SU ABRAZO
Era su abrazo la isla donde sembrar el futuro.
En él vivía la esperanza de una vida
compartida
sin miedo al naufragio ni a la soledad,
sin miedo a las tormentas que arreciaran
ni a la calma que invitaba a las viejas
rutinas.
Era su abrazo la apuesta por los sueños
arraigados,
en un palmo de universo del que eran
propietarios.
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