Creo que lo que más nos duele en
el mundo es el sufrimiento y el dolor de aquellos que amamos, ya sean
nuestros padres, hijos, parejas, familia o amigos....si yo preguntara
si os duele, hunde, desanima o causa desazón el sufrimiento de
cualquiera de ellos, estoy segura que serían mayoría los que me
contestaríais afirmativamente. Si, duele, duele mucho y nos afecta
cuando quien queremos sufre por cualquier causa y, muchas veces,
lamentablemente, es poco lo que podemos hacer, o eso creemos. Por
poco que sea, por minúscula que sea la ayuda que podemos ofrecer,
tenemos que encontrarla. Por ellos y por nosotros mismos.
Somos distintos y cada uno de
nosotros reaccionamos de manera diferente: comprender, consolar,
compartir... cada uno hemos de encontrar el verbo que queremos
conjugar para que los que nos rodean y amamos, encuentren ayuda para
llevar esa carga, aligerarla ha de ser nuestro objetivo. Tengo claro
que cualquiera de las cosas que elijamos será buena. Todas menos
una: huir, escondernos en el llanto o en la resignación a secas,
infructuosa y vacía.
¡Nos necesitan! Y tenemos que
estar ahí para que nos encuentren. Hemos de ser fuertes para
transmitirles fortaleza, hemos de ser optimistas para darles
optimismo, hemos de mantener la esperanza para que llegue a ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu opinión.