Bienvenidos a mi otro lado del espejo, donde la realidad que me acaricia o me sacude, se transforma en palabras.
miércoles, 19 de agosto de 2009
LA MIEL EN LOS LABIOS
Al volver de las vacaciones siempre tengo la impresión de que el inventor de las mismas debió ser un tipo bromista, quizás algo morboso, pero sobre todo con un índice de crueldad muy elevado. La miel en los labios, eso es lo que hacen las vacaciones, ponerte la miel en los labios. Pero ¡ah, amigo!, no te engañes, no degustarás más que unas pequeñas gotitas.
Cuando mejor está uno, cuando ya has conseguido acostumbrar a tu cuerpo a que no es necesario que se despierte a las siete de la mañana, cuando has perdido el respeto al reloj y te da lo mismo comer a las dos que a las cinco, o acostarte a las tres de la madrugada sin sentir ningún tipo de culpabilidad añadida, cuando estás a punto de aprehender entre tus manos el verdadero sentido de la libertad, entonces, sin avisar, llega el maldito momento de despertar de tu sueño, acunado pacientemente durante todo el año, a veces, un sueño amasado y cocido como un pan amorosamente preparado, que reservamos ya con muchos meses de antelación.
Aunque pudiera parecer lo contrario, no hay que dejarse engañar, las vacaciones no son para relajarte y descansar, las vacaciones son para fastidiarle a uno, pasarle por delante de las narices la buena vida, idílica y falsa, una vida cómoda en la que ni siquiera tienes que preocuparte por la vestimenta cada día, a pesar de haberte llevado una maleta enorme llena de ropa y zapatos , solamente utilizarás la tercera parte de lo que llevaste, o menos, incluido el calzado, cosa inútil por demás si vas de vacaciones a la playa, ya que las chanclas parecerán pegadas con superglú a tus pies desde por la mañana hasta la noche, ¡qué cómodas, oye!.
Muchas veces me he preguntado por qué arrastro cada año una maletona más grande que yo por estaciones y escaleras mecánicas cuando todo lo que me pongo en mis vacaciones cabría en uno de esos maletines de fin de semana, pero da igual, siempre caigo en el mismo error.
Reflexionando sobre lo expuesto, ¿no estáis de acuerdo conmigo en mis conclusiones?
1.- Las vacaciones son crueles.
2.- Las chanclas son muy cómodas.
2.- La ropa que nos llevamos en la maleta siempre es excesiva.
Pues aquí estoy, recordando el sonido del mar, el sabor salado de los besos de mis hijos en la playa, alguna frase del último libro leído bajo la sombrilla, de Ángela Becerra, por cierto, y con una contractura que requerirá fisioterapia, no sé si será de la maleta o del estrés que me producía saber que ese paraíso no era para siempre.
Imagen: La autora, yo misma, María Rosa Rodríguez, me estoy estrenando como fotógrafa, así que si a alguien le gusta, puede usarla sin miedo.
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No te quejes, que ya sabes que nunca llueve a gusto de todos. Me alegro, egoistamente, de que se te hayan terminado tus vacaciones, así te recuperamos tus fans.
ResponderEliminarUn besazo de bienvenida.
Lo siento por ti, mi querida Rosa, pero a mí tus vacaciones me han parecido interminables, las que me han parecido cortísimas ha sido las mías y eso que todavía no se han acabado, jejeje.
ResponderEliminar"Tránkila" amiga bellotera, total... si no quedan más que once meses para volver a disfrutarlas.
Venga... venga... que sabemos lo que es divertirse en Badajoz y para mí eso, aunque se trabajen ocho horas al día, son también vacaciones. Tus vinitos, tus cervecitas, tus aperitivitos, los amiguitos, las juerguecitas, los Ding... Dang... Dongg... nocturnos del reloj de la torre... bueno y no sigo que se me está haciendo la boca agua.
Bien venida y un besazo.
Pues las mías obligado por mis jefes han transcurrido en casa y sin coincidir con mi esposa que hoy se ha largado con los cinco al parque de atracciones. Lo mejor por eso de este tiempo es el poder difrutar de buenas conversaciones con los tuyos y fortalecer esos lazos que a veces durante el año y el ajetreo se sueltan un poco. Muy buen post.
ResponderEliminarUn saludo
Las vacaciones tienen ese doble filo, pero no sé si podríamos prescindir de ellas. Me encanta tu humor, amiguita. Un gran beso y enhorabuena por la foto, que me encanta,
ResponderEliminarV.
¡Dejaos de quejaros! al menos Terly y tú las habeis disfrutado, la que escribe nada de nada, Bienvenidos a los dos y un beso
ResponderEliminar¡Coñe! ya era hora. Lo sé, para ti es una putadita, pero, hija, nos tenías perdidos esperando.
ResponderEliminarHablando de vacaciones, el otro día me entero de que en esta empresa donde presto mis servicios inútiles, te contratan cada tres meses para no darte vacaciones ¿Cuantos meses me quedan para ellas? jeje. Lo mismo me las cojo voluntariamente.
Un besazo enorme.