viernes, 27 de diciembre de 2013

SI VIENES...



Si vienes...te regalaré mil lunas para contemplar juntos. De los abrazos que nos demos, nacerán las palabras más hermosas de amor jamás dichas. Inventaremos paisajes de colores infinitos y bailaremos al son de tu corazón y el mío...Y, además, estrenaré mi falda nueva, la que tiene los colores del arco iris.

jueves, 19 de diciembre de 2013

DEVUÉLVEME





Devuélveme las lunas que te mandé
escondidas en los pliegues de mis versos
Hoy, la noche es oscura
y necesito encontrar el camino
que lleva a mi nueva vida.

martes, 17 de diciembre de 2013

HAY PERSONAS....








Hay personas  que son capaces de crear magia a su alrededor, transformando las cosas normales en extraordinarias. Construyen castillos con un par de sillas y una mesa y cohetes de cartón dispuestos para  subir a la luna. Curan con besos las heridas y con  su voz espantan miedos en la noche.

Hay personas que son capaces de prender la Primavera en todo lo que tocan y acarician.  Brota de sus manos la alegría, a poco que se empeñen, y cada día nos descubren paraísos en las cosas cotidianas. Con ellas,  nada es lo que parece, pero siempre es más de lo que uno imagina. Todos sabemos quienes son..........y las amamos.

lunes, 16 de diciembre de 2013

¿FELIZ NAVIDAD?




Queridos amigos, os confieso que yo también soy culpable, pero quizás estemos a tiempo....

Pronto se llenarán las calles, los lugares de trabajo y las casas, de frases impregnadas de buenos deseos, de felicitaciones que se cruzan y servirán de inicio o de fin en encuentros de amigos y de familia. Parece que se abrió la veda y hay que sacar el corazón a pasear, a modo de cometa, de vela, de flor, de adorno del árbol de Navidad, los corazones han de brillar en estas fechas por decreto social, por norma.... ¡Por narices!.

Seguro que tanto vosotros como yo estáis hartos de presenciar como, después de la fiesta, al igual que se recogen los confetis y las serpentinas del suelo, los cristales rotos y la broza para meterla en el contenedor de la basura, plegamos las alas de los corazones y los escondemos, para volver a ser como éramos, volvemos a ser esos que llevamos una venda en los ojos, auriculares en los oídos que nos impiden oír las voces de los otros, volvemos a cruzar los brazos, a apretar el paso hacia nuestra rutina y guardar en nuestro pecho, cerrado a cal y canto, el corazón, bajo las siete llaves del egoísmo y la indiferencia hacia todo lo que no sea nuestro pequeño universo, de puertas para adentro.

Hace falta que quitemos el polvo y las telarañas a esos sentimientos altruistas, sí, pero no para que asomen su patita bajo la puerta de la seguridad de nuestro bienestar, de la calidez de nuestros hogares, no como un niño que en su timidez apenas se atreve a asomar su naricilla por la puerta entreabierta del salón, y ver los invitados que llegan. No como el que espía tras la mirilla, no como quien se arrellana en su butaca del teatro para ver cómo los demás interpretan la obra, no para vestirse de fiesta y posar para la foto....¡No!.

Hay que remangarse y meterse en faena, dejarnos de formalidades y darnos de verdad al otro, que las palabras no sean meros formulismos sociales, que recordemos que el prójimo no es solamente el que está al lado, sino también el que necesita de nosotros, aunque esté lejos.

Es fácil decirlo, lo sé, y lo difícil es hacerlo, pero cada uno sabe perfectamente lo que puede poner a disposición del hermano. Unos tienen tiempo, otros, dinero, otros palabras, otros alegría...Todo para que el corazón no sólo brille en Navidad, sino durante todo el año.

Os confieso, amigos, que yo también soy culpable.....pero quizás vosotros y yo estemos a tiempo de hacer que sea una FELIZ NAVIDAD.

sábado, 14 de diciembre de 2013

¿QUÉ QUEDÓ DE MI EN TI?









Cuando pienso qué quedó de mi en ti, qué cosas recordarás cuando cierres los ojos y oigas nuestra canción....nuestras canciones, qué color te inspirará mi recuerdo, qué aroma desprenderá la imagen que de mi tengas en tu mente, qué sueños fabricaras con las horas que vivimos, qué fugaz idea te iluminará los ojos o invocará a la lágrima de la nostalgia o, quizás, a la fría y triste mueca de la indiferencia.

Cuando pienso qué sentimiento anidó en tu corazón cuando el amor se transformó en ausencia....cuando los días eran eternos sin tu voz, cuando el dolor se clavaba sin piedad, hay algo que siempre tengo seguro: pensarás en mi sonrisa, y en los besos y palabras que en ofrenda de amor nacieron de mis labios, pensarás en cómo te relataba mis sueños, enunciaba mis deseos y te hablaba de lo feliz que era cuando estabas a mi lado.

Cuando pienso en ti, mis labios sienten los besos, infinitos y dulces, que me da tu recuerdo, y sólo soy boca que te anhela, sonrisa apagada, palabra perdida, corazón insomne y promesa incumplida.






domingo, 1 de diciembre de 2013

TÚ NO LO SABES...





Me sentaré a esperar que den su fruto todos los cálidos besos que un día puse en tu piel, cuando llegaban las noches frías del invierno, y a que germinen las sonrisas que sembré en las mañanas de abril vestidas de primavera.

Esperaré, balanceando mis piernas en el tiempo, contando los segundos en voz alta que me separan del color de tus ojos, del aliento de un susurro en mi cuello, de la espuma de las olas que bañaron nuestros cuerpos, del vuelo de la alondra que fotografiaste y de la infinita belleza de las puestas de sol, que juntos contemplamos.

Esperaré, mirando al cielo, la lluvia de palabras que riegue tu vuelta, que empape mis ansias del abrazo tuyo, de mi abandonarme y del amor nuestro.

Porque tú no lo sabes, pero sembré corazones en mi huerto con la esperanza tan sólo de que nunca me faltara una pizca de amor para darte. Y tampoco sabes, que nunca te fuiste del todo.

viernes, 22 de noviembre de 2013

RED



Quedó atrapado en la red de su sonrisa, en el abismo de sus grandes ojos negros que, al cerrarse, apagaban las luces de la noche y despertaban todos los vientos dormidos.

Quedó atrapado en el rojo de sus labios, que prometían paraísos escondidos; los dulces besos del árbol del deseo, fruta madura por su boca recogida.

Quedó rendido ante la piel contemplada, tratando de adivinar la suavidad de su tacto. Pensó cómo sería saborearla, posar sus labios sobre ella o recorrerla con la punta de sus dedos.

Tejió una red con las horas de la noche, una red de palabras envolventes, para echarla al mar de su hermosura y quedarse con la dulzura de un beso.

Pero la luna, al fín mujer celosa, brilló como nunca en su universo y, robando cada uno de los besos

los convirtió en estrellas luminosas.

martes, 19 de noviembre de 2013

CARACOLA



Quiero una caracola, donde, además de oírse el mar con el ir y venir de olas besando la orilla, se escuchen aquellos sonidos que se quedaron enganchados en el tiempo, en nuestros recuerdos. Aquellos queridos sonidos que sabemos de memoria y conocemos tan bien.

El sonido de mamá llamándonos por la ventana, cuando éramos niños, y el de las carreras hacia donde estaba ella para coger el pan y el chocolate de la merienda.

El sonido de la lluvia en las tormentas de verano, viendo tras los cristales como corría el agua calle abajo, y el chof chof de los charcos al pisarlos con nuestras botas katiuskas.

El sonido de campanillas del tiovivo de la Feria y el de las bocinas de los coches de choque.

El sonido del primer beso, el del primer te quiero, y el de aquella canción que nos hacía estremecer recordando algún amor imposible o platónico.

El taconeo de nuestros primeros zapatos de tacón, queriendo pisar fuerte y, sin embargo, conteniendo el aliento para no perder el equilibrio y caer al suelo.

El del llanto de mis hijos al nacer, y aquel primer “mamá” o “papá” que salió de sus bocas causando sorpresa y alegría inesperada.

El sonido de la voz de mi madre cuando las pesadillas me despertaban, ese sonido que quitaba los miedos y traía y sigue trayendo la paz a mi corazón.

Quiero una caracola donde el mar suene de fondo y hablen nuestras vivencias, para poder escucharlas cuando los días se nos hagan cuesta arriba, y recordar todo lo bueno que llevamos a la espalda, que sigue ahí en nuestra memoria, empujándonos a seguir dando sentido a nuestra vida.

Caracolas, caracolas........que traigan y lleven el sonido de la vida en las olas.






sábado, 16 de noviembre de 2013

DETALLES




¡Qué importancia le damos a los detalles!. Tienen el poder de hacernos sentir seguros de nosotros mismos. A veces, un bolso, un collar, unos zapatos... te colocan por encima de los demás mortales ( nunca mejor dicho en el caso de los zapatos de tacón.

Hay complementos que con sólo ponerlos, nos hacen sentir "citius, altius, fortius" más rápidos, más altos, más fuertes...y yo añadiría........más guapos.

Pero, en el fondo, los detalles son solamente eso, pequeñas pinceladas en la pintura final que somos cada uno de nosotros; son marcos donde se encuadra la obra, lucecitas que adornan ese universo especial que somos, sí, que todos somos, tú y yo, y aquél y aquella....

Y la confirmación de que somos especiales, grandes y bellos por nosotros mismos, es que, lo que llena el bolso son nuestras cosas, al vestido le damos nuestras formas, al collar le prestamos nuestro cuello, y los zapatos, esos de vertiginosos tacones que estilizan y elevan, no pueden andar si no les prestamos nuestros pies....

Los detalles son importantes, pero sin nosotros, no tienen razón de ser. El problema es que hay personas que no se acaban de creer que la pintura es más importante que el marco, si nos creyéramos de verdad que somos una obra original hecha por Dios, única e irrepetible, no daríamos tanta importancia a lo que, en realidad, no la tiene.

NOCHE DERRAMADA



Hay noches, como ésta, que se cuelan por mi ventana, y me dejan la casa llena de estrellas. Se derraman en mi pequeño universo y alfombran de nubes blandas mis pasos por los recuerdos. Entran sin pudor en mis sueños y se dejan encendida, fuera, la luna, (imagino que será para no perderse y que al llegar el día, no las encuentre fuera de su sitio).

Suelen ser esas noches en las que tú vienes y me tomas de la mano para pasear por los viejos caminos conocidos, los que llevan a ninguna parte y nacen y mueren en tu nombre y en el mío. Esas noches en las que no te tengo y, sin embargo, te siento, como siento las estrellas y la noche derramada y hasta la luna, conmigo.
 
Hay noches, como ésta, que se cuelan por mi ventana y, al irse, me dejan en las mejillas, pequeñas, diminutas, gotitas de rocío.


martes, 12 de noviembre de 2013

LA SOLEDAD




­“La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo”. (Gustavo Adolfo Bécquer)

Estas palabras de Bécquer nos llevan a pensar que la soledad deja de ser bella cuando no hay nadie a nuestro lado, no sólo para comentarle eso, sino otras muchas cosas.

Cuando ésta es elegida, buscada, la soledad puede ser el refugio donde nos instalemos cómodamente para reflexionar, relajarnos, leer, etc. Pero siempre durante cortos espacios de tiempo y con la seguridad de que, una vez conseguido nuestro objetivo, saldremos de ella y encontraremos a aquellos que nos esperan, pareja, hijos, familia, amigos, etc... Cosa distinta es, esa soledad impuesta por la vida y las circunstancias que, poco a poco, se convierte en una pesada losa que puede hundirnos y meternos en un pozo sin fondo, del que será difícil salir, si no le ponemos remedio urgentemente.

No es fácil engañar al corazón, pero tampoco lo es engañar a la cabeza y al cuerpo, ellos saben que, a partir de cierta edad, hay una sucesión de cambios en nuestra vida que conllevan, entre otras cosas,  pérdidas que son irrecuperables: movilidad, reflejos, etc... Pero las que más nos influyen y condicionan, con toda seguridad, sean las de los seres queridos. ¡Cuantas viudas y viudos en la flor de la vida! Cuando era llegado el tiempo del descanso y disfrute; o ¡cuantos hombres y mujeres separados viviendo una soledad que tarda poco en emerger, tras la separación. Cuantos ancianos sobreviviendo entre recuerdos en sus casas.

Los médicos coinciden en que la soledad es una enfermedad que cada día toma más fuerza, afecta a personas cada vez más jóvenes y pone en riesgo la vida de quienes la padecen, provocando distintas enfermedades.

A diferencia de otras enfermedades, con la soledad, nosotros tenemos el poder en nuestras manos de, si no hacerla desaparecer por completo, sí ayudar a que muchos no la sientan o padezcan. Además, la sociedad en la que vivimos también nos proporciona herramientas para combatir esta soledad que se instala en el alma poco a poco, o de golpe, o se cuela por las rendijas del sueño y hace que se despierten de madrugada y espanten los miedos y la melancolía, a base de radio, rezos o paseos...

Las herramientas son muchas, desde Internet con sus mil posibilidades de relaciones personales, hasta los innumerables clubs de caminantes, de singles, de aficionado a.....lo que sea!, el caso es que las usemos, que no nos dé miedo lo desconocido, hay que lanzarse a mitigar ese sentimiento de vacío y abandono que produce la soledad.

La otra gran herramienta, son nuestras manos, nuestros pies, nuestros ojos, nuestra lengua....la otra gran herramienta, somos nosotros mismos, no permitamos que nadie a nuestro lado pueda sentirse solo, si estamos ahí. Hablemos con quien parezca sentirse desvalido, ofrezcamos nuestra palabra, nuestra compañía, todo aquello que les haga ver que no están solos. Porque, tal vez, algún día, seamos nosotros los que estemos al otro lado de la línea divisoria entre la vida y ese pozo negro de la soledad.

miércoles, 17 de julio de 2013

CONFIANZA



En las relaciones con los demás, desde que nacemos hasta que morimos, si hay algo que nos ayuda a establecerlas, conservarlas y disfrutar de ellas, es esa red hecha de hilos invisibles que nos une a todos y fortalece los lazos creados, esa red se llama CONFIANZA.

La confianza nos hace mirar a nuestros padres como héroes cuando somo niños, a ir con ellos de la mano sin temer a nada, y es la que ayuda también a enamorarnos de la persona elegida y esperar que nunca nos defraudará; la confianza es la que hace que los amigos sean confidentes nuestros y esperemos de ellos que nos escuchen y ayuden, también hace que vayamos a trabajar tranquilos, sabiendo que al final del mes ese trabajo nos lo van a pagar, la confianza es la que nos hace votar a las personas que defienden nuestras ideas y poner en ellas nuestras esperanzas para que ellos les presten su voz y trabajen por conseguirlas.

Una representación gráfica acertada para expresar lo que significa la confianza, sería esa imagen del artista que desde lo alto de un escenario y de espaldas a la gente, se tira sin ver, confiando en que caerá en los brazos de sus fans, que lo recogerán, impidiendo que caiga al suelo. Ayudaría mucho pensar en eso, para saber si tenemos confianza o no en alguien, el hecho de imaginarnos encima de un escenario y tirándonos de espalda al público, siendo en este caso el público esa persona en la que creemos confiar. ¿Estarían sus brazos dispuestos a recogernos, o caeríamos al suelo?

¿Por qué hablo de la confianza? Porque me ha llamado poderosamente la atención que ésta ha sido la clave en acontecimientos recientes, noticias que han saltado a la prensa. Es el denominador común que ha hecho que esas situaciones diametralmente opuestas entre si, sean portadoras de un mismo elemento: La confianza,

Por ejemplo: El caso Bretón, donde la confianza de los pequeños hacia su padre, natural y necesaria para unos hijos, fue utilizada por éste a su favor, aprovechándose de ella para acabar con sus vidas. ¿Qué puede haber más vulnerable que unos niños confiados'? ¿Qué puede haber más repugnante que alguien que usa esta confianza para asesinarlos?

El caso Bárcenas o el detos ERES de Andalucía, propician que la confianza de los votantes se tambalee y se mine profundamente la fe en los que nos representan, aunque no sean todos igual, la confianza ya está herida.

Las infidelidades matrimoniales, la falta de lealtad para con la persona amada, destruye igualmente la confianza de tal modo, que es difícil restablecer luego. Es un ejemplo claro de cómo una relación que se basa en la confianza, se rompe la mayoría de las veces, cuando ésta se ha roto,

Es tal la importancia que tiene en nuestras vidas la confianza, confiar en cada uno de los que forman parte de ellas, que si falla o se hunde del todo, o no la hay, simplemente, todo se vendría abajo, adoptaríamos una postura de suspicacia constante que nos impediría relajarnos, respirar tranquilos, y la convivencia sería una continua acumulación de malas energías de unos contra otros.

Exigimos que también confíen en nosotros, del mismo modo que confiamos en los demás, poco a poco nos vamos ganando la confianza de unos y de otros, porque ésta no es fácil de obtener, ni tampoco de dar. Pero siempre hay quien rompe ese lazo o se apoya en él para defraudarnos.

La confianza es como una vasija de barro; si se rompe, aunque luego se peguen los pedazos, no será igual, se crean grietas, por las que probablemente se estén escapando todas las expectativas puestas en el “objeto” roto.

miércoles, 10 de julio de 2013

AMOR SECRETO


Ese amor callado y secreto que guardamos dentro del corazón, ese amor que nadie sabe, que cubrimos de silencio contra el frío, que exponemos solamente a las estrellas. Ese amor que la luna conoce y esconde también entre sus brazos, lo acuna, lo duerme, lo besa, el que brilla con rocío hecho de lágrimas.

Ese amor que es rosa y espina, agua fría y fuego, ese amor sencillo, que nace de tan dentro, que duele, que apacigua, que calma, que enloquece, que se pierde entre los sueños.

Ese amor, que sin ser nuestro, es la más valiosa posesión, el más íntimo tesoro, la propiedad más querida, la nostalgia de un recuerdo inexistente, el infinito beso, el prolongado abrazo, la única razón de los suspiros.

Porque amar y que los ojos nos delaten, que se nos seque la boca al pronunciar su nombre y el corazón se escape del pecho al sentir su presencia... es algo fácil, sin mérito alguno, que cualquiera puede hacer sin apenas darse cuenta.

Pero amar y tener de amor llena el alma y que no se note, mirar sintiendo que entra la vida por los ojos a raudales sólo con ver sus ojos y parecer indiferente, pronunciar su nombre sin que tiemble la voz sabiendo que el eco de cada sílaba es un repicar de campanas en el pecho, respirar el mismo aire sintiendo que en cada bocanada está su aliento, el mismo aire que él respira, y hacer como si nada., es muy difícil, casi imposible, es más, creo que poca gente puede tener un amor secreto y aguantar mucho tiempo sin que nada lo delate.

Por eso, amar en secreto es sólo para aquellas personas que saben el auténtico significado de esa palabra, conocen el origen del verbo, la fuerza y el valor del sacrificio, saben guardar la alegría, el entusiasmo, y aplacar al corazón, saben pintar la mirada para esconder su brillo. Amar en secreto y en silencio es para aquellos que se revisten con la túnica de la rutina y la normalidad, bajo la que esconden la belleza grandiosa y única, el brillo incomparable, la luz mágica y hermosa de ese amor especial... y secreto.

miércoles, 5 de junio de 2013

DE METAS, MOTOS Y MITOS.




Recuerdo que, siendo niña, me quejaba continuamente porque no me gustaba la comida e intentaba dejarla en el plato, o me dolía de mi misma porque no tenía nada que ponerme ya siendo adolescente; Decía esto con terribles lagrimones que salían directamente de mi alma, herida de presunción y vanidad, al contemplar desolada aquel armario lleno de ropa de niña ñoña y ni siquiera un guiño a la modernidad de la minifalda o a los tops que enseñaban el ombligo. Mi madre, que hoy he comprendido era una santa, por aquél entonces, sin embargo, yo tachaba de dura de corazón e indolente, ¡no me “comprendía”! siempre me espetaba la misma frase: ¡Cuántos habrá que no tienen nada que comer, ni que ponerse! ¡Pues, jolines, que vengan a casa a por todo!, pensaba yo, y a veces, en la inconsciente rebeldía de la edad, incluso me atrevía a decirlo en voz alta, exponiéndome a aquellos castigos que los padres de antes sí sabían ponerte, y no los que imponemos nosotros ahora a nuestros hijos que son light totalmente.

Aquélla niña que era yo, aún no había salido de esa nube de la infancia-adolescencia, que entonces me parecía terrible, y en la que creía estaría instalada toda la vida, viéndola como una cárcel de la cual no podría escapar en busca de mi ansiada libertad, hasta el día en que llegara a la meta. Una meta que pareciome siempre lejana, y luego pude ver que duraba lo que dura un suspiro.

Aquella meta imaginaria, que acariciaba con placer y cierta obsesión, era llegar cuanto antes a la edad de los 19 años. No me preguntéis por qué, esa era una edad que a mi me parecía entonces, desde la perspectiva de mis 15 años, la madurez dorada, el nirvana de los años, paraíso de la edad, en la que según mis pobres cálculos, yo me convertiría en una maravillosa mujer que se parecería a una de mis mitos de entonces, Farrah Fawcett Majors, la de los Angeles de Charlie,  con la melena  llena de mechas, con formas, sin granos, independiente, rica, por supuesto, con un vestidor lleno de minifaldas y tops (que no es un invento de ahora) con largas hileras de pantalones acampanados (éstos no se llevan, lo sé, pero hacían furor) y con un novio ¡con moto!, eso sí, porque la moto era también un objeto de deseo, idolatrado e idealizado, ya fuera para mí, ya para mi príncipe soñado, que me vendría a buscar a la puerta de mi trabajo con su melena al viento (porque entonces el pelo largo en los chicos era moderno y los cascos para motos no eran obligatorios), cuando yo fuera Secretaria (otra meta que me parecía “lo más”), después de ir a la peluquería a darme mechas (otro invento, éste debo confesar que terrible y que, sin embargo, anhelaba).

En la actualidad no tengo moto, ni mechas, ni minifaldas, pero sí que alcancé otras cosas…..un novio que, además, luego fue marido, y más tarde “ex”, fui secretaria antes que funcionaria, tengo la ropa que quiero, demasiada, en el armario, y me como toda la comida ¡más de lo que debería!. Ah! Y tengo 19 años…….¡¡dos veces!! y aún me sobran unos cuantos años más.

Me considero una santa, como mi madre, en esa regla no escrita de “pórtate y así se portarán”, porque la vida me ha regalado dos especímenes tal y como yo era, a mi imagen y semejanza, es decir, un hijo y una hija que en su adolescencia se alimentaban prácticamente de pasta, arroz y filetes con patatas, y siempre se quejaban de que no tenían nada que ponerse.

Muchas veces me pregunto si la vida no es una repetición de si misma, si tendrán cierto paralelismo las cosas vividas: Mis deseos de ayer, con esas otras “ansiadas” metas que me fijo cada día hoy, y quizás, en un futuro, contemplemos éstas como ridículas conquistas perseguidas con denuedo. Alcanzaré algunas, lo sé, otras se me quedarán en el camino y muchas las iré yo aparcando después de ver la imposibilidad de obtenerlas. Pero he llegado a la conclusión que sin todas esas metas, la vida no tendría sentido. Hay un cabo suelto, algo que hoy veo de una manera muy distinta y que sigue dándose, repitiéndose dolorosamente, para vergüenza de nuestra generación, y es que sigue habiendo personas sin nada que comer ni que ponerse, y lo que es peor aún, sin un lugar donde cobijarse.





sábado, 25 de mayo de 2013

VIVIR LA VIDA



A menudo me pregunto por qué las personas reaccionamos de tan diferente manera a las mismas cosas, siendo de parecida edad, cultura, entorno, etc. Me digo que no hay dos personas iguales, y puede ser una razón, me digo que Dios nos hizo diferentes y somos únicos, y puede ser una razón, y me digo también que hay muchos refranes, esa sabiduría popular sin límites, que plasman de manera irrefutable el hecho de que cada uno tenga distintos gustos y reacciones. Por ejemplo: “Para gustos, se hicieron los colores”.

Pero todo eso no explica por qué hay gente que parece anciana, siendo joven, y viceversa, y no me refiero al físico, que podría deberse a la genética, costumbres y hábitos de cada uno. No, no me refiero a eso, sino que interiormente, a veces, me encuentro con jóvenes que tienen las mismas expectativas de “vida”, proyectos y “esperanza” que un anciano de 90 años, es decir, casi nulas. Y, sin embargo, conozco gente que por su edad podrían ser abuelos de los primeros y encaran la vida cada día con una ilusión y una esperanza distintas, o las mismas, renovadas, y eso les empuja a seguir de pie, en lucha continua con todos y cada uno de los obstáculos que la vida les pone, se entregan en un combate cuerpo a cuerpo con las circunstancias adversas, y sorprendentemente, salen victoriosos, ya que de eso se trata, de ¡vivir la vida!, pero con un concepto un tanto diferente a como creen algunos que hay que hacerlo.

De acuerdo en que cada uno tenemos un concepto distinto de cómo vivir nuestra vida, no discutiré eso, desde luego. Pero esto es lo que yo creo:

Vivir la vida no creo que sea salir de marcha hasta las tantas, machacando el hígado y luego dormir hasta las tres de la tarde, vivir la vida no debe ser tampoco ponerla en peligro volando por una carretera al volante de un coche, vivir la vida tampoco me parece que sea entregarse al primero que encuentras en un bar de copas, jugando a la ruleta rusa física y psicológica, en un cóctel de sexo y alcohol que lo más probable lo único que te deje sea un vacío enorme a la mañana siguiente. Vivir la vida, en cualquier caso, tampoco creo que sea ir dejando cosas por la cuneta de los años, que , aunque no les demos importancia, la tienen y mucha, tales como la autoestima, la dignidad, la salud, la libertad. ¿No debería ser al revés?, ¿aumentar nuestro bagaje, enriquecer nuestro espíritu, conocer personas que nos aporten o que sean capaces de ver y apreciar lo que tenemos nosotros que aportar?

No tengo la fórmula mágica, pero lo que sí recuerdo, como muchos de vosotros, seguro, es que cuando era niña, siempre me levantaba pensando en algo que me ilusionaba, ya fueran mis juguetes, un día especial, jugar con las amigas, un cumpleaños, etc..

Cualquier cosa nueva que aparecía en mi vida, cosas inesperadas que me hacían feliz, regalos, visitas, comidas, dulces, días especiales como ya he dicho, hacían que mis ojos se abrieran de manera descomunal y exclamaba un oohhh! Tan largo que dibujaba en los mayores sonrisas de satisfacción por haberme proporcionado tamaña alegría, si ellos eran los artífices, y si no, disfrutaban igualmente. Eso lo sé, porque yo he actuado igualmente con mis hijos, he disfrutado con sus alegrías y sus caras sorprendidas.

Esa época feliz de la niñez, de la candidez, de enfrentarnos a la vida con la pureza inocente de quien se enfrenta a lo nuevo y desconocido a corazón abierto, dejándose invadir por la sorpresa, es algo que podemos repetir cada día, si conservamos la capacidad de que las cosas nos sorprendan, no dando por hecho nada, no viniendo de vuelta de las cosas ni pasándonos de listos, dejémonos sorprender, porque quizás no sepamos tanto como creemos, ni hayamos visto aún todo lo que la vida nos ofrece. Lo malo viene solo, lo malo daña igual, lo malo, quizás, nos sorprenda también para mal, y hemos de aceptarlo porque forma parte de la vida; Pero, dejemos que nos invadan las pequeñas cosas cotidianas, esas en las que casi nunca pensamos, en las que no nos paramos a mirar porque siempre estuvieron ahí. Pongámonos las gafas de ver de cerca para ver lo pequeño o las de lejos, para ver con perspectiva las cosas, pero aprendamos a mirar de nuevo...como cuando éramos niños.

Empecemos a “vivir” la vida que nos rodea.

martes, 19 de marzo de 2013

TE QUIERO, PAPÁ



Porque fueron nuestros héroes, cuando éramos niños, y aún hoy, siguen siéndolo en nuestras vidas. Porque de pequeños, con sus brazos, eran capaces de subirnos a las nubes y hacernos tocar el cielo con los dedos, y, luego, cuando crecimos, si alguna vez nos faltaba el ánimo, eran capaces de bajar el cielo para que pudiéramos también tocarlo y recuperar la sonrisa perdida, el empuje, la alegría.

Porque dejaban que cabalgáramos en su espalda , venciendo enemigos inventados convirtiendo el pasillo de casa en praderas interminables.

Porque fueron siempre una enciclopedia en la que íbamos aprendiendo a base de preguntas, ¡y nunca se cansaban!. Y siempre lo sabían todo.

Porque los juegos de magia con él eran más mágicos, y nos robaba la nariz escamoteándola entre sus dedos y la volvía a poner mil veces, y nunca descubrimos su truco.

Porque con él estábamos a salvo de los mil peligros constantes que aparecían en los cuentos. Nos salvó de los dragones, de las brujas, de los lobos, y de todo lo que nos hizo esconder la cabeza bajo las sábanas, en noches de pesadillas y llanto.

Quiero felicitar a mi padre, y a todos los padres, y a los padres de los padres......con toda la gratitud de una hija. Porque creo que no les decimos suficientemente lo que les queremos, vamos a decírselo si los tenemos y a gritarlo al viento si se han ido, porque siempre van a llenar nuestra memoria, de los mejores descubrimientos de nuestra vida, de las mejores enseñanzas... ¡¡ FELICIDADES, PAPÁ!!

lunes, 7 de enero de 2013

LA VIDA ES UNA PEONZA



El comienzo de todos los años es un cúmulo de deseos, esperanzas y propósitos que extendemos ante nosotros como una maravillosa senda de buenas intenciones hecha con pétalos de flores frescas. Incluso entre nosotros, nos deseamos todo tipo de parabienes que permiten impulsarnos a creer y esperar que se cumplirán todas esas bondades. Yo misma, me hago siempre el propósito de escribir frecuentemente entradas en este blog.... Ese es el comienzo.

… Y luego... fluye la vida con su natural encanto o desencanto, alegrías, tristezas, sorpresas, sustos, sonrisas y lágrimas, porque la vida no es una ecuación que uno pueda resolver, tan sólo con despejar el valor de X con sencillas o complicadas operaciones, la vida es algo tan indescriptible como incomprensible, tan sencillo como complicado, tan hermoso como cruel.

la vida  va por libre, sin atenerse a patrones ni agendas, sin hacer caso del hombre del tiempo o de la pitonisa de turno, no hay profecía que corte sus alas, no hay explicación posible a ese repentino cambio, a esa súbita alegría o al inesperado palo. Ella es la dueña y señora de sus pasos. No hay protocolo que la encorsete, ni palabra que la haga cambiar su rumbo...ese rumbo desconocido que escapa a todas las brújulas.

¿Cuántas veces hemos oído que la vida de alguien ha dado un giro de 180º porque algún acontecimiento inesperado ha irrumpido en su vida? La vida está dando giros continuamente, a mucha gente, la vida es una peonza sin freno que arrasa y lleva nuestros planes donde ella quiere, donde toque, donde, ni siquiera nosotros podíamos imaginar.

De todos modos, no nos quedamos fuera en ese devenir de nuestras vidas, protagonizamos la nuestra y somos, muchas veces, artistas invitados en las vidas de los que nos rodean, hay una huella personal, de cada uno, que no podrá nada ni nadie quitarnos, aunque el hombre proponga y Dios y la vida dispongan.

Pero por desear que no quede, mis mejores deseos a todos los que me leéis; también deseo y espero que alguno de mis sueños se cumpla....si lo tiene a bien ¡la vida!