Bienvenidos a mi otro lado del espejo, donde la realidad que me acaricia o me sacude, se transforma en palabras.
martes, 29 de enero de 2008
MAL DE AMORES
Leo en una noticia de 20 minutos que los trabajadores que tengan problemas sentimentales en una empresa de márketing de Japón pueden pedirse unos días de baja tras una ruptura complicada. Además, la firma dará más días a medida que los empleados vayan envejeciendo.
La empresa llamada Hime & Company, con sede en Tokio, ofrece también bajas pagadas para ir de compras durante las rebajas.
En pocas palabras, que prefieren que se vengan ya llorados de casa y, una vez desahogados, no tengan que ir suspirando por los rincones de la oficina ni lamentándose con los compañeros de su “mal de amores”. Pero esta medida no responde a una solidaridad generosa y gratuita por parte de la empresa, sino que desde una postura práctica y bastante razonable, piensan que la “baja por pena” permite a sus empleados llorar sus males y volver renovados a trabajar.
"No todo el mundo necesita tomar la baja por maternidad, pero con mal de amores, todo el mundo necesita su tiempo, igual que cuando estás enfermo", dijo el consejero delegado Miki Hiradate, cuya compañía de seis mujeres comercializa cosméticos y otros productos femeninos.
En eso tiene razón, porque ¿quién no ha sufrido de mal de amores alguna vez?, que se lo digan a los poetas del Romanticismo, que allá por el S. XVIII y XIX, exaltaban hasta tal punto el sentimiento, que eran capaces de llegar al suicidio por un amor no correspondido y entre tanto sentimentalismo, melancolía, hastío por el mundo y tendencia a la autodestrucción no había manera de producir algo más consistente que no fueran poemas y odas al amor perdido.
Es decir, que estos japoneses piensan que una puede parir y alegremente volver al trabajo como si nada, pero si el novio te ha plantado o, simplemente, has puesto los ojos en el vecino del 5º hasta tal punto que te da un tabardillo cuando coincides en el ascensor con el afortunado, pero él pasa olímpicamente de ti, provocándote una desazón incontrolable, y en actitud desmayada, cual flor marchita, vas a la oficina como una zombi que no está en lo que tiene que estar, pues nada, te pides la baja o te la dan ellos, para que recuperes la color perdida y las ganas de vivir.
Que no digo yo que eso esté mal, que me parece bien, pero es que hay algo que no entiendo, porque la Compañía dice que “las empleadas de 24 años o menos pueden tomar un día libre al año, mientras que las que tienen entre 25 y 29 cuentan con dos y las mayores de esa edad pueden librar hasta tres días” y es que según el Consejero delegado de esta empresa, el señor Hiradate, “ las mujeres veinteañeras pueden encontrar con rapidez un nuevo amor, pero es más difícil para las que tienen 30, y sus rupturas suelen ser más graves", o sea, que a las que no tenemos veinte años, lo tenemos crudo para encontrar pareja y, si nos dejan, nos debemos poner tan coñazos, que necesitamos más días para recuperarnos, será también porque nos da por pensar que cualquier ruptura a partir de los veinte, es la leche de grave, y la máxima de la compañía, a tenor de las declaraciones, está clara cuál es: “A rey muerto, rey puesto”, y debe ser que las veinteañeras son más rápidas que nosotras para encontrar el sustituto del rey muerto.
La noticia no dice nada de si la baja también la dan cuando es una la que planta, ni si a los hombres veinteañeros les resulta también fácil encontrar sustituta rápidamente, o si las rupturas de los empleados varones de 30 años son tan graves, como las de las mujeres. En fín, que le veo “lagunillas” yo a esa medida y que, si fuera aquí en España, me temo que los lunes habría bajas masivas por “mal de amores”, que la resaca es muy mala y viene bien un día de descanso extra, (en mi caso, que tengo más de 30 años, serían 3 días, que me vienen al pelo).
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Hola:
ResponderEliminarComo esa moda llegue a España...
Besos Shikilla.
No sé, pero vamos a ver quién no ha pasado grandes dramas en la adolescencia por eso. Y lo 18 y a los 20 y a los 30 y... y...
ResponderEliminarCreo que las separaciones amorosas están entre las que más golpean junto con la enfermedad y la muerte. Pero claro, llegar a contabilizar y tipificar el daño como lo han hecho ellos... no sé.
Un beso Shiki, como siempre muy interesante todo lo que pones.
Tienen razón en lo de que en esos casos tienes que pasar un "duelo" y que seguramente no rindes. Aunque no sé si es bueno que, en esas situaciones, te encierres en casa; hay veces que lo mejor es precisamente ir normalizando y seguir con tu vida.
ResponderEliminarLo de cuantificar los sentimientos de todas formas rechina un poco.
Lo de la edad creo que es mentalidad empresarial mezclada con visiones y tradiciones japonesas.
La verdad es que no estaría mal que se generalizasen unos días concretos al año de libre disposición para lo que quisieras, no sólo porque te han dejado, sino porque hoy te apetece más que nunca salir a pasear o porque tienes un mal día. Poquitos, dos o tres al año, pero sin dar explicaciones y sin que nadie quiera medir lo que tú sientes.