Tengo abrazos de diciembre para cambiar por los besos que nos quedaron pendientes.
Noviembre se nos hizo corto y marchó sin despedirse. Se llevó un montón de primeras veces al ritmo de la música que nos regalamos.
Me gustan las risas de los domingos y las fiestas de guardar que caen
en cualquier día de la semana, dándonos la oportunidad de burlar al
calendario, balanceándonos en los brazos del “dolce far niente” en este
Universo minúsculo donde habitamos.
Y hablando de otra cosa...o de la misma: ¡No sé cómo envolver mis palabras para decirte que te quiero! y que luzcan más bonitas que ninguna de las que escuches y sean las primeras que lleguen a tu corazón, por el camino más corto, por el atajo más bello. Tal vez, debería ponerles alas, brillos, o piedrecitas de colores que llamen tu atención... aunque... pensándolo bien, ¿cómo voy a regalarte lo mismo que tú me regalas?
Y hablando de otra cosa...o de la misma: ¡No sé cómo envolver mis palabras para decirte que te quiero! y que luzcan más bonitas que ninguna de las que escuches y sean las primeras que lleguen a tu corazón, por el camino más corto, por el atajo más bello. Tal vez, debería ponerles alas, brillos, o piedrecitas de colores que llamen tu atención... aunque... pensándolo bien, ¿cómo voy a regalarte lo mismo que tú me regalas?
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