Brotes de luna llena

Creo que uno de los mayores tesoros que puede tener una persona es, junto con la opinión y sus ideas, los sueños o metas que puede acariciar a lo largo de su vida. Cada uno de los sueños alcanzados son piezas importantes en ese puzzle que es la vida y los que, aún habiéndolos perseguido con fuerza, terminan por desvanecerse, son la prueba de que no es fácil lograrlos. Lo cual, reviste las metas alcanzadas con un brillo más especial.

Cuando sueñas con algo durante mucho tiempo y no se cumple, tal vez tengas que dar un pequeño empujón a tu sueño, para que se atreva a vestirse de largo y se presente en sociedad como meta realizada.

Cuando sea mayor quiero ser escritora, ya lo dije cuando contaba nueve o diez años, y sigo diciéndolo ahora que tengo unos cuantos, ¡muchos, más!. Como mi sueño tarda, y definitivamente ese “cuando sea mayor” se acerca peligrosamente a la que vengo siendo ahora, he decidido que seré mi hada, mi mecenas, mi descubridora, mi madrina, mi manager e incluso mi crítica, “menos severa” claro está, porque es ¡ahora o nunca!, cuando uno, otro, de mis sueños ha de tomar forma.

He decidido, por fin, editar un libro con mis poemas y algunos relatos. No va a ser la primera vez que algún poema mío aparece en un libro pero sí que será la primera vez que lo haga en solitario como autora.

Solamente quería anunciaros que mi libro “Brotes de luna llena: 50 Poemas y 5 Relatos” verá la luz en cuanto me lleguen los primeros ejemplares a mi casa. Está en Bubok, editorial de Internet que me ha resultado muy útil como herramienta para cumplir mi sueño de publicar mis poemas.

No sé por qué esto me recuerda a la frase archiconocida que Paco Umbral pronunció en el programa de televisión, donde la Milá intentaba que opinara de otra cosa, mientras él, empecinado, decía: “Yo he venido a hablar de mi libro”, pero es cierto, hoy he venido a hablaros de libros y sueños cumplidos....o casi.