Bienvenidos a mi otro lado del espejo, donde la realidad que me acaricia o me sacude, se transforma en palabras.
miércoles, 20 de agosto de 2008
LA VUELTA
Aún en mis retinas el azul maravilloso del Mediterráneo, del último lugar visitado, la sal y la espuma son ya recuerdo inmediato, pero recuerdo al fín y al cabo. Quedan atrás los días del descanso merecido, me lo digo yo y me vale con eso, atrás los paisajes por los que he paseado mi vista y también mis pies, sitios que no conocía a fondo y he conocido ahora, y otros viejos conocidos con los que me reencuentro cada año.
Cada vez estoy más convencida de que tenemos un país maravilloso, tenemos la suerte de contar con una enorme variedad y riqueza en nuestras tierras de colores, olores, formas, incluso sabores. En fín, ¡qué os voy a contar!, si seguro que esto ya lo sabéis la mayoría de vosotros. Se me nota en la mirada, como dice la canción, que soy una enamorada de España, así que cómo no se me va a notar también en la palabra.
Muchas veces me he preguntado y me sigo preguntando por qué no me animo a salir más al extranjero y conocer sitios nuevos, realmente el primer motivo es porque mi miedo a volar me lo pone difícil, lo reconozco y es mi reto a conseguir, lo prometo; Mi familia y amigos han utilizado todos los medios posibles para convencerme de las ventajas, seguridad y maravillas que encierra viajar en avión, y yo lo admito, no lo pongo en duda. Otro de los motivos de no salir fuera es el hecho de que hay todavía muchos rincones de España que no conozco y me obligo, al no salir fuera, a conocerlos poco a poco.
En fín, reconozco que soy una miedica, aunque pienso que si fuera yo la que tuviera alas tendría mucho menos miedo a surcar los cielos en un vuelo elegante y grácil. En estos momentos la gracilidad está reñida conmigo, mucho más después de haber tapeado por las calles de Granada, de haber comido las paellas de Alicante y degustado el morteruelo de Cuenca y su famoso alajú, postre que recomiendo, al igual que las berenjenas fritas con miel de caña de Granada. Lugares donde he ido desgranando, sí, como una granada, mis vacaciones y de los cuales traigo en la maleta no sólo recuerdos maravillosos sino también algún kilito de más y un bonito bronceado que me durará, eso sí, unos cuantos días, y es una pena ¡con lo delgada que hace el moreno!.
Pues eso, que he vuelto y estoy dispuesta a retomar con ganas este otro reto de plasmar en mi blog, al que echaba ya de menos, sentimientos, pensamientos, opiniones, como siempre, y a empaparme de vuestras palabras en vuestros rincones, dispuesta a no dejarme nada en el tintero, a abrir el corazón y sacar lo que me hace feliz, lo que me preocupa, lo que me enerva, lo que creo que debo y quiero decir.
Pasaré lista a ver si habéis vuelto ya todos o hay algún rezagado, porque me encanta que estéis ahí. ¿Comenzamos el curso? ¡Pues, a ello!
Imagen "Granada" copyright © Shikilla 2008
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Me encanta que ya estés aquí, se te ha echado mucho de menos y me encanta ser el primero en darte la bien venida.
ResponderEliminarTe veo con ánimos y fuerzas para empezar este nuevo curso bloguero y esto también me encanta. Me encanta verte feliz, relajada, animosa, me encanta que hayas disfrutado a tope tus vacaciones, te las merecías, me encanta que vengas morenita (a ver si podemos ver una foto de ese moreno) y sobre todo me encanta leerte, por tanto, a ponerse las pilas. Lo del kilito de más no te preocupes, eso es como el aprendizaje de economía de Zapatero, se resuelve en una tarde.
Gracias por visitarme y un beso.
¡Bienvenida querida Shikilla!
ResponderEliminarMe uno a lo dicho por nuestro común amigo. Los kilitos no te preocupes, porque:
Los kilitos, son grasa,
desaparecen.
El amor es etéreo,
presente está.
Preocupación los kilos
no se merecen,
igual que han venido
se marcharán...
Pero el amor que has traído
en tu maleta...
ese, yo te aseguro,
¡no es cuchufleta!
ese, no te preocupes...
¡se quedará!
Nada, Shikilla, que no hay que tenerle miedo la muerte; que se muere una sola vez y pasarse la vida pendiente de no cruzarnos con ella, sólo lleva a perderse experiencias que nos pueden agradar o enriquecer, como ahora se dice... que todo enriquece aunque luego llegue el bracicorto y te corte el enriquecimiento.
ResponderEliminarMe alegro de verte, y de verte tan animosa, espero el beneficio de tus palabras para los mortales que entramos en este blog a beber de ellas.
Besos casi otoñales.
Hola Shikilla:
ResponderEliminarReconozco que cuando has empezado a hablar de la comida se me ha hecho la boca agua. En ese aspecto, tenemos bastantes cosas de las que sentirnos orgullosos, y afortunados de saborearlas, previo pago, jaja.
Por lo demas, España es preciosa, aunque tambien viene bien, de vez en cuando, una vuelta por ahi fuera, pues se aprenden cosas.
¡Pero si en el avion se va chachi! Nada mas entrar, te dan la bienvenida los auxiliares de vuelo, que da gusto verlos a ellas y a ellos, y luego te ponen un periodico para leer, y te dan caramelitos...y la visión de España, desde arriba, es preciosa, aunque la ultima vez que lo vi, este año, la vi bastante amarilla...
Bueno, me alegro de que vuelvas, eh?
Oye, el anterior post, redondo. De acuerdo, aunque prefiero la despensa de Extremadura.
Un abrazote con abanico.
Entré por medio de Terli. Comparto contigo el deseo de no salir de España. En mi caso, incluso me niego a moverme de mi rincón: los viajes que más me gustan son,ya, los interiores.
ResponderEliminarVeamos. He viaja muchísimo...y lo que me queda. Lo cierto es que mientras más lugares visito más me gusta España, especialmente en cuanto a la riqueza de la gastronomía, a sus paisajes y a la comodidad para poder viajar. En este caso siempre he pensado que profundizaré en mi país al final, cuando no me queden terrenos extranjeros por descubrir pero no en sentido radical: es decir, el 75% de mis viajes son al extranjero y el resto dentro de España (fundamentalmente puentes y fines de semana). Pero te recomiendo que consideres un aspecto práctico: no es lo mismo viajar a remotos lugares, con unas condiciones de salubridad y seguridad mermadas, con 25 años (como los que tienes) que con 70. Además, viajar te da una nueva dimensión de las cosas, de todas la cosas sin excepción..y muchas sólo las encontrarás fuera de España.
ResponderEliminarAnda...vete ya!!!
Pues mira por donde parece que coincidimos bastante en los gustos y en la elección de visitas. El morteruelo es una especialidad de Cuenca, como bien dices, que me encantó cuando lo probé en el castillo de Alarcón y las berenjenas con miel de caña son una delicia, cada vez que voy a granada paso por un pueblecito cercano al aeropuerto, Chimeneas, donde las preparan de forma exquisita.
ResponderEliminarCoincido, además, en el gusto por recorrer España, he visitado toda Andalucía, las dos Castillas, País Vasco, Valencia, Murcía, Galicia, Cantabria, Canarias, Baleares y, por supuesto Cataluña, las que faltan las visitaré, sin duda, y he disfrutado de lo lindo en todas partes, ¡tan distintos, tan iguales!, con esa especial trama de afectos, de la que habla Arcadi Espada, rezumando por todos los rincones de esta querida Iberia.
Shiki, bienvenida.
ResponderEliminarLo del miedo a volar se supera volando, aunque no sé si es el mejor momento para ponerse con ello...
Y sí, tenemos un país increible, en su riqueza histórica, natural y cultural. No sabemos apreciarlo, a mí cada vez me duele más el desconocimiento que padecemos sobre nosotros mismos.
De todas formas, viajando al extranjero te aseguro que se encuentra uno también a España, incluso desde otra perspectiva. En mi viaje a Viena por ejemplo, conocer el imperio de los Habsburgo me ayudó a comprender mejor una parte de la historia de España y aspectos de los reinados de Carlos I y Felipe II. En América me encuentro de lleno con la hispanidad (y, de paso, con nuestra miopía como nación).
Muchas veces pienso que pasaría si cuatrocientos millones de personas hablaran francés en el mundo, si una buena parte de los Estados Unidos de América hablara francés.... ¿alguien piensa que Francia estaría dedicándose, como nosotros, a potenciar entretanto el aldeanismo de consumo interno... o haría algo más con ese potencial político, histórico, económico y cultural? La respuesta me parece obvia.
Si otros países tuvieran personajes como Inés Suárez -la singular española que intervino activamente en la conquista de Chile, en una época en la que el protagonismo de la mujer no era precisamente habitual-, por citar sólo uno de mil personajes fascinantes que podríamos mencionar, ¿cuántos monumentos tendría¿ ¿cuántas películas de Hollywood nos hubiéramos tragado todos ya? Y en nuestro caso ni siquiera los españoles sabemos quién es.
bienvenida. me uno a tu idea. Tenemos un pa�s llenos de rincones maravillosos. Besos.
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