Muy de acuerdo en lo que nos dice Javier Pérez de Albéniz en su sección de El descodificador en el diario El Mundo
Cada vez es más la telebasura que nos meten y para más inri con programas duplicados en unas y otras cadenas, la memez del polígrafo con personajillos de tres al cuarto que se someten al mismo para poner al descubierto sus secretos que a la mayoría de los españoles nos importan un rábano.
La pescadilla se muerde la cola.
"¿Patricia, has sido rechazada sexualmente por Kiko? El polígrafo nos lo dirá después de... escuchar a nuestro compañero Pedro Piqueras". Quien habla es Emma García, presentadora de 'A tu lado' (Telecinco), programa que incluye en su plantilla a la máquina de la verdad y al operario que la maneja. Y quien entra es el director de informativos de Telecinco, quien, con dos cojones y cara de póquer, procede a dar un avance informativo: que si la tregua con ETA, que si la guerra entre partidos, que si el escándalo urbanístico de Mallorca, que si unos paquistaníes se hacen pasar por policías para robar...
Casi se ahoga el pobre Piqueras, y lo peor es que nunca hubiésemos sabido si hubiese muerto de risa o del asco que le daba el lugar donde trabaja. Pero esperen, esperen... Porque Piqueras mantuvo el tipo de mala manera y devolvió la conexión al plató de 'A tu lado'. Emma García se cachondeó de las risas del jefe de informativos y retomó la vieja pregunta... "¿Patricia, has sido rechazada sexualmente por Kiko? Ahora lo sabremos, pero... será después de los consejos publicitarios". ¡Y se fueron a publicidad durante más de 15 minutos, los muy sinvergüenzas!
Exactamente a la misma hora, pero en Antena 3, un programa de similares características sentaba ante otro polígrafo a una tal Yola Berrocal, señorita de exagerados volúmenes artificiales que respondía a preguntas de la calaña de "¿Ha tenido usted relaciones sexuales con toda la plantilla del Navalcarnero Club de Fútbol?".
Hace poco escuché a un presentador de Telecinco (el del 'Tomate') diciendo que hay críticos de televisión que hablan siempre mal de la televisión. "No es que la televisión sea mala", sentenció, "lo que les pasa es que a ellos no les gusta. Deberían dedicarse a otra cosa". No estoy de acuerdo con el señor del 'Tomate'. A mí, por ejemplo, sí me gusta la televisión. No ya la buena, ésa que hay que buscar con lupa en las parrillas, sino simplemente la digna, la que no falta al respeto o a la inteligencia. La que no resulta vergonzosa o vergonzante. La que no ofende, no da asco, no se entromete en la vida privada de la gente.
El mismo presentador, la misma cadena, se quedaron ayer sin emitir 'El marido de Lola', uno de esos esperpentos con ínfulas de documental que promocionan durante semanas y rentabilizan durante meses. Un juez prohibió la emisión del programa. ¿Una victoria de la razón y el buen gusto? De ninguna manera: "Les prometo que verán el reportaje", dijo el presentador, frotándose las manos ante la brutal expectación que sin duda levantaría esta prohibición.
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