Bienvenidos a mi otro lado del espejo, donde la realidad que me acaricia o me sacude, se transforma en palabras.
domingo, 11 de marzo de 2007
IN MEMORIAM
Hoy se cumplen tres años del día en que 191 sueños quedaron rotos. Las palabras se agotaron y no fueron capaces de aprehender el dolor que sentimos. No había lágrimas suficientes para achicar la angustia que en aquél 11 de marzo inundó nuestra alma.
En aquéllos trenes sin retorno quedó herida de muerte la esperanza de muchas familias, porque detrás de cada número latía una historia distinta.
Tres años después sigue sin haber palabras que mitiguen el dolor. Yo no las encuentro. Tan sólo puedo recordar, y en mi memoria de aquél día aparece el recuerdo lacerante de las imágenes, aparece la rabia, la impotencia y la respuesta del duelo colectivo de un pueblo que salió a la calle hermanándose con las víctimas, solidarizándose con su sufrimiento.
Para todas ellas, desde este rincón, en este triste aniversario, mi apoyo y una oración que elevo con la esperanza de que nunca se vuelvan a repetir hechos similares, la esperanza de que el ladrón de sueños, el terrorismo, acabe de una vez por todas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ni un esboso, ni una huella ha de volver para empañar la vida
ResponderEliminary dejarnos las lagrimas en casa.
Que Dios te bendiga
Acá en Argentina también existen cumpleaños para nada felices.
ResponderEliminarPero ojo, que cada vez que sucede algo así, es un dolor sin fronteras, porque sucede en la misma casa que no es otro que este nuestro mundo giratorio.
Te mando un beso grande y una oración para que "NUNCA MÁS"
Hlloa!
ResponderEliminarES COMO FUNCIONA EL MUNDO DE HOY.
gRACIAS POT TU TRABAJO.
BUEN FIN DE SEMANA
Cada mañana, desde hace tres años, al oír la radio del coche, a las 7:29 minutos, recuerdo las palabras de Iñaki Gabilondo: “acaba de haber una explosión en la estación de Atocha…. Hay un muerto”. Sabíamos que a esas horas, no solo podía haber un muerto, y después la tristeza, la confirmación… Explosión en Téllez, explosión en Santa Eugenia, explosión en El Pozo del Tío Raimundo… 191 muertos… muchísimos heridos… muchísimos sueños rotos.
ResponderEliminarDespués, los amigos de nuestra hija que no aparecían… y aparecieron bien. Los hermanos de una compañera que no aparecían y aparecieron después de tres días destrozados. Nuestra estancia en el tanatorio, un tanatorio repleto de dolor y…
Para nosotros, desde ese día sentimos que nunca se tenían que haber producido estos hechos, que el terrorismo no tenía que existir, ni lasa guerras, como tampoco tenían que existir los políticos mentirosos, rastreros, que aún conociendo la verdad, la ocultan y la defienden solamente por su interés, no por el interés del pueblo al que se supone representan… ¡NUNCA MÁS!.
El terrorismo no vá a desaparecer, es un arma arrojadiza para los distintos gobiernos ¿de qué se acusarían unos a otros si no existiera?
ResponderEliminarComo siempre, hay unos pocos que deciden por todos.
Lo malo es que hubo, hay y habrá víctimas, se harán cuatro actos de dolor, se recordarán de vez en cuando, pero...no se evitará que haya más.
Son, somos, la pelota que vá y viene para pegarse al sillón de un poder de quita y pón.
Asi sea, chiquilla.
ResponderEliminarYo tambien elevaré una oración por ellos.
No creo que nadie, que viera aquellas imágenes, las pueda olvidar nunca.
ResponderEliminarEs muy lamentable, cierto. Y más aún que esa terrible posibilidad permanece latente en cualquier coordenada de los límites territoriales... la pasión destrozando vidas.
ResponderEliminarSaludos
Nuestro recuerdo más cariñoso, emocionado y tambien triste a las personas inocentes que dejaron su vida en los trenes, víctimas de la barbarie, el terror, el oscurantismo y la ignorancia, el atraso, la miseria y la peste terrorista.
ResponderEliminarUnamos todos nuestras fuerzas para que nunca más, en ningun lugar del mundo, ningún asesino tenga la más minima posibilidad de creer que con su violencia, sus ideas tendrán un sitio. Sí, lo tendrán, pero en el infierno.
PD: Animo, Shiki,que blog mas bonito! ;-)
Siempre en el recuerdo.
ResponderEliminar