TU RELIGIÓN

Me has elevado al altar de la belleza,
diosa infinita para tu fe de amante,
atribuyéndome poderes y milagros
que, según tú, realizo cada día.

Me has recitado plegarias de deseos,
y salmodiado con monótona cadencia
tu anhelo de un futuro compartido,
en el “mundo feliz de las rutinas”.

Te has derramado en el mapa de mi cuerpo,
sembrándome de besos cada palmo,
te has inmolado en el fuego de mi hoguera
desgranando rosarios de caricias.

Penitente de la espera prolongada,
en mis dudas y mis contradicciones,
siempre me miras venerando la inocencia
con que tu amor interpreta mis palabras.

Pones candelas en esta noche oscura,
para llenar con tenues espejismos,
la ausencia de la luna y las estrellas
que deberían habitar nuestro universo.

Has construido majestuosos templos
dedicados al dios de lo imposible
celebrando sacrílegas victorias,
tan utópicas como mis perfecciones.

Y en esa religión que has inventado
donde yo soy el credo que profesas,
cismática y hereje de mí misma,
ningún dogma me retendrá a tu lado.


Poema © Shikilla

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