Bienvenidos a mi otro lado del espejo, donde la realidad que me acaricia o me sacude, se transforma en palabras.
sábado, 11 de octubre de 2008
SÁBADO DE OTOÑO
Hoy tomo conciencia de que estamos en otoño.
Esta mañana de sábado se ha puesto un traje gris y ha tendido una alfombra de paraguas para caminar sobre ellos de puntillas, ha recogido su melena de toldos pintados de colores y los ha replegado sobre sí mismos. Esta mañana de sábado deja caer la lluvia al ritmo de una vieja melodía que, no por haberla oído tantas veces, ha perdido un ápice de belleza.
Traviesa, la mañana, se ha dedicado a darme pellizcos en el alma. Hay nostalgias que sólo afloran cuando llueve, hay recuerdos que guarda el corazón envueltos en papel gris de celofán de otoño y lágrimas de cristal de lluvia.
Esta mañana que es nueva, estrenada, recién nacida en el calendario, sin embargo parece que me conociera y se ha empeñado en llevarme con ella, sobre paraguas abiertos, sorteando las fachadas que dejan resbalar sus lágrimas sin pudor alguno, me ha tomado de su mano, una mano mojada de melancolía que aprieta la mía con fuerza y tira de ella decidida, como si conociera el camino, ¿O soy yo quien la conduce?.
Pone un acento distinto en las palabras de siempre, reviste los objetos cotidianos con su celofán gris, transparente, y trae a mis ojos escenas, capturadas del tiempo o de mis sueños, ¿de qué color estará hoy el cielo que te envuelve?.
Me he dejado llevar. Cubierta con un paraguas, he salido a hacerle frente a la nostalgia, y para que tú estuvieras conmigo bajo el mismo paraguas, te he llamado mientras caminaba, porque ya no concibo la vida sin ti y porque no sé luchar contra las mañanas de sábado lluviosas de otoño.
Imagen:
Jack Vettriano
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En fin, como no es a mi a quien has llamado, te hago un comentario off-topic. Con esa pedazo de bandera que tienes en el rincón de tu despacho, tienes que tener un pedazo de cargo, nop? :-)
ResponderEliminarPanta, el tamaño de las Banderas no siempre son directamente proporcionales a los cargos, créeme.
ResponderEliminarNo tengo ningún alto cargo, pero sí una gran Bandera. :)
Me gusta mucho tu bandera y la lluvia que te ha acompañado hoy.
ResponderEliminarun beso,
Y tu bandera más grande, Shikilla, yo sé que no se ve porque la llevas en el corazón y siempre has presumido de ella.
ResponderEliminar¡Ay! las tardes lluviosas de otoño en mi Extremadura. Si bonita se pone la ciudad con esas lágrimas que tú dices caídas del cielo, ni te cuento ese campo, verde mar por el que navegan las encinas.
Has conseguido ponerme nostálgico.
Un beso.
¡No hay que ponerse nostálgicos...!
ResponderEliminarEl Otoño es precioso y se puede disfrutar de una "Primavera" incluso en pleno Invierno...
Qué curioso, aquí en el sur, más precisamente en Buenos Aires, tuvimos una mañana exactamente igual a la que tan bien describiste.
ResponderEliminarUn saludo
El mismo sábado, desde la terraza que daba a un cielo gris, a una espera, contemplé los colores de la bandera naturaleza. Verde, ocre... y sobre ellos el llanto de la nube que será nieve de Enero.
ResponderEliminarBesos Shikilla.
Precioso. Lo he sentido, eh? Te quedó guapo, muy guapo.
ResponderEliminarMi enhorabuena desde un paseo de hojas amarillas, verdes, ocres...
Te saludo.
Algo muy íntimo has escrito, Shikilla, que se corresponde con la estación reina de las nostalgias...
ResponderEliminarSólo puedo desearte que tus deseos, tus peticiones se cumplan; por lo demás, tu escrito creo que teien un destinatario concreto, así que no moletstaré... me voy sin hacer ruido... ... ...
Esta semana, el otoño se hizo inminente.lluvia, frio (o fresco), hojas, hojas, hojas en la vereda.Hoy sábado, amaneció a pura lluvia.entonces que mejor que meterse en la cocina a poner en práctica alguno de esos platos que siempre dejamos "para cuando haga más frio.
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Gillberk
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