anterior la pareja se está conociendo para pasar al siguiente escalón, es decir, se empieza sin compromiso y se termina comprometido, pero ¿qué significa estar en una “relación abierta”? ¿es como la jornada de puertas abiertas que se celebra todos los años en Las Cortes españolas? Y, sobre todo, ¿una relación abierta a qué o a quién?. Ninguna de las respuestas que me vienen a la cabeza me parece de recibo, la verdad.
- “Es complicado”. Por si no lo hubiéramos visto todo, esta opción de estado civil es todo un canto a la inconcreción, o sea que si alguien pretendía comerse una rosca en facebook da a entender de una manera clara y concisa que, ¿está casado/a pero se lleva fatal con su cónyuge? ¿está comprometido/a pero la suegra le hace la vida imposible? ¿está enamorado/a del vecino/a del quinto y éste/a ni se fija en él/la?.

Sin duda, es complicado intentar identificarse con uno de esos estados civiles. Todo tiene matices, colores, facetas. Ni los solteros se han de sentir siempre solos, ni los casados nunca lo están, ni las relaciones, por muy estrechas que sean, son relaciones cerradas, ni se pueden cerrar las puertas en una relación abierta, lo malo es si se te cuela alguien sin que te des cuenta.
Recuerdo que antes, una de las cosas que indicaban si estabas casada o soltera era el tratamiento de señora o señorita, dependiendo de uno u otro estado civil. También en eso se pueden apreciar diferencias con los hombres ya que ellos no distinguían entre señorito o señor.
¡Cosas de antes! y ¡cosas de ahora!.