miércoles, 20 de mayo de 2015

NOCHE ESTRELLADA








La vida es esa maestra que nos enseña las lecciones mientras la vivimos, escribe en el encerado de los días, calcula en estrellas los sueños, el crecimiento en caídas; nos enseña la gramática de las palabras no dichas y la ortografía correcta cada vez que nos equivocamos.


No hay vivencia que no nos deje su enseñanza, no hay compañeros que no aprendan de nosotros ni tampoco ninguno del que no aprendamos algo.


He aprendido que los recuerdos son la huella más perdurable, el amor el equipaje más valioso, que la generosidad con los demás, es el pasaje más seguro para la felicidad, y que, sin embargo, lo que no das se convierte en cadena que te asfixia, lo material es un lastre, que nos empeñamos en acumular y nos impide elevarnos del suelo.


En las cosas más pequeñas se queda impregnada la esencia de los que amamos, no en las grandes cosas que sobreviven sin alma, indolentes, indiferentes al dolor y a la terrible ausencia. Duele pensar que el mundo sigue impasible, mientras te desangras por dentro y deshaces la mirada en lágrimas.


Al final siempre queda el amor como estela de despedida, como consuelo para el corazón...y el sonido de los últimos besos que atrapan el calor de la epidermis, como bálsamo para la herida por siempre abierta.

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