Bienvenidos a mi otro lado del espejo, donde la realidad que me acaricia o me sacude, se transforma en palabras.
viernes, 29 de abril de 2016
VOLVER A LA NIÑEZ
A veces, desearía volver a esa infancia feliz, a salvo de todas las cosas, donde las heridas solo lastimaban las rodillas y mamá las curaba con la frase milagrosa de: " sana, sana, culito de rana..." las lágrimas eran siempre saladas y se secaban con besos.
El mundo era infinito desde mis ojos de niña y la vida era un regalo que siempre traía ofrendas.
Ser niña de nuevo con sueños por estrenar, sin heridas de amor ni decepciones. Y, sobre todas las cosas, sin el miedo del adiós a los que amas.
SER REALISTA
Que se queden en tierra los que no saben volar, los que tienen anclada el alma en las arenas movedizas de un pasado que engulle sus esperanzas, de una realidad que castra el valor del riesgo.
Los que sólo creen en lo que ven y sólo saben acariciar con las manos. Aquellos que amordazan la imaginación.
Dejadme soñar que es posible vencer la distancia y el tiempo, mirar a los ojos del recuerdo y sentir estremecerse el cuerpo; acariciar con palabras cuando las manos no llegan, besar el sonido de la voz amada. Inventar cada día el modo de mantener vivo el fuego, hasta que se rindan los muros y se extiendan los puentes..resistiendo, hasta llegar a la estación de lo posible.
jueves, 10 de marzo de 2016
HOY NO ES HOY
Me subleva mi impotencia para sujetar las bridas de este espíritu mío que se deshace en recuerdos. ¡Cómo quisiera poder manejar a mi antojo el momento de la resurrección de lo vivido, de la añoranza, de la tristeza e incluso de la alegría!
Su libertad me exaspera. Esa independencia rebelde e indomable de su vuelo, ajeno totalmente a mi vida, a la tierra que piso, a mis problemas… Esa facilidad para desprenderse del lastre de mi cuerpo y volar, volar…entre las nubes del tiempo.
Y luego viene, de vuelta de ese mundo hecho de jirones de mi misma, y
me trae este “hoy” construido de ayeres, un hoy que no es hoy solamente,
que es el día en que te conocí, el que me besaste por primera vez, el
día de la rosa azul y aquél otro, en el que bajo la lluvia, volví a
creer en los milagros. Hoy es el día del adiós que no quería nacer y,
sin embargo, nació sin pronunciarlo y el otro en el que los brazos no
se abrieron y quedaron cerrados por un tiempo todos los puentes que
unían nuestras almas.
Trae también en sus alas la herida abierta de otros ayeres perdidos, el aroma del azahar, frases entrecortadas llenas de diminutivos, promesas hechas añicos y la ausencia afilada que mató nuestra esperanza.
¡Hoy te extraño tanto! No recuerdo a qué sabían tus besos, y se me pierde en la memoria el tacto de tu piel...pero laten en mi, todavía vivas, cada una de las horas que compartimos juntos.
Trae también en sus alas la herida abierta de otros ayeres perdidos, el aroma del azahar, frases entrecortadas llenas de diminutivos, promesas hechas añicos y la ausencia afilada que mató nuestra esperanza.
¡Hoy te extraño tanto! No recuerdo a qué sabían tus besos, y se me pierde en la memoria el tacto de tu piel...pero laten en mi, todavía vivas, cada una de las horas que compartimos juntos.
jueves, 3 de marzo de 2016
UNA HISTORIA DE AMOR (Relato)

Comenzó con una mirada. Iba ya mediado octubre
y no pudo imaginar que era el principio.
Pero no, aquel día
no fue el principio. Ella andaba ya dentro de él, en ese rincón que la memoria
tiene para las personas especiales que nos cruzamos y nos traspasan la piel,
que nos atraen con su magia y parecen inalcanzables en ese momento.
El origen de su historia de amor, se perdía en el tiempo,
ni él ni ella sabían entonces que el
amanecer les encontraría algun día juntos, si, abrazados y ...juntos!
El momento fue el día en el que ella le miró por primera
vez de otra manera, y él, devolviéndole la mirada, tuvo la sensación de que
ambos se descubrieron en ese instante.También sus corazones lo supieron.
Los dos convalecían de sendas heridas, llevaban
cicatrices en el alma que aún no se
habían curado del todo. Quizás por eso se apresuraron a sacar sus escudos y se
parapetaron tras ellos, casi inmediatamente.
No querían compromisos, relaciones, ni nada que se
pareciera o tocara de refilón el amor. Hicieron una declaración de principios
que parecía sentar las bases de aquel encuentro.
Y asi fue como, sin miedo, se entregaron al juego de la
seducción, la risa compartida, el intranscendente abandono. Dejaron a merced
del viento sus corazones, como las hojas de un árbol, meciéndose en el dulce
vaivén del otoño, sin el ancla de la
razón. Seguros dentro de sus
fortificaciones.
Pero no contaron con él ni con sus armas, nadie les avisó
de la fuerza de su soplido y, noche tras noche, el amor iba convirtiendo la
brisa de sus palabras en un huracán imparable de sentimientos. La pequeña
chispa de una mirada en el fuego demoledor que arrasó los muros que
construyeron entre ellos.
Entonces, llegó noviembre y les trajo los besos. todos
los besos que aguardaban a salir, los
que inventaron nuevos, a los que les
pusieron nombre. Y ni siquiera eso les puso alerta.
En la ceguera del que no quiere ver, se acostumbraron a
aquella peligrosa rutina de entregarse el cuerpo y el alma cada día, durante un
tiempo.
Cuando él supo que la amaba, la vida les alejó por esas
cosas que tiene el destino, entonces, se
dio cuenta que se quedaron sin decir las palabras más hermosas, que le quemaban
por dentro.
...Y allí está él, tragándose el dolor de la distancia... y
allá está ella, preguntándose si alguna vez la recordarál, si también, como a
ella, la nostalgia le morderá el corazón
cada noche;
Queriéndose están los dos, sin saberlo, después del
vendaval y de la tormenta primera, a pesar de la distancia, de los muros y las
razones.
No fueron el primer amor de cada uno, lo atestiguan las
cicatrices, pero sueñan cada noche con ser el último y
definitivo para el otro. Sueñan por separado con encontrarse.
Sólo son dueños de sus sueños, en ellos se tienen por
entero, y son felices así, él intentando acumular el valor para decírselo y
ella rezando para que no la olvide.
domingo, 21 de febrero de 2016
HAY VECES
Hay veces que uno se revuelve contra el tiempo, contra las cosas y la vida. Que se crispan las manos y repliegan, hincando las uñas en las palmas. Que se aprietan los párpados y cierran herméticamente la mirada, que los labios se inmolan aplastados por la presión de los dientes.
Porque hay veces que se adueña de nosotros la impotencia, el dolor, y hasta la rabia ...y nos cae el universo encima, desplomándose por siempre la esperanza.
Y creemos que no habrá amaneceres, ni dias de sol, ni agua de lluvia. Que no renacerá la primavera y reinará la oscuridad para siempre...
Que sentiremos abismos a los pies que paralicen nuestros pasos, y el miedo circulando por las venas, huérfanos de la ayuda que invocamos. Hay veces que se apagan nuestras luces y a ciegas nos morimos por momentos. Porque somos humanos, vulnerables y pequeños, y tenemos derecho a no ser imbatibles.
Pero también hay veces que en la fragilidad, supervivientes de batallas perdidas, nos elevamos por encima de trincheras, y escapamos de una muerte segura, sacudiendo la tristeza del alma.
ETIMOLOGÍA

ETIMOLOGÍA
¿Qué puede cruzar la distancia y mantener el brillo con el que fue creado? ¿Qué puede entrar en el alma por los ojos, como una saeta disparada cuyo impulso lo toma de otra alma que tensa su arco con el deseo de alcanzar el blanco? ¿Qué cofre puede contener el amor sin que éste se derrame en su viaje?... ¡Las palabras!
Nostalgia, dolor del no regreso, punzada del camino que
dejamos a la espalda.
Hoy te regalo palabras, deseando
ser yo misma vocablo que llegara hasta tus ojos y entrar en ti por
cada uno de tus poros, inundando de este amor que me desborda, la
tierra prometida de mis sueños.

ETIMOLOGÍA
(Origen
de las palabras, razón de su existencia, de su significación y de
su forma).
¿Qué puede cruzar la distancia y mantener el brillo con el que fue creado? ¿Qué puede entrar en el alma por los ojos, como una saeta disparada cuyo impulso lo toma de otra alma que tensa su arco con el deseo de alcanzar el blanco? ¿Qué cofre puede contener el amor sin que éste se derrame en su viaje?... ¡Las palabras!
Hoy te regalo palabras, elegidas, sentidas, pronunciadas en silencio, como un eco
que resuena en mi mente de aleteo preparando la partida. Palabras
nacidas mucho antes de nacer nosotros, antiguas palabras que
sirvieron al mismo fin que hoy persigo. Palabras que otros tomaron,
escribieron, inventaron… para poner en ellas sentimientos que
latían en su pecho y, como si fueran Mercurios alados, envolvían en
pergaminos, tatuaban en el lienzo de un papel en blanco o ceñían a
una nota en huellas de tinta convertidas para hacerlas llegar a
su destino.
Hoy, siglos después, renacen en
mis dedos, en una danza sobre el escenario teclado, de letras
encadenadas. Se anuncia el reestreno en la pantalla, sustituta
moderna del papel. No hay telón que se abra, ni bambalinas, vuelan a
pecho descubierto y descarnado, mostrando en vivo y en directo lo que
oculta el corazón.
Hoy te regalo palabras, para que
lleguen donde yo deseo estar, para que llamen a la puerta de tu
corazón y, a través de tu mirada, se deslicen suavemente y se
acomoden en ese rincón dentro de ti donde tantas veces he soñado
que durmiera mi nombre.
Memoria, almacén de vivencias,
retener el pasado entre los párpados, de todo lo que “volvemos a
pasar por el corazón” y, a veces, se desborda en lágrimas o
respira en el suspiro que liberamos en el aire.
Palpitar, agitarse el
corazón, poder tocar con la mano el sentimiento en su galope
libre por el pecho, ser testigo de la vida por el tacto,
en el vaivén entre sístole y diástole.
Paraíso, jardín privilegiado,
donde florezcan rosas de mil colores, mimadas por el jardinero, de
esas de las que decía Juan Ramón Jiménez que eran la misma
rosa, amor, la única rosa.
domingo, 3 de enero de 2016
ATAQUES
Hoy sufrí uno de esos ataques que me dan cuando me alejo de ti, se me vino de golpe toda la distancia y el tiempo a mi pecho y terminó oprimiéndolo fuerte hasta cortar por unos segundos la respiración, se fue asomando la nostalgia a los ojos y achicando del alma lágrimas aún sin estrenar...lo pasé mal, sólo quería verte, síntoma evidente de los típicos ataques de "quiero verte".
Un suspiro alejó de golpe todos los pensamientos que venían armados hasta los dientes, de desconfianza, miedos, fantasmas del pasado.... Y es que los ataques de "quiero verte" son como los de "te echo de menos", parecen graves hasta que me tomo la pastilla de "ya falta poco para estar juntos" o el jarabe de "tu voz me salva de los malos sueños". Estoy mejor, dijiste las palabras mágicas y mi corazón recuperó su latido normal, el de: (tam tam .....te quiero, tam tam...te quiero...)
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