Bienvenidos a mi otro lado del espejo, donde la realidad que me acaricia o me sacude, se transforma en palabras.
domingo, 14 de septiembre de 2008
BUSCANDO LA PALABRA
Hoy persigo las palabras como quien persigue mariposas (borboleta, en portugués, ¡me gusta!), pertrechada de mi cazamariposas, o lo que es lo mismo, diccionario en mano, intento buscar algunas que puedan definir mis sentimientos. Al igual que el entomólogo, examino cada una de las alas del pensamiento, e intento ver en sus colores aquéllos con los que pueda mimetizarme, canalizar este manantial, explosión de “sentires” a los que no puedo dar forma.
Voy viendo acepción por acepción, primero en todas aquéllas que otras veces, en otro tiempo, fueron el cuenco perfecto donde derramar lo que sentía, el marco propicio en sus fonemas para que, a modo de enredadera, trepara mi sentir.
Ni siquiera en el poema, (está parado el verso hace tiempo), se acomoda la avalancha de lo que llena mi alma. ¡Qué pequeñas se quedan las palabras, tantas veces!.
Yo, que tanto digo y escribo, yo que soy proclive al exceso de palabrería y, por tanto, proclive también a errar según aquello de: “El que mucho habla, mucho yerra”, ni siquiera para equivocarme en su definición, hoy encuentro alguna; no hay ningún traje de vocablos, términos, voces, verbos, expresiones, con el que pueda vestir adecuadamente esto que nace en el corazón, sube por la garganta y se ahoga en un suspiro, sin traducción que se ajuste, sin forma que se le adapte, convirtiendo en nada lo que hoy es todo.
Pero no podía dejar de nombrarlo, no quiero dejarlo en el silencio, escondido entre los pliegues de este alma festiva que brinca y salta alegre, llena, por un paisaje nuevo que, sin embargo, ha sido antes sueño y deseo. No hay rendija por donde no se cuele el sol que brilla en mis adentros. No callo, aunque no sepa delimitarlo en la palabra porque, aún sabiendo lo que es y queriendo que lo sea, su sola existencia define, fija, aclara y explica lo que es para mí...sólo que todavía no ha nacido la palabra que pueda contenerlo, cualquiera de las conocidas únicamente lo encerraría.
...Y aquí estoy, intentando escuchar el diálogo que sostiene mi corazón con la noche hablando de su recuerdo, por si en algún momento, llega la palabra capaz de contener la dicha que le desborda.
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Qué bueno cuando los sentimientos desbordan las palabras, si son sentimientos de dicha.
ResponderEliminarComo escribiría Galeano, ese fantástico cazador de palabras, te quedas con el asombro por algo que ninguna carta, ninguna explicación puede decir a nadie lo que es.
yerra, yerra... cuanto más escribas, más yerras pero más te disfrutamos algunos.
ResponderEliminarun beso,
El cazador de palabras, el único que no esconde su figura para atrapar su pieza.
ResponderEliminarUn beso Shikilla.
En gallego mariposa es "bolboreta". Parecido al portugués.
ResponderEliminarUn saludo
¡Pues para tener el verso aparcado, haces muy buenas maniobras con la prosa...!
ResponderEliminar¡Eres buena conductora, Shikilla!
Un besote.
"Ahora sufro lo pobre, lo ezquino, lo triste, lo desgraciado y muerto que tiene una garganta cuando desde el abismo de su idioma quisiera gritar lo que no puede por imposible, y calla. Siento esta noche heridas de muerte las palabras."
ResponderEliminar¿Hay algo de este "Nocturno" de Alberti en tu grito de impotencia?
Nos has hecho partícipes de una manera maravillosa y extremadamente poética de la inmensa alegría que invade tu alma y que hasta el sol se cuela por todas sus rendijas y la ilumina, y nos dices que no tienes palabras para expresar toda esta maravilla, si es que la maravilla eres tú al expresar tanto sin encontrar las palabras.
ResponderEliminarUn beso, Shikilla
¡Qué bello Nocturno!, Pantagruel, no lo conocía, ya ves mi ignorancia. Sí que tiene algo o mucho, pero él ha conseguido captar las palabras para explicar su impotencia de una manera muy bonita.
ResponderEliminarGracias por traerlo y gracias a todos por vuestros comentarios.