Me pregunto por qué los sindicatos se movilizan justamente ahora que vamos de culo y cuesta arriba, como suele decirse. Pasean banderines, camisetas de colores, pancartas, etc..todo lo cual, por lo visto, quieren amortizar sacando a la calle día sí, día también.
Todo eso es muy respetable, no digo yo lo contrario, pero a mí estas salidas y reivindicaciones, no pueden dejar de parecerme ahora fuera de lugar.
Es
como si, cuando un barco se estuviera hundiendo y, todos los
pasajeros estuviéramos con el agua al cuello, las ratas se
amotinaran masivamente pidiendo queso de bola porque el de Gruyére
tiene demasiados agujeros. Pido que, por favor, este ejemplo se
lo tomen como lo que es, solamente un ejemplo, no es mi intención
llamar ratas a los que asisten a las manifestaciones, pero sí, desde
luego, a los Sindicatos.
Hemos
estado creyendo durante años que la bodega del barco estaba llena de
queso, que podíamos derrochar no solamente ese queso, sino el que ni
siquiera teníamos, incluso gastamos de manera absurda e
inconsecuente en frivolidades y delicatessen sólo al alcance de los
barcos más lujosos, nos sentíamos los reyes del Mambo.
A
toda esa locura colectiva, contribuyó, sin duda, la
palabra de ánimo, optimista, confiada y exultante de
triunfalismo de la antigua tripulación del barco, encabezada
por su capitán que, emulando al flautista de Hamelin, hipnotizaba a todos con la flauta de sus palabras, enarbolando con alegría la bandera de la
modernidad y el progreso ( iniciales ZP rampantes sobre fondo
rojo), exhibiendo fotografías de los quesos más hermosos,
hologramas apetecibles que bautizaba con nombres rimbombantes, como
la denominación de origen “Alianza de las Civilizaciones”; haciendo márketing eficaz y continuo de la Igualdad, rayando en lo
cómico su obstinación en este apartado (o apartada), y otras,
que no voy a enumerar y que luego, tristemente, hemos
podido comprobar que sólo existían en su imaginación o que únicamente han contribuido a abrir viejas heridas o confundir al personal con promesas incumplidas.
Hemos
creído que todo ese queso ¡que no veíamos!, era además, lo
mejor de lo mejor, hasta que ya, imposible de ocultar la realidad
con esperanzas vanas y, aún peor, falsas, la embestida
feroz del gran tsunami de la crisis, nos ha hecho abrir los
ojos de repente, despertar de ese sueño inducido en el que
estábamos, y nos hemos dado de bruces con la realidad, y ésta
consiste en que todo lo que tenemos son unos quesitos en porciones
que ni son las maravillas que siempre nos dijeron que teníamos,
ni son de El Caserío (ojalá).
Hay
mucho que cambiar en este país para que las cosas nos vayan
medianamente bien, tanto en Educación, pilar fundamental y que
debería ser el caballo de batalla de esta sociedad, como en Sanidad,
en Comunicaciones, etc...mucho por hacer, ¿quién lo duda?.
Pero,
amigos, cuando el barco se hunde y es vital que nos mantengamos a
flote, no podemos ser tan mezquinos de aprovechar la coyuntura para
reivindicar, como decía al principio, unos derechos, privilegios,
mejoras etc.. que hemos dejado dormir, relegadas, mientras comíamos
todos del queso, y soñábamos con lo que aún teníamos en la
bodega.
Ahora
no es el momento, ahora lo que hace falta es que todos, y cuando digo
todos, quiero decir desde el primero hasta el último, desde el
político hasta el empleado, desde el autónomo hasta el funcionario,
desde el más joven hasta el más viejo, todos, en la medida de las posibilidades de cada uno, unamos nuestro
esfuerzo y podamos achicar el agua que anega este barco. Ahora la tripulación es otra, tenemos otro capitán, aún no sabemos si ellos nos sacarán a flote o terminarán por hundirnos del todo, pero lo que sí sabemos es que hay que ponerse manos a la obra urgentemente en lo que ya he dicho, achicar el agua, unir fuerzas. Tengo fe en
que algún día, hasta las ratas tendrán su queso de bola, pero lo
más importante es sobrevivir y que haya queso para todos.
en contra de mi opinión que tu también conoces. Hoy me gustado mucho tanto el continente como el contenido. besos
ResponderEliminaren contra de mi opinión que tu también conoces. Hoy me gustado mucho tanto el continente como el contenido. besos
ResponderEliminarNo seré yo quien justifique el huracán gótico leonés -sobre fondo rojo-, que no me parece que tenga justificación desde la izquierda, ni desde el norte, ni desde el este, ni desde lugar alguno que no sea la estulticia o el interés propio y egoísta. Así que a cada cual lo suyo y a éste algo más; ya lo verás (que me gusta a mí esto de los pareados ramplones, ea).
ResponderEliminarBesos.
Sonsoles, doblemente gracias por tu comentario. Me alegro que te guste, lo importante es que estamos en el mismo barco y que es un placer navegar juntas :)
ResponderEliminarJuan, cuánto bueno por aquí, tengo pendiente una vista desde el puente para charlar contigo. A ver si retomo, que ya va siendo hora. Besos.
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