Bienvenidos a mi otro lado del espejo, donde la realidad que me acaricia o me sacude, se transforma en palabras.
lunes, 27 de octubre de 2008
ESPACIO LIBRE DE HUMO
Tal vez, porque me aparto de él voluntariamente, no quiero volver la vista atrás, ni le busco, ni salgo a la calle a deshora para intentar encontrarle y traerle a casa conmigo.
Tal vez, porque sé que no es bueno para mí, porque me he convencido de que me hace daño a corto, medio y largo plazo, aunque me haya estado engañando tanto tiempo repitiéndome a mi misma que sentirle me relajaba, que proporcionaba a mi vida un placer del que me era muy difícil prescindir, que estaba enganchada a él de por vida.
Tal vez por todo eso, ahora, que tengo un vacío dentro que suplica su presencia, aprieto los labios sin su beso de “buenas noches”, y mis dedos ligeros corretean por el teclado de mi pc para no echarle en falta, porque siempre, como en un ritual imposible de cambiar, cada vez que me disponía a escribir, él estaba a mi derecha, quieto, esperando, observando, hasta que yo, de vez en cuando, le besaba, en besos cortos o largos, en besos vacíos siempre.
Tal vez, me cruce con él en la calle, en casa de los amigos, en la cafetería, en el bar de copas, acompañando a gente que conozco y desconocida para mí. Sabré que está ahí, por su olor ¡tan conocido por mí!, porque alargará una caricia que se hará pellizco en mi nariz. Porque alguien querrá empujarme de nuevo a sus brazos, inocentemente, en una invitación a acercarme a alguien que ya ha sido parte de mi vida durante muchos años y me empecinaba en disfrazar, en ponerle un antifaz que por fin ahora le quito y le digo adiós.
Pero si mi voluntad flaquea, si en la inconsciencia de mi ansiedad pienso que le necesito y caigo de nuevo en la trampa mortal de sus caricias blancas, de humo y nada, en sus besos vacíos, de nicotina y alquitrán, quiero que seáis testigos de que hoy hace tres días que me propuse firmemente dejar de fumar…y que lo voy consiguiendo, aunque sé que aún me queda mucho para no añorarle en noches como esta, en las que siempre escribía con el cenicero al lado y en el cenicero un cigarrillo porque pensaba que entre calada y calada, la inspiración venía mejor, atraída por las mágicas virutas del humo dibujando formas caprichosas en el aire.
Este es el fin, una relación de años que tengo la firme voluntad de romper, ojala sea fuerte y mi vida se convierta en un ESPACIO LIBRE DE HUMO.
Imagen: Jack Vettriano.
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Me entanta lo que cuentas. Magnífica noticia. Nunca he fumado desde que le pedí a mi madre que me dejara probar... me dió mucho asco.
ResponderEliminarCada día me da más asco el humo... incluso el sábado, en la merienda de celebración del cumpleaños de mi mujer le dije a mi madre que se largara a la terraza a fumar... se me echaron todos encima... Me sienta mal, me da dolor de cabeza además del mal olor.
Te deseo perseverancia. Un beso,
Yo rompí con ella hace más de 6 años, aun la añoro, aun daría algo por estar con ella de vez en cuando, por acariciarla al menos, pero no estoy dispuesto a pagar el precio que ella pide.
ResponderEliminarAños, tiempo, dineros, disgustos... Eso me costó divorciarme de su presencia. Métodos clínicos, literatura, cataplasmas, curanderos, acupuntura... Aggg y salía diciéndome "no te quiero dejar". Presente en todos los lugares, casi como un dios, en casa, en los coches de "mi gente", en la oficina, en casa de los padres de mi mujer, en el campo, en la playa, hasta que un día, uno cualquiera, según acercaba su cuerpo a mi boca... se fue a la basura. De esto hace más de diez años. Como en cualquier separación de lo deseado, cuesta la ausencia.
ResponderEliminarMuchos besos y felicidades. Te mando un poquito de mi fuerza para que lo consigas.
Tienes un premio en mi blog:D
ResponderEliminarUn saludo
Es que el dolor de la separación, la ansiedad por lo que estuvo mucho tiempo y se fue es terrible. Muy bien reflejada toda esa desazón.
ResponderEliminarUn saludo,
Pedro.
Empecé a fumar a los 14 años y lo dejé a los 48. Creo que habré fumado unos 511.000 pitillos a lo largo de esta larga relación amorosa.
ResponderEliminarSólo se deja con voluntad, me costó tres intentos, uno de seis meses, otro de tres y un tercero de seis. El cuarto fue definitivo porque desde el primer momento me mentalicé de que no me pasaría como en los intentos anteriores.
¡¡¡ NO SE LE PUEDE DAR UNA CALADA AL CIGARRO !!!! Esto significa en el 100% de los casos volver a caer.
Te deseo mucha suerte y te felicito porque es como empezar una vida nueva.
Un beso.
Enhorabuena por tu desición, y ¡ojalá! no te falten las fuerzas. Yo a los 8 años vi a mi abuelo cómo se diluía atado a aquella mascarilla de oxígeno con 65 años, y nunca tuve la intención de acercarme un cigarrillo a la boca, y me alegra cada vez que sé de alguién que al menos intenta divorciarse de tan dañino compañero. Eso si que es violencia de géner@.
ResponderEliminarBesos sin sabor a tabaco...
Shiki, ánimo, si yo he podido, y llevo cinco meses, tú puedes. De verdad. Cambia algún hábito, sobre todo de aquellos que más eches en falta. Yo me levantaba a las ocho menos veinte y me iba a la cocina directa a encenderme un cigarrillo. Ahora me meto primero en la ducha, y no aparezco por la cocina hasta que voy con los niños a hacerles el desayuno. He cambiado el sitio donde me tomaba el café... cosas de ese tipo...
ResponderEliminarÁnimo, y sobre todo no te cebes pensando en que no vas a volver a fumar...
Besos
Con permiso de la anfitriona diré que estoy un poco hasta la moña de los bloggeros y bloggeras que andan haciendo campaña de votos para no sé que premio. Tiene completamente contaminao el blogspace con polución de spams
ResponderEliminarEstoy contigo Pantagruel, y además yo he dejado claro en el foro de los premios que no votaré a aquéllos que me vayan haciendo spam, es más, ya he votado en casi todas las categorías.
ResponderEliminarLo de mi presentación al premio ya lo comentaré en una entrada.
Un saludo
Hace ya 5 años, 10 meses, 14 días, 42 minutos y 29 segundos que dejé de fumar... ¡Y NI ME ACUERDO!
ResponderEliminarAhora fuera de bromas, yo lo dejé de sopetón, me levanté una mañana, tosí, miré el cigarrillo y le dije: "¡Cabrito, tú tienes la culpa!"
Tenía más de 2 cartones de Winston "pata negra", los regalé, pero me quedé con una cajetilla, a la que le pegué un cartel con papel de celo que decía:"Si quitas el papel y abres la cajetilla, no tienes huevos y eres gilipollas"
Lo llevé conmigo durante más de 6 meses...¡No, no estoy de coña, es rigurosamente cierto!
No sé lo que vale ahora una cajetilla de rubio, pero en estos casi 6 años que no fumo, me he ahorrado una pasta...
Un besote "piltrafilla"
No es el primer post que leo sobre lo que se siente al dejar de fumar, aparte de la costumbre de colgar el widget de "espacio libre/ocupado de humo". Pero sí el más sensual y elegantón. Sólo puedo decir lo qu digo siempre en estos casos: admiración y admiración. Si yo fumara, la crisis de las tabacaleras acababa pronto.
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